Fidel Castro asegura despu¨¦s de su desmayo que su sucesi¨®n est¨¢ asegurada

El presidente cubano particip¨® en un programa en televisi¨®n el mismo s¨¢bado por la tarde acompa?ado de la plana mayor de su Gobierno, incluido su hermano, el ministro de Defensa Ra¨²l Castro, y los j¨®venes dirigentes que desde hace tiempo trabajan a su lado: el vicepresidente, Carlos Lage; el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe P¨¦rez Roque, y su secretario personal, Carlos Valenciaga. Tambi¨¦n estaba en el estudio de televisi¨®n Juan Miguel Gonz¨¢lez, el padre del famoso ni?o balsero Eli¨¢n Gonz¨¢lez.

Su presencia all¨ª no era casual. A Castro le dio la lipotimia justo cuando anunciaba el inicio de una nueva campa?a pol¨ªtico-ideol¨®gica de la magnitud y el talante de la convocada el a?o pasado por la liberaci¨®n de Eli¨¢n. Pero esta vez para denunciar la 'injusticia' de la reciente condena por espionaje de cinco agentes de la seguridad cubana que se infiltraron en los grupos del exilio de Miami, y que calific¨® de 'patriotas'. Castro afirm¨® que sabe desde hace tiempo que la 'mafia terrorista de Miami' especula con rumores sobre su mal estado de salud y dijo que ya el a?o pasado advirti¨® a George W. Bush cuando a¨²n era candidato a la presidencia de EE UU que no pensase que con su muerte, 'natural' o por 'un atentado', se iba a acabar la revoluci¨®n cubana. Castro dijo que hay millones de j¨®venes que continuar¨¢n con la 'obra revolucionaria' y que tendr¨ªan que morir todos para acabar con el sistema socialista vigente.

'Lo del s¨¢bado se qued¨® en un susto, pero fue un susto que puso en evidencia qu¨¦ ocurrir¨ªa si de pronto faltase Fidel Castro', opin¨® ayer un diplom¨¢tico. Durante los 15 minutos escasos en que Castro permaneci¨® ausente y nadie sab¨ªa lo que hab¨ªa ocurrido, se vivieron momentos de angustia e incertidumbre. Ayer el diario Juventud Rebelde se refer¨ªa en un editorial a esos 15 minutos como 'instantes de conmoci¨®n'. 'Nada pudo poner bridas a la angustia de esta isla cuando nuestro comandante en jefe hizo un alto inesperado en la tribuna', dijo el peri¨®dico.

Llam¨® la atenci¨®n tambi¨¦n que fuese el joven canciller cubano quien se dirigiera a la multitud para pedir calma. Durante breves segundos, tras el desvanecimiento de Castro, se vio a Lage y P¨¦rez Roque hablar con semblante preocupado en la tribuna antes de que el segundo tomase la palabra para solicitar firmeza y tranquilidad a los asistentes al acto. Tampoco escap¨® a los observadores la consigna con la que Roque termin¨® su improvisada intervenci¨®n: '?Viva Ra¨²l! ?Viva Fidel!'. En los estudios de televisi¨®n, el s¨¢bado por la noche, Ra¨²l Castro, Lage y Roque escucharon al mandatario cubano durante las casi tres horas que habl¨® ya repuesto del sofoc¨®n y del susto.