Las claves para la sucesi¨®n de Fidel
Una nueva generaci¨®n formada por los hermanos Castro espera el testigo para tratar de mantener el r¨¦gimen en Cuba
'?Y despu¨¦s de Fidel, qu¨¦?'. La pregunta, formulada a bote pronto a un cubano de a pie minutos despu¨¦s de que el l¨ªder comunista sufriese un desmayo el s¨¢bado 23 de junio, en medio de un discurso, tuvo contestaci¨®n inmediata: 'Lo primero, reja pa'la casa', es decir,proteger la vivienda ante cualquier circunstancia. La reacci¨®n del joven, cuando a¨²n no se conoc¨ªa la gravedad de lo sucedido, fue adem¨¢s de ingeniosa, reveladora: como ¨¦l, muchos cubanos, desde los fidelistas a los m¨¢s ac¨¦rrimos desafectos, contemplan con incertidumbre y hasta temor el futuro despu¨¦s de la muerte de Castro.
Aunque en apariencia s¨®lo fue un susto, el breve soponcio que le dio al l¨ªder m¨¢ximo hace ocho d¨ªas en La Habana cuando llevaba dos horas hablando bajo el sol, provoc¨® un estremecimiento nacional; y ¨¦ste sirvi¨® para dos cosas. Primero, hizo que, de sopet¨®n, la gente cayese en la cuenta de un hecho evidente, pero que hasta ese momento muy pocos se planteaban: que Fidel Castro es humano y mortal. En segundo lugar, puso en primer plano un tema sensible del que en la isla raramente se habla: el de la sucesi¨®n del Comandante.
La revoluci¨®n no peligra, dice Castro, porque en el Gobierno hay j¨®venes que defienden con igual o m¨¢s fuerza el socialismo
Desde luego, Castro es humano y mortal. Pero para muchos en Cuba hasta el pasado 23 de junio este tema no era un asunto preocupante. La inercia de 42 a?os de 'revoluci¨®n victoriosa' y la imagen del l¨ªder, que pese a sus 74 a?os mostraba una vitalidad envidiable y era capaz de hablar siete horas seguidas, crearon alrededor de ¨¦l un halo de eternidad. En numerosas ocasiones, el propio Castro se ha referido a su sucesi¨®n. Sus ideas sobre este asunto son conocidas: la revoluci¨®n no peligra, pues desde hace a?os los l¨ªderes hist¨®ricos comparten las tareas de gobierno con dirigentes j¨®venes que, asegura Castro, defienden con igual o m¨¢s fuerza los principios socialistas.
Es visible que desde hace a?os el mandatario se ha rodeado de j¨®venes salidos de la Uni¨®n de J¨®venes Comunistas o de la Federaci¨®n de Estudiantes Universitarios (FEU). La mayor¨ªa, despu¨¦s de trabajar un tiempo cerca de ¨¦l, pasaron a ocupar puestos relevantes. Entre ellos est¨¢ Felipe P¨¦rez Roque, de 36 a?os, quien durante siete fue su ayudante personal y desde hace dos es canciller; tambi¨¦n Carlos Lage, de 49, que es vicepresidente y lleva las riendas de la econom¨ªa.M¨¢s j¨®venes a¨²n son Carlos Valenciaga, su actual secretario, y Hassan P¨¦rez, presidente de la FEU, junto al l¨ªder en todos lados. Ellos mismos se han ocupado de desmentir la imagen de aperturistas que algunos cuban¨®logos les han querido atribuir.
Bromeando -o no-, Roque ha definido a los dirigentes como ¨¦l de 'muyahidines de la revoluci¨®n' y en la calle los calificativos van m¨¢s all¨¢. 'Son talibanes, y quien piense que la cosa aflojar¨¢ si ellos son el relevo, se equivocan', dice Yunieisi, una ingeniera. Yunieisi cree que el desmayo de Castro 's¨ª es importante'. 'Si un simple desmayo provoca tal conmoci¨®n, pese a que los mecanismos de sucesi¨®n ya est¨¢n previstos, imag¨ªnese lo que pasar¨¢ cuando de verdad falte Fidel'.
Lo que dice esta joven tiene sentido: durante los 15 minutos que dur¨® la lipotimia de Castro hubo un desconcierto general. 'Unos lloraron, otros lo celebraron, pero todo el mundo se preocup¨®. La gente intuye que Fidel es el equilibrio y que sin ¨¦l puede venir el caos'. Quiz¨¢ Yunieisi exagera. Pero muchos ven con igual incertidumbre el futuro, pese a los mensajes tranquilizadores de las autoridades. 'Aqu¨ª no va a haber ning¨²n vac¨ªo de poder', dice un dirigente. Lo establecido es que si Castro muere antes que su hermano Ra¨²l, sea ¨¦ste quien asuma el poder. No en balde, es segundo secretario del Partido Comunista, primer vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Defensa.
Las c¨¢balas abundan estos d¨ªas y algunas son de lo m¨¢s imaginativo. Algunos dicen que Ra¨²l es m¨¢s duro que Fidel, otros que es m¨¢s pr¨¢ctico, y casi todos que no podr¨¢ sustituir el carisma de su hermano y mantener el poder mucho tiempo. Otros hablan de que tras una breve transici¨®n uno de los j¨®venes, sea Lage, P¨¦rez Roque o el presidente del Parlamento, Ricardo Alarc¨®n, se convertir¨¢ en primer ministro y despu¨¦s vendr¨¢n las reformas. 'Lo que s¨ª es seguro es que hacia m¨¢s socialismo no ir¨¢n', cree D. J., un empresario extranjero que, como es comprensible, no quieren dar sus datos. Algunos disidentes, como Elizardo S¨¢nchez, opinan que 'en Cuba no hay socialismo, sino fidelismo', y que por eso ser¨ªa deseable que cualquier cambio contase con su apoyo -al menos al principio- para evitar situaciones traum¨¢ticas y des¨®rdenes. Si es cierto lo que dice S¨¢nchez, la pregunta es: ?Es posible el fidelismo sin Fidel?
Y despu¨¦s, otras: ?Qui¨¦n ser¨¢ el relevo? ?P¨¦rez Roque, el joven que tuvo el temple para subir a la tribuna tras el desmayo de Castro aunque junto a ¨¦l hab¨ªa tres comandantes hist¨®ricos? Y los que hoy se declaran guardianes del testigo revolucionario, ?lo defender¨¢n ma?ana o ser¨¢n quienes lo entierren? ?Habr¨¢ derrumbe o transici¨®n? ?Continuismo? ?Caos? Ocho d¨ªas despu¨¦s de la primera pregunta, el joven fil¨®sofo criollo del primer p¨¢rrafo habl¨® de nuevo con deslumbrante agudeza: 'Mire, compadre, despu¨¦s no s¨¦. Pero h¨¢game caso: lo primero, reja pa'la casa'.
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