La ciudad se vaci¨®

Estaba el todo Madrid y, desde una vista a¨¦rea, hubiera sido todo un placer ver c¨®mo se iban acercando los espectadores en oleadas por las inmediaciones del estadio. En una de las puertas esperaban desde por la ma?ana Esther y Marina, pero ellas ya ten¨ªan entrada: "Estamos aqu¨ª para ponernos las primeras". Este empe?o se revel¨® un tanto suicida, ya que dos horas antes de que comenzara la actuaci¨®n del ¨ªdolo, los efectivos de la Cruz Roja se hartaron a atender lipotimias en jovencitas, a las que la sola posibilidad de ver a la estrella a unos metros hac¨ªa que no les llegara el top al ombligo. En la zona vip y a la sombra aguardaban rostros populares de toda ¨ªndole: empresarios, art¨ªstas, deportistas...

Era la noche en la que la ciudad se vaci¨® de personas, y -sin querer a?adir elementos sexistas- hay que decir que las f¨¦minas ganaban por mayor¨ªa. Adem¨¢s, todas ellas acud¨ªan a un estadio de f¨²tbol con la sonrisa pegada en el rostro -?qu¨¦ mejor publicidad para el deporte rey? . Hablando de deporte, el comentario mal¨¦volo lo soltaba David, un argentino representante de artistas: "Al menos en este a?o, por una noche, se va a llenar el Vicente Calder¨®n y todo el mundo se va a marchar contento a casa". Se ve que David no era del Atleti.