Rock del desierto

Avanzadilla de un nuevo vericueto del rock en direcci¨®n a par¨¢metros realmente poco novedosos, Queens of the Stone Age actuaban en Madrid ante el desconcierto de quienes esperaban verlos junto a su nuevo componente, Mark Lannegan. Por motivos contractuales, Mark no ha podido actuar en esta gira, aunque parece ser que va a grabar el nuevo disco del grupo. Mientras tanto, en formaci¨®n de tr¨ªo apoyados en un multiinstrumentista que aporta matices, la banda del hier¨¢tico Josh Homme hizo un poco lo mismo que en sus anteriores visitas, y se apreci¨® que la furia de la guitarra se ha aplacado un tanto en cuanto a decibelios y otros sonidos -teclados, theremin- que aspiran a introducir m¨¢s elementos de inter¨¦s en un estilo que promet¨ªa mucho pero que lleva camino de quedarse en muy poco.

Queens of the Stone Age ofrecieron una buena selecci¨®n de temas de sus dos primeros elep¨¦s: Monsters in the parasol, Walkin' on the sidewalks, Better living through chemistry, Mexicola o You can't quit me baby. Sus armas siguen siendo la econom¨ªa en la elaboraci¨®n de estructuras musicales, la rudeza guitarrera y r¨ªtmica, melod¨ªas vocales que discurren desde el grito feroz a la salmodia y una ambientaci¨®n repetitiva e hipn¨®tica.

Rock del desierto -ellos tienen establecido su cuartel general en Palm Desert- atiborrado de qu¨ªmica y fascinado con el punto obsesivo que debe dar el vivir y crear rodeado de arena, roca y cactus. La sensaci¨®n que queda sigue siendo la misma: suenan como Los Stooges del fun house sin cantante saltimbanqui, aunque el bajista acudiera a tocar desnudo en el bis. Algo debe inventarse esta gente si quiere salir del callej¨®n en el que ha atascado su visi¨®n del rock.