Un imperio de la pasi¨®n
Audaz criatura esta Maribel Qui?ones. En complicidad con Kiko Veneno, se construy¨® un extraordinario personaje -ella lo defin¨ªa como 'tonadillera rockera posmoderna'- con un no menos rico repertorio propio. Sin embargo, en la segunda mitad de los noventa protagoniz¨® una pasmosa pirueta: Martirio decidi¨® reciclarse en estilista sin peineta. Es decir, se ha especializado en domar, en reinventar, en poner a su servicio canciones cl¨¢sicas. Un ejercicio con doble vertiente: de Am¨¦rica se trae boleros, tangos y alguna bossa nova hacia un territorio flamenco, mientras que las coplas espa?olas adquieren esbelta vestimenta jazz¨ªstica.
Tales ejercicios, felizmente llevados a puerto, ser¨ªan difundidos y celebrados en cualquier pa¨ªs sensible. Pero, recuerden, estamos en Espa?a, donde triunfan boleristas que reconocen libremente que nunca han vivido las pasiones que cantan, donde algunas figuras creen darse ba?os de latinidad en las piscinas climatizadas de Miami. As¨ª que Martirio, lo cuenta desde el escenario, trabaja desde cierta marginalidad y tiene que explicar con regularidad que no, que ella no se ha retirado 'a promocionar nuevos valores', como cre¨ªa un bienintencionado taxista. Al contrario, se est¨¢ dejando la piel en esta nueva carrera, que pronto contar¨¢ con un tercer disco, Mucho coraz¨®n.
Llevaba, recuerda la cantante, tres a?os sin presentarse a lo grande en Madrid. Y echa el resto. Frida Kahlo con gafas oscuras, desarrolla las canciones de Coplas de madrug¨¢ y Flor de piel con una certera expresi¨®n corporal y canta con una ductilidad gloriosa. Tiene una excelente banda, hecha de mimbres flamencos y jazzeros: finos instrumentistas a los que s¨®lo se les podr¨ªa exigir algo m¨¢s de riesgo, alguna ruptura sonora como las que realizan los bravos palmeros cuando salen a primera l¨ªnea y se marcan unas pata¨ªtas.
El cancionero de Martirio santifica el carpe diem, un imperio-de-la-pasi¨®n que se explicita en sus parlamentos. Evoca a Benny Mor¨¦, a la rebelde Marta Vald¨¦s, al genial Miguel de Molina, al bendito Bola de Nieve. Para la traca final, caen Mar¨ªa la Portuguesa, el tango gardeliano Volver y Mar¨ªa Magdalena. Como recordando, una vez m¨¢s y con renovado sentimiento, que nunca es demasiado en asuntos del coraz¨®n.
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