Escuadrones de la muerte en Minsk
20 personas han 'desaparecido' por orden del r¨¦gimen de Bielorrusia, seg¨²n dos fiscales
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, finaliz¨® ayer en Mosc¨² una visita de dos d¨ªas. El principal tema de las conversaciones con su hom¨®logo Vlad¨ªmir Putin fue la uni¨®n existente -al menos sobre el papel- entre ambos pa¨ªses, pero pocos dudan de que la verdadera raz¨®n del viaje es asegurarse el apoyo de Rusia para los pr¨®ximos comicios presidenciales, que se celebrar¨¢n en septiembre pr¨®ximo y en los que est¨¢ previsto que Lukashenko sea reelegido. La visita se produce en medio del esc¨¢ndalo desatado por dos fiscales que denunciaron la existencia de un aut¨¦ntico escuadr¨®n de la muerte en Bielorrusia.
Lo ¨²nico que en teor¨ªa podr¨ªa estropear los planes de Lukashenko son precisamente las denuncias hechas por Oleg Sl¨²chek y Dmitri Petrushk¨¦vich, miembros del grupo que investigaba la desaparici¨®n del c¨¢mara del canal ruso ORT Dmitri Zavadski. Despu¨¦s de que misteriosamente murieran dos miembros del equipo -de ataque al coraz¨®n, seg¨²n la versi¨®n oficial-, Sl¨²chek y Petrushk¨¦vich huyeron de Bielorrusia y desde el extranjero aseguraron que tanto el c¨¢mara de ORT como el ex viceprimer ministro V¨ªktor Gonchar, el ex ministro del Interior Yuri Zaj¨¢renko y el empresario Anatoli Krasovski -todos desaparecidos- fueron asesinados por un grupo especial creado con el fin de eliminar a personas que el actual r¨¦gimen considera 'indeseables'.
El fiscal general, V¨ªktor Sheiman, es el que, en sus tiempos de secretario del Consejo de Seguridad de Bielorrusia, habr¨ªa ordenado al entonces ministro del Interior, Yuri Sivakov, crear un escuadr¨®n de la muerte. En un principio, 'el grupo de limpieza' ensay¨® con criminales y mafiosos locales, y s¨®lo despu¨¦s del ¨¦xito de esas operaciones el m¨¦todo fue utilizado contra los enemigos de Lukashenko, seg¨²n aseguran los denunciantes. En total, el escuadr¨®n de la muerte habr¨ªa asesinado a una veintena de personas.
Los que investigaban la desaparici¨®n de Zavadski se enteraron de la existencia del escuadr¨®n por casualidad: un ex agente de los servicios especiales, detenido en Bielorrusia despu¨¦s de que los rusos le hubieran capturado en Chechenia, cant¨® y entreg¨® al jefe del grupo, al coronel Dmitri Pavliuchenko. Fue ¨¦ste quien confes¨® que el cuerpo de Zavadski hab¨ªa sido enterrado en la zona del cementerio S¨¦verni de Minsk.
La fiscal¨ªa recurri¨® a sus colegas de Mosc¨² y les pidi¨® que enviaran equipos y especialistas para buscar cad¨¢veres. Pero el entonces fiscal general fue destituido cinco d¨ªas despu¨¦s de que hiciera la petici¨®n a Rusia, y los bielorrusos mandaron otro documento a Mosc¨² en el que dec¨ªan que ya no necesitaban esos equipos.
El crimen perfecto fue conseguido gracias a que el escuadr¨®n de la muerte recib¨ªa durante uno o dos d¨ªas la pistola que se usa en Bielorrusia para ejecutar -de un tiro en la nuca- a los condenados a muerte, por lo que es imposible identificar ese arma incluso si se encuentra la bala asesina.
Pavliuchenko fue puesto en libertad por orden de Sheiman a pesar de que Alexandr Grachov, jefe del departamento de control del Ministerio de Cultura, le reconoci¨® como la persona que hab¨ªa tratado de secuestrarlo. Seg¨²n Grachov, Pavliuchenko y sus hombres lo llevaron a la regi¨®n del cementerio S¨¦verni, le pusieron una pistola en la sien y le amenazaron con matarle si no cambiaba su informe. Las irregularidades descubiertas por Grachov hab¨ªan llevado a la c¨¢rcel a una pariente del primer vicejefe de la Administraci¨®n presidencial.
Minsk lo ha negado todo por boca de uno de los presuntos organizadores del escuadr¨®n, Sivakov, que ahora es vicejefe de la Administraci¨®n de Lukashenko. A pesar del esc¨¢ndalo, Lukashenko no teme nada: con la prensa en su bolsillo, lo ¨²nico que necesita es el apoyo econ¨®mico de Rusia, algo que tiene pr¨¢cticamente asegurado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.