Y Bush descubri¨® Europa
El pol¨ªtico tejano aprende que la relaci¨®n con el Viejo Continente sigue siendo vital para EE UU
Como no cometi¨® ning¨²n error de envergadura, demostr¨® haber hecho sus deberes, moder¨® su ret¨®rica, exhibi¨® su cordialidad natural, se gan¨® algunos amigos personales y sigui¨® labrando el terreno de su escudo antimisiles, George Bush pudo proclamar ayer, al regresar a Washington tras su primera gira europea: 'Misi¨®n cumplida'. Una vez m¨¢s, la minusvaloraci¨®n del pol¨ªtico tejano jug¨® a su favor. Hasta sus m¨¢s feroces enemigos en EE UU tuvieron que constatar que sali¨® bastante bien parado de la excursi¨®n internacional m¨¢s dif¨ªcil de su carrera. Pero el viaje tambi¨¦n le cambi¨®: Bush descubri¨® que la relaci¨®n transatl¨¢ntica sigue siendo la m¨¢s importante para EE UU.
Bush regres¨® a la Casa Blanca con una carta en la mano: su primer encuentro con Vlad¨ªmir Putin fue muy c¨¢lido y, aunque el presidente ruso sigue oponi¨¦ndose a desahuciar el tratado ABM y a dar luz verde a la construcci¨®n del escudo estadounidense antimisiles, se?al¨® en Eslovenia que est¨¢ dispuesto a abrir un 'di¨¢logo constructivo' sobre esos asuntos. Ante los detractores del escudo, en particular la mayor¨ªa dem¨®crata en el Senado y aliados europeos como Francia y Alemania, Bush puede argumentar ahora que Mosc¨² no parece predispuesto a que ese proyecto resucite la guerra fr¨ªa.
Dos diarios estadounidenses hostiles en general a la muy conservadora pol¨ªtica de Bush coincidieron ayer en felicitarle por su gira europea. The New York Times dijo del encuentro sostenido el s¨¢bado por Bush y Putin: 'Rara vez los l¨ªderes de EE UU y Rusia hab¨ªan superado de tal manera unas expectativas tan bajas'. Y, valorando el conjunto del viaje, The Washington Post se?al¨® que Bush 'impresion¨® a muchos de sus pares europeos por sus modales seguros y su campechana bonhom¨ªa'.
La gira le sirvi¨® a Bush para disipar parcialmente los temores despertados en el Viejo Continente por el arranque unilateralista y arrogante de su presidencia. 'Los unilateralistas', dijo tras su reuni¨®n con los l¨ªderes de la OTAN, 'no se sientan a la mesa a escuchar a los otros y compartir sus opiniones'. Pero la gira corrobor¨® que existen profundas divergencias entre el inquilino conservador de la Casa Blanca y una Europa gobernada mayoritariamente por socialdem¨®cratas. Ninguna fue tan evidente como la provocada por el rechazo brutal de Bush del acuerdo de Kioto sobre cambio clim¨¢tico. En esta materia, la cita que quedar¨¢ ser¨¢ la del primer ministro sueco, G?ran Persson, en Gotemburgo: 'Estamos en desacuerdo'. Y el lema, el de 'tejano t¨®xico' exhibido por miles de manifestantes.
Bush, en cambio, tranquiliz¨® a los l¨ªderes europeos al garantizarles que no habr¨¢ retirada precipitada de las tropas estadounidenses en los Balcanes, aunque les decepcion¨® al no demostrar demasiado entusiasmo por implicarse en Macedonia. En el asunto del escudo antimisiles consigui¨® 'una nueva receptividad', por emplear su propia f¨®rmula. El brit¨¢nico Tony Blair, el espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y el italiano Silvio Berlusconi se mostraron dispuestos a tomar en consideraci¨®n sus argumentos. Y Putin, al que Bush propuso comprarle armas rusas y efectuar ejercicios militares conjuntos, acept¨® la apertura de un di¨¢logo.
Lo m¨¢s importante, no obstante, es que Europa ha entrado en el campo de mira de un Bush que lleg¨® a la Casa Blanca ignorando ese continente y deseando centrarse en construir las Am¨¦ricas.
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