La 'cumbre de la ampliaci¨®n' ahonda las desavenencias de Espa?a con Berl¨ªn y Par¨ªs
Los l¨ªderes europeos quieren coordinarse para evitar incidentes como los de Gotemburgo
El no irland¨¦s al Tratado de Niza dej¨® herido de muerte hace dos semanas ese texto b¨¢sico para realizar la ampliaci¨®n. En los dos ¨²ltimos meses, los conflictos planteados por Madrid y Berl¨ªn, entre otros, por las consecuencias de esa ampliaci¨®n hab¨ªan levantado m¨¢s que suspicacias en los pa¨ªses candidatos, siempre atentos ante cualquier gesto interpretable como una maniobra para retrasar el proceso. Por eso, los Quince se hab¨ªan conjurado para emitir en Gotemburgo un claro mensaje tranquilizador hacia los aspirantes. Niza se?al¨® el fin de 2002 como fecha de referencia para concluir las negociaciones, pero varios pa¨ªses, con Suecia a la cabeza, quer¨ªan ahora un compromiso por escrito para fijar esa fecha.
Fue imposible. El canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, y el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, no ocultaron las razones de su rechazo: si existiera ese compromiso, los cap¨ªtulos m¨¢s espinosos que a¨²n deben ser negociados con los candidatos (pol¨ªtica agr¨ªcola, fondos estructurales y previsiones presupuestarias) ser¨ªan tratados el a?o que viene en plena campa?a electoral en ambos pa¨ªses. Hay otro motivo: Alemania quiere a toda costa que Polonia, el pa¨ªs vecino de mayor peso en la lista de espera, entre en la UE en la primera oleada, pero lleva tan atrasadas las negociaciones que dif¨ªcilmente las concluir¨¢ en 2002, por lo que Berl¨ªn prefiere darle m¨¢s tiempo.
Ante semejante panorama, los Quince se enfrascaron la noche del viernes al s¨¢bado en buscar la f¨®rmula m¨¢gica para contentar a todos y, una vez m¨¢s, con una redacci¨®n alambicada, confusa y medida al mil¨ªmetro, se consigui¨®: la UE declara 'irreversible' la ampliaci¨®n, mantiene el final de 2002 como fecha de referencia, aunque sin compromiso alguno, para concluir las negociaciones, y se marca como 'objetivo' que los nuevos Estados participen ya en las elecciones al Parlamento Europeo de 2004.
Aznar vio ah¨ª su oportunidad. Con un tono y una terminolog¨ªa inusitada en el seno de la UE arremeti¨® contra Alemania y Francia, los dos pa¨ªses que, bajo la acusaci¨®n de 'estar bloqueando la ampliaci¨®n', acababan de forzar a Espa?a a dar marcha atr¨¢s en su estrategia para no perder buena parte de las ayudas europeas a costa de esa ampliaci¨®n.
Cr¨ªticas de Aznar
Aznar les acus¨® de 'dinamitar' el Tratado de Niza y, con ello, la ampliaci¨®n. 'Unos llevan la fama y otros el agua', coment¨® Aznar sobre Alemania, pese a decir que sus relaciones con el canciller son 'amistosas, francas y tranquilas'. De paso, Aznar arremeti¨® por similares motivos contra el Parlamento Europeo, la Comisi¨®n y los pa¨ªses que han abierto el debate post-Niza sin haber ratificado a¨²n el Tratado.
Algunos l¨ªderes, como Chirac, fueron interrogados despu¨¦s sobre las palabras de Aznar. El presidente franc¨¦s se mostr¨® desconcertado y prefiri¨® limitarse a decir que Francia siempre ha defendido la ampliaci¨®n. Pero las consecuencias del discurso de Aznar se ver¨¢n en los pr¨®ximos meses, y sobre todo cuando Espa?a asuma a partir de enero la presidencia de la Uni¨®n.
Por encima de los arreglos de ¨²ltima hora o las discrepancias ahondadas, los Quince coincidieron al final de la cumbre en subrayar su enorme preocupaci¨®n por los disturbios originados por los manifestantes antiglobalizaci¨®n. Todos prometieron coordinarse para evitarlos en el futuro. El ministro alem¨¢n del Interior propuso ayer una conferencia extraordinaria de sus colegas y el Gobierno italiano ya duda en celebrar la cumbre del G-8 prevista para el mes pr¨®ximo en G¨¦nova. Ayer, la avenida principal de Gotemburgo ofrec¨ªa el espect¨¢culo del fin de la batalla: decenas de establecimientos destrozados, restos de las hogueras prendidas como barricadas y estupefacci¨®n de los viandantes.
Unos y otros problemas han dejado oscurecida una de las iniciativas m¨¢s interesantes de la cumbre, como es la aceptaci¨®n por los Quince de la propuesta de Chirac y Schr?der para celebrar una conferencia internacional sobre la no proliferaci¨®n de misiles bal¨ªsticos, lo que supone un contrapeso pol¨ªtico de impredecibles consecuencias ante el escudo antimisiles de Bush.
El estreno de Silvio Berlusconi en la cumbre europea no decepcion¨®. Sus colegas a¨²n deben estar noqueados por la frase que, seg¨²n personas que le escucharon, pronunci¨® durante la cena del jueves ante Bush: 'Yo no soy un pol¨ªtico; soy un hombre de negocios con la misi¨®n de salvar a Italia y Europa del comunismo'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Fondos cohesi¨®n
- Tratado Niza
- RFA
- Relaciones institucionales
- Irlanda
- Orden p¨²blico
- Ampliaciones UE
- Fondos estructurales
- Refer¨¦ndum
- Alemania
- Globalizaci¨®n
- Seguridad ciudadana
- Protestas sociales
- Malestar social
- Europa este
- Planes desarrollo
- Francia
- Econom¨ªa europea
- Europa occidental
- Pol¨ªtica exterior
- Elecciones
- Uni¨®n Europea
- Organizaciones internacionales
- Europa
- Finanzas