La mayor cubierta met¨¢lica de la ciudad
El palacio albergaba unas gradas con capacidad para 11.000 espectadores
El Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, donde cantantes de estatura mundial como Paul McCartney, Bob Dylan y Julio Iglesias celebraron hist¨®ricos conciertos, qued¨® convertido ayer en un silencioso gigante de sombra y humo. Situado entre las calles de Goya y de Jorge Juan, l¨ªmites norte y sur, y la plaza de Salvador Dal¨ª y la calle de Fuente del Berro, al oeste y al este del edificio, respectivamente, contaba con una planta circular de 115 metros de di¨¢metro y un aforo, en gradas con asientos de respaldo pl¨¢stico, para 11.000 espectadores. Su principal singularidad era su cubierta met¨¢lica: una hect¨¢rea de superficie cuya luz, su anchura, abarcaba 73 metros.
Seg¨²n fuentes t¨¦cnicas del Gobierno regional, era la cubierta met¨¢lica m¨¢s grande de Madrid, junto con las que dise?ara el ingeniero Eduardo Torroja para los hangares de los aeropuertos de Barajas y Cuatro Vientos. Obra de los arquitectos catalanes Lorenzo Garc¨ªa Barb¨®n y Jos¨¦ Soteras Mauri, iniciada en 1958, la cubierta ayer incendiada fue construida con paneles de aluminio grecado, es decir, plegado, para dotar de mayor secci¨®n al metal. El aluminio, muy ligero, tiene un punto de fusi¨®n de 660 grados cent¨ªgrados. Cada panel era de unos tres metros por un metro y medio de superficie, atornillados unos con otros. 'En varios partidos de baloncesto a los que aqu¨ª asist¨ª, algunos paneles se desprendieron sobre el p¨²blico', recuerda una espectadora.
Como soportes transversales de la cubierta fueron instaladas vigas met¨¢licas triarticuladas, con dos segmentos de acero unidos por tres bisagras -una central, que sujetaba el conjunto, y dos m¨¢s en cada extremo del arco- que derivaban las presiones de cada arcada hacia un per¨ªmetro de hormig¨®n que contorneaba todo el edificio. Este per¨ªmetro qued¨® ayer inc¨®lume.
'El Palacio de los Deportes de Madrid ardi¨®, presumiblemente, por el incendio generado por la aplicaci¨®n de un soplete al envoltorio de papel grueso [denominado kraft] que rodea la tela asf¨¢ltica que los operarios instalaban ayer sobre el techo para cubrir goteras', indic¨® Pedro Gallardo, director de los bomberos municipales. 'La tela era de vitrofib, fibra de vidrio ign¨ªfugo que serv¨ªa como revestimiento interior de la cubierta', precis¨®. El despliegue por la techumbre de tendidos de aire acondicionado, afectados por las llamas, contribuy¨® a la veloz propagaci¨®n del incendio, seg¨²n fuentes t¨¦cnicas regionales. 'La extensi¨®n de cubiertas de este tipo exige su construcci¨®n a base de metales ligeros', explic¨® Jaime Tarruell, directivo del Colegio de Arquitectos de Madrid.
'Pero, precisamente, estos techados son tambi¨¦n muy sensibles al incremento de calor que provoca el fuego y que causa en ellos dilataciones deformantes. Si el fuego no es inmediatamente reducido', afirm¨® Tarruell, 'la cubierta se comba y, posteriormente, se abate'. Pedro Gallardo destac¨®: 'A partir de 400 grados cent¨ªgrados, el aluminio comienza a hacerse el¨¢stico'.
'El peso de la cubierta, deformada por el fuego, pudo abatir tambi¨¦n las vigas transversales de acero', sugiri¨® Tarruell. 'Para proteger el acero [cuyo punto de fusi¨®n es de 1.400 grados cent¨ªgrados] se emplean hoy pinturas intumescentes que, en contacto con las llamas, generan ampollas aislantes que permiten a los bomberos actuar durante una hora', a?adi¨®.
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