El grito desesperado de Saviola
El argentino ruega por carta a los dirigentes del River que no entierren su deseo de ir al Bar?a
'Se trata de la oportunidad de mi vida y mi voluntad es ser jugador de tan prestigiosa instituci¨®n [por el Bar?a]. No entierren ustedes mi deseo'. Semejante ruego se puede leer en la carta que el mi¨¦rcoles dirigi¨® Javier Saviola, de 19 a?os, natural de Buenos Aires, a los dirigentes y los hinchas de su club, el River Plate, que ha hecho caso omiso a la suculenta oferta -22 millones de d¨®lares (unos 4.300 millones de pesetas)- lanzada por el Barcelona para hacerse con los servicios del delantero m¨¢s valorado del f¨²tbol argentino.
La voluntad del jugador ha chocado ruidosamente contra la de los directivos del River, pero Saviola no est¨¢ dispuesto a cejar en su empe?o. De ah¨ª el grito desesperado que el jugador emite en su carta, en la que no faltan aspectos sentimentales de enorme peso para pedir que le abran las puertas del f¨²tbol espa?ol: 'Quiero contarles que independientemente de mi transferencia, mis padres viajar¨¢n a Barcelona a los fines de intensificar el tratamiento m¨¦dico de mi padre. ?C¨®mo podr¨¦ seguir jugando si tengo a los que m¨¢s amo en este mundo lejos de m¨ª?'.
Un portavoz de la junta calific¨® la carta de 'verdadera extorsi¨®n' y admiti¨® que probablemente 'bajo esa presi¨®n' la ¨²nica soluci¨®n que le quedaba al club era revocar la anunciada decisi¨®n de retener al jugador. La directiva del River decidi¨® oponerse al fichaje, pese al que consideraban 'ofert¨®n' del Bar?a, por una cuesti¨®n de supervivencia. A seis meses de las elecciones a la presidencia, no iba a resultar f¨¢cil explicar al aficionado c¨®mo, meses despu¨¦s de traspasar a Aimar, hac¨ªan lo mismo con la otra estrella del equipo, Saviola. M¨¢s a¨²n, despu¨¦s de perder el campeonato a dos jornadas del final y de quedar eliminados de la Copa Libertadores.
Pero los acontecimientos se precipitaron desde que el club hiciera p¨²blica la negativa al traspaso. Saviola respondi¨® de inmediato. Consider¨® que, para ello, el mejor escaparate era el Mundial sub-20. El mi¨¦rcoles, la selecci¨®n argentina comenz¨® perdiendo su partido frente a Egipto. Pero all¨ª estaba el conejito Saviola para echarse el equipo a la espalda y marcar tres goles en la primera parte. Y en el descanso, su representante, el abogado Alfredo Cabrera Brizuela, dio a conocer la carta que ¨¦l mismo hab¨ªa redactado y que el jugador firm¨® por la ma?ana. Argentina gan¨® aquel partido, 7-1, y se clasific¨® para los octavos de final. En medio de los festejos, las voces de las emisoras de radio le pon¨ªan un toque dram¨¢tico al texto. Era la palabra de Saviola: 'Quiero que sepan mis hinchas que estoy pasando por una situaci¨®n familiar muy dif¨ªcil por la delicada salud de mi padre, la cual ruego a Dios que se solucione y har¨¦ todo lo posible para que tenga la mejor atenci¨®n m¨¦dica que exista en el mundo, y s¨®lo podr¨¦ ser feliz y jugar con alegr¨ªa teniendo a mi padre al lado'.
Como colof¨®n, Saviola acababa haciendo p¨²blicos los n¨²meros de la operaci¨®n: 'La oferta del Barcelona es de 22 millones de d¨®lares netos y limpios para River, pero tengan en cuenta que el club catal¨¢n deber¨¢ desembolsar un total de 27 millones de d¨®lares [cerca de 5.265 millones de pesetas] para adquirir mi pase. Esto la convierte en la operaci¨®n m¨¢s importante de la historia del f¨²tbol argentino. El contrato que me ofrece el Barcelona llegar¨ªa a los 2 millones y medio de d¨®lares anuales [cerca de 490 millones de pesetas]. River no pudo pagarme, luego de dos a?os y medio, ni siquiera la prima del primer a?o en forma completa [48 millones de pesetas]. Hoy se me presenta la gran oportunidad de mi vida y la voy a aprovechar porque me esforc¨¦ mucho para cumplir este sue?o. Espero que el internismo pol¨ªtico no sea el obst¨¢culo a lo razonablemente humano de mi pedido'.
'Yo no soy una joya de la abuela' contin¨²a Saviola, 'soy simplemente un jugador de f¨²tbol, una persona que necesita y quiere ser feliz junto a su familia. Si la decisi¨®n es no otorgarme la transferencia, les pido desde ya que se abstengan de ofrecerme soluciones econ¨®micas y/o humanitarias por cuanto la posibilidad de hacerlo ya la tuvieron'. Conocido el contenido de la carta, cientos de aficionados comenzaron a llamar a los programas de deportes, mientras un directivo del club preguntaba: '?C¨®mo decir ahora que no?'. El grito desesperado de Saviola hab¨ªa dado en la diana.
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