Vangelis y Marte agitan los mitos griegos
Pol¨¦mica ante el estreno de una obra musical en el Templo de Zeus
Hoy, a las nueve y media de la noche, en el Templo de Zeus de Atenas, Vangelis presenta su ¨²ltima obra, Mythodea. No todos los griegos han visto con buenos ojos la iniciativa. Ayer, la presentaci¨®n del concierto se convirti¨® en una sucesi¨®n de dardos envenenados dirigidos al ministro griego de Cultura, Evangelos Venizelos, que sorte¨® como pudo unas preguntas que expresan la indignaci¨®n de ciertos sectores de este pa¨ªs que critican la utilizaci¨®n de lugares arqueol¨®gicos para espect¨¢culos como el de Vangelis. El compositor, que no suele cobrar sus disparatados honorarios cuando toca en su lugar natal, prefiri¨® tratar de cuestiones musicales.
Un inmenso escenario reunir¨¢ esta noche en el Templo de Zeus a la London Metropolitan Orchestra con 20 percusionistas invitados, a las 120 voces del coro de la ?pera Nacional de Grecia y a los grandes protagonistas de la cita, el compositor Vangelis con sus teclados electr¨®nicos y las c¨¦lebres sopranos Kathleen Battle y Jessye Norman. Unas imponentes pantallas recoger¨¢n im¨¢genes del espacio, facilitadas por el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, que se mezclar¨¢n con una sucesi¨®n de iconos mitol¨®gicos. Y es que los arrolladores sonidos ¨¦picos que Vangelis ha volcado en Mythodea conmemoran la aventura en la que este a?o lleva embarcada la NASA y con la que pretende llegar al planeta Marte.
La primera voz cr¨ªtica contra el evento fue la de otro compositor griego, Mikis Theodorakis
A la rueda de prensa asistieron adem¨¢s del ministro y el compositor, Kathleen Battle, Jessye Norman y el presidente de Sony Classical, Peter Gelb. Veinte c¨¢maras grabar¨¢n el concierto a las ¨®rdenes del irland¨¦s Declan Lowney, un director curtido en estos desaf¨ªos pues ha filmado conciertos multitudinarios de artistas como Luciano Pavarotti, Jos¨¦ Carreras, Prince, U2 o las Spice Girls.
La primera voz cr¨ªtica contra este espect¨¢culo fue, hace unos d¨ªas, la de otro compositor, Mikis Theodorakis. El argumento: la exorbitante cifra que hab¨ªa recibido del Ministerio de Cultura, m¨¢s de 500 millones de pesetas. A partir de ah¨ª, se desencadenaron las furias. En seguida, los arque¨®logos expresaron su temor por el templo, bastante tocado ya por la permanente invasi¨®n de los turistas. El siguiente blanco volvi¨® sobre la cuesti¨®n econ¨®mica. ?C¨®mo es posible que un solo concierto cueste al erario p¨²blico m¨¢s que festivales enteros que se organizan en Atenas, como el de Epidaurus, por ejemplo?, se le pregunt¨® al ministro. Se critic¨® el precio de las entradas, entre 7.500 y 25.000 pesetas. Y hubo incluso alguien que lleg¨® a decir que ni siquiera la NASA ten¨ªa la menor idea de las partituras de Vangelis.
Un clima agitado para una eterna pol¨¦mica, que incluye en realidad muchas disputas. La que enfrenta a quienes defienden la impoluta tradici¨®n de lo cl¨¢sico frente a la invasi¨®n de lo moderno a trav¨¦s de las nuevas tecnolog¨ªas. O la que pone en cuesti¨®n la utilizaci¨®n de dinero p¨²blico en la producci¨®n de actos culturales. Y es que hay quienes quieren conservar la memoria art¨ªstica de un pa¨ªs en su m¨¢xima pureza y hay otros que prefieren utilizar esa memoria para proyectarla al exterior como parte de sus se?as de identidad. Existe tambi¨¦n el temor al poder de las multinacionales que tienen esa sorprendente capacidad de llegar, ver y vencer all¨ª donde consideran que puede haber negocio.
El caso es que el ministro intent¨® salir del atolladero pulsando tres argumentos fundamentales. El primero, que un comit¨¦ de expertos ha estudiado los posibles efectos negativos del concierto sobre el templo, y que no habr¨¢ da?o alguno. El segundo, que los beneficios que va a generar Mythodea ser¨¢n mayores que los gastos que ha ocasionado. Y tercero, que hay que contar tambi¨¦n con la proyecci¨®n que la cultura griega contempor¨¢nea tendr¨¢ en el exterior gracias a esta obra de Vangelis. Y es que ese es precisamente uno de los retos de la sociedad griega, salir de su m¨ªtico pasado y proyectarse al futuro. Del templo a Marte.
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