Barreras arquitect¨®nicas
El pasado lunes 11 de junio leo en este diario la tercera noticia en los ¨²ltimos tiempos sobre el problema de la eliminaci¨®n de barreras arquitect¨®nicas en los edificios de vecinos y el papel jugado por la Confederaci¨®n Andaluza de Minusv¨¢lidos F¨ªsicos (CAMF). Me gustar¨ªa hacer las siguientes observaciones.
1. Vaya por delante mi total coincidencia en el problema de fondo con respecto a que la posibilidad legal de oposici¨®n de unos vecinos a la instalaci¨®n de rampas o an¨¢logos en edificios privados atenta directamente contra el derecho constitucional de igualdad y las libertades de residencia y de circulaci¨®n.
2. Tambi¨¦n coincido con mi buen amigo Gonzalo Rivas en la urgente necesidad de modificaci¨®n de la Ley de Propiedad Horizontal, que permite actualmente a un grupo de vecinos prohibir a otro discapacitado el disfrute de derechos constitucionales leg¨ªtimos y, por tanto, la necesidad de que se establezca una normativa que, invirtiendo los t¨¦rminos legales vigentes, permita la instalaci¨®n de rampas, salvo circunstancias muy excepcionales, como la afectaci¨®n a la estructura del edificio, la imposibilidad f¨ªsica o la tenencia por el discapacitado de vivienda an¨¢loga a la litigiosa.
3. Donde surge mi discrepancia con la CAMF es en esa idea, demasiado acentuada en asociaciones de discapacitados, de que los problemas nos los tienen que resolver los dem¨¢s. Tanto la CAMF como la Confederaci¨®n Coordinadora Estatal de Minusv¨¢lidos F¨ªsicos de Espa?a (Cocemfe) pudieron presentar los recursos oportunos, una vez se public¨® la ley en el BOE, para acabar, si fuera necesario, recurriendo en amparo ante el Tribunal Constitucional y no lo hicieron. Igualmente pudieron solicitar al Defensor del Pueblo Espa?ol que presentara recurso de inconstitucionalidad y tampoco lo hicieron (se dirigieron al auton¨®mico, sin competencias en esta materia).
4. Esta falta de actuaciones judiciales en este caso, como en algunos otros, puede ser negativa porque genera la sensaci¨®n de pasividad que en muchos discapacitados puede no ser bien entendida o, lo que es m¨¢s importante, muy dif¨ªcil de explicar.
5. Entre las muchas asignaturas pendientes que tiene todav¨ªa el movimiento asociativo de los discapacitados est¨¢ la asunci¨®n de su naturaleza reivindicativa en todos los terrenos, incluido el judicial, v¨ªa que en un Estado de derecho debe ser perfectamente compatible con la negociaci¨®n paralela y con la obligaci¨®n de los poderes p¨²blicos de ayudar a dichos colectivos.
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