La cu?a de Washington en la UE
La gira del presidente de EE UU ha dividido a los l¨ªderes europeos sobre el escudo antimisiles
Una semana despu¨¦s del comienzo de la serie de visitas de George W. Bush a Europa, los analistas de las instituciones europeas se concentran estos d¨ªas en obtener unas conclusiones m¨¢s templadas. Todos los consultados coinciden en que el balance global es 'positivo' porque las expectativas eran bajas ante un presidente que ha hecho crecer semana tras semana la larga lista de litigios trasatl¨¢nticos. Pero hay un dato en el que hacen m¨¢s hincapi¨¦: Bush ha logrado establecer 'unos enlaces' en Europa (Tony Blair, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Silvio Berlusconi) y, de paso, una cu?a en la UE ante las reticencias previas al escudo antimisiles.
Tras su entrevista del pasado s¨¢bado con Vlad¨ªmir Putin, Bush no llam¨® s¨®lo a Aznar para contarle sus impresiones sobre el presidente ruso. Tambi¨¦n telefone¨® al primer ministro brit¨¢nico y al presidente polaco, Alexander Kwasniewski. Fueron esos tres l¨ªderes europeos, junto a los de Italia y Rep¨²blica Checa, quienes se mostraron m¨¢s que comprensivos con la nueva estrategia de seguridad mundial descrita por Bush. 'No llam¨® ni a Jacques Chirac [presidente franc¨¦s] ni a Gerhard Schr?der [el canciller alem¨¢n]', destacan en Bruselas altos cargos de la UE.
Bush : 'Blair es realmente un amigo, y Aznar, un hombre muy interesante'
En efecto, ha sido el escudo antimisiles el que ha abierto una zanja entre los dirigentes europeos. Todos asumen que la situaci¨®n estrat¨¦gica mundial ha cambiado tras el derrumbamiento de la antigua URSS, pero frente al apoyo a su escudo que Bush recibi¨® de Aznar, en primer lugar, y de Blair o Berlusconi, despu¨¦s, Chirac no dud¨® en repetir que el proyecto es 'una fant¨¢stica incitaci¨®n a la proliferaci¨®n' de misiles bal¨ªsticos. El presidente franc¨¦s, junto con Schr?der, logr¨® en Gotemburgo que los Quince asumieran que deben mantener 'una posici¨®n com¨²n' frente a ese peligro y que un medio adecuado es la convocatoria de 'una conferencia internacional' sobre la no proliferaci¨®n, una iniciativa recibida a rega?adientes en Washington.No es de extra?ar que, a preguntas de periodistas en la ciudad sueca, Bush comentara despu¨¦s que 'Blair es realmente un amigo' y 'Aznar un hombre muy interesante', pero optara por no definir a Chirac o al canciller alem¨¢n.
En materia de seguridad, el ¨²nico mensaje que realmente satisfizo a todos los europeos fue la insistencia de Bush de que consultar¨¢ 'con Rusia y la UE' (cit¨® en varias ocasiones primero a Rusia) el desarrollo de su nueva estrategia mundial. En el terreno de la pol¨ªtica exterior, los dirigentes de la UE consideran que Europa llev¨® la delantera en sus contactos con Bush hasta el punto de que, 'por primera vez', un presidente de EE UU asumi¨® buena parte de las tesis defendidas por la Uni¨®n sobre la estrategia conjunta en Oriente Pr¨®ximo o en los Balcanes.
Tambi¨¦n en el largo listado de contenciosos comerciales hubo progresos. Pascal Lamy, el comisario de Comercio, y el secretario de Estado de Comercio, Robert Zoellick, pactaron contactar con antelaci¨®n antes de que vuelva a saltar cualquier otro litigio que pueda agriar a¨²n m¨¢s la tensa relaci¨®n actual.
Pero el broche de la relaci¨®n Estados Unidos-Uni¨®n Europea era la cena que Bush mantuvo con los l¨ªderes de los Quince la noche del pasado jueves en Gotemburgo y, seg¨²n personas que conocen al detalle su desarrollo, 'la reuni¨®n no fue bien'. Tras exponer el presidente americano sus ideas 'sobre ciberterrorismo y nuevas amenazas, los europeos y Bush se dedicaron de uno y otro lado a darse lecciones, sobre todo con respecto a Kioto; Chirac estuvo muy duro y el ambiente final era un poco tenso', afirman. 'Ha sido una p¨¦rdida de tiempo', cuentan que dijo despu¨¦s el primer ministro portugu¨¦s, Ant¨®nio Guterres.
Por el contrario, la cena de los ministros de Exteriores de la UE con el secretario de Estado, Colin Powell, 'fue magn¨ªfica'. Una vez m¨¢s, seg¨²n asistentes a la cena, mostr¨® una gran sensibilidad hacia las posiciones europeas, algo que en la UE echan de menos en el Pent¨¢gono y, en ocasiones, en la Casa Blanca. 'Bush no tiene carisma ni liderazgo, pero s¨ª unas ideas sencillas, b¨¢sicas, que las defiende bien', comenta un alto cargo de la UE que ha seguido de cerca sus visitas por Europa.
[La Casa Blanca anunci¨® ayer que est¨¢ preparando la visita de Bush en julio a Londres, G¨¦nova, Roma y el Vaticano, y previsiblemnte, a Kosovo, informa Efe.]
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