L¨¢grimas en el alma del Numancia

'?Sabes por qu¨¦ hemos bajado a Segunda? Porque est¨¢bamos en Primera'. Era mediod¨ªa en las calles de Soria, consumado ya el descenso del Numancia, cuando un aficionado an¨®nimo procuraba ayer consuelo a Pacheta con esas palabras. Por m¨¢s que de tan evidente suene necia, la perogrullada condensa la mezcla de orgullo y tristeza con la que Soria asume el final de los dos a?os que ha vivido en Primera.

Doce horas antes, Jos¨¦ Rojo Mart¨ªn Pacheta, s¨ªmbolo del Numancia y uno de los favoritos de la afici¨®n, lloraba en Vallecas al pie de un autob¨²s, ajeno a los gritos de ¨¢nimo de m¨¢s de doscientos seguidores sorianos reunidos frente al estadio del Rayo. El sue?o de un equipo humilde y una ciudad olvidada, feliz de haber encontrado por una vez un sitio en lo m¨¢s alto, se hab¨ªa acabado. 'A veces es mejor ocultar un poco los sentimientos, pero descender es dur¨ªsimo. En un instante te viene toda la temporada a la cabeza. Es mucho m¨¢s dif¨ªcil de aceptar de lo que uno se imagina. Es una experiencia brutal, catastr¨®fica', desvela.

La amargura de Pacheta tiene un tinte personal. 'Por mis circunstancias, me siento involucrado con este equipo', admite. Hace 33 a?os que naci¨® en Salas de los Infantes (Burgos), apenas a 100 kil¨®metros de Soria. En una plantilla sin jugadores aut¨®ctonos, es lo m¨¢s cercano al jugador de la tierra. Es el alma del Numancia. Quien mejor comprende todo lo que aquel club reci¨¦n ascendido a Segunda B al que lleg¨® con 21 a?os, cedido por el Burgos, ha superado para alcanzar su actual estatus.

Mientras ¨¦l saltaba al Burgal¨¦s, al Marbella, al M¨¦rida, al Espanyol, subiendo categor¨ªas hasta llegar a Primera, el Numancia segu¨ªa un camino paralelo, pon¨ªa contra las cuerdas al Barcelona en la Copa, saltaba a la categor¨ªa de plata y, al fin, llegaba a la ¨¦lite. All¨ª le esperaba Pacheta. Juntos han jugado en Primera y juntos bajan a Segunda, aunque 'por capacidad, quiz¨¢s nos corresponda la 2? B'. 'Lo que hemos demostrado es que, haciendo las cosas bien, cualquier equipo puede jugar en Primera'. En eso est¨¢ ya el Numancia, que pretende sujetar a sus 6.500 abonados, ajustar sus 1.825 millones de presupuesto con una cifra m¨¢s acorde a la Segunda -en la que sus ingresos de la televisi¨®n pasar¨¢n de 900 a 200 millones- y perseguir un nuevo milagro.