Realidad inmigrante
La realidad se est¨¢ tomando la revancha frente a una Ley de Extranjer¨ªa que, en muchos aspectos, parece que hubiera sido concebida para negarla. El reglamento que la desarrolla, en tr¨¢mite de elaboraci¨®n, apunta a una moderaci¨®n de sus preceptos m¨¢s duros, inservibles para abordar con realismo algunas de las situaciones m¨¢s candentes de la inmigraci¨®n.
Mariano Rajoy se ha encontrado con la dificultad de su aplicaci¨®n y ha optado, haciendo de la necesidad virtud, por utilizar el reglamento como correctivo de la ley. Uno de los aspectos modificados es el bloqueo a la regularizaci¨®n del inmigrante sin papeles. El reglamento abre esa posibilidad al inmigrante que acredite su permanencia continuada en Espa?a durante tres a?os y est¨¦ potencial o realmente incorporado al mercado de trabajo. Por v¨ªa reglamentaria se ha vuelto pr¨¢cticamente a las posiciones de la anterior Ley de Extranjer¨ªa, a la que el Gobierno del PP acus¨® de progresismo ut¨®pico por cuestiones como ¨¦sta. Pero, ?no se habr¨ªa ganado en seguridad jur¨ªdica si la ley, y no s¨®lo su reglamento, hubiera reconocido esa f¨®rmula de regularizaci¨®n ordinaria ofrecida al inmigrante? El Gobierno se ha dado el instrumento con el que poder regularizar la situaci¨®n de las decenas de miles de inmigrantes sin papeles dejados en la cuneta por su Ley de Extranjer¨ªa. Pero en unas condiciones de arbitrariedad e improvisaci¨®n que explican la forma ¨¦rratica en que se est¨¢ produciendo.
La misma cuesti¨®n plantean las sugerencias que acaba de hacer el Consejo del Poder Judicial en su informe sobre el reglamento para que se motive la denegaci¨®n de cualquier tipo de visado y se ampl¨ªe el escaso plazo de 48 horas previsto para la expulsi¨®n. Esa instituci¨®n ya hizo estas recomendaciones en su informe al proyecto de Ley de Extranjer¨ªa, pero los legisladores del PP no se dieron por enterados. Es posible que ahora corran mejor suerte si Rajoy quiere que la Ley de Extranjer¨ªa, aunque sea por v¨ªa reglamentaria, se adapte m¨ªnimamente a la realidad de la inmigraci¨®n, en lugar de seguir confront¨¢ndose a ella.
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