El orgullo de la humildad
El apelativo Toro se lo puso un periodista argentino por la fuerza que Acu?a exhib¨ªa en la cancha cuando jugaba en el Boca Juniors. Uno de los secretos de Roberto Acu?a, 175 cent¨ªmetros, 80 kilogramos, est¨¢ en su c¨®digo gen¨¦tico, guaran¨ª y en algo m¨¢s prosaico que ¨¦l destaca siempre:su pasado como alba?il. Los fisioterapeutas dicen que posee una musculatura realmente excepcional, por lo que se lesiona poco. Adem¨¢s, est¨¢ atravesando uno de los momentos m¨¢s dulces de su carrera.
Poderoso en el c¨¦sped, aunque sus cr¨ªticos dicen que aparenta trabajar m¨¢s de lo que lo hace, y bueno t¨¦cnicamente, Acu?a desciende de una familia humilde, de ascendencia paraguaya, que se estableci¨® en el barrio de Avellaneda de Buenos Aires. All¨ª empez¨® a dar las primeras patadas a un bal¨®n mientras que su padre se esforzaba por sacar adelante una peque?a empresa de transporte. As¨ª, compatibiliz¨® sus comienzos futbol¨ªsticos con el trabajo en la construcci¨®n para ayudar en casa.
El primer disgusto se lo llev¨® a los 17 a?os, cuando lo descart¨® un entrenador de las categor¨ªas inferiores del Independiente de Avellaneda. Pero el orgullo del padre pudo m¨¢s que la decisi¨®n del t¨¦cnico y Acu?a, acompa?ado de su madre, viaj¨® hasta la capital paraguaya, Asunci¨®n, donde se abri¨® camino en el Nacional. En aras de su porvenir, se nacionaliz¨® paraguayo y a los 20 a?os ya era internacional por ese pa¨ªs. Fue entonces cuando le lleg¨® la llamada de Argentina. Del Nacional de Asunci¨®n pas¨® al Argentinos Juniors; despu¨¦s, al Boca, y en la temporada 1997-98, al Independiente de nuevo para sonrojo de quienes pocos a?os antes lo hab¨ªan ninguneado de mala manera.
El director t¨¦cnico del Zaragoza, Pedro Herrera, le ech¨® el ojo y, al final de esa campa?a, dio el salto desde Buenos Aires hasta la capital aragonesa. El fichaje le cost¨® al Zaragoza unos 800 millones de pesetas. Ahora, el valor de mercado de Acu?a est¨¢ por encima de los 2.000 millones.
El Toro responde al perfil del futbolista de origen humilde: enamorado de los buenos coches, de los ¨²ltimos inventos electr¨®nicos, de la pasta italiana y de los asados de carne. Ahora, a sus 29 a?os, sabe que est¨¢ en un momento trascendental de su carrera. En Paraguay est¨¢ invirtiendo sus ahorros en viviendas y ayudando a los suyos. La flota de camiones de la empresa familiar ha aumentado y ha ampliado el negocio con un lavadero de coches.
Y, mientras sus empresas crecen, tiene al alcance de la mano la posibilidad de anotarse su primer t¨ªtulo en Espa?a, algo que le situar¨ªa en el escalaf¨®n por delante de otros destacados futbolistas paraguayos como los precisamente ex zaragocistas Arr¨²a, Diarte y Amarilla. Si le dejan, no desaprovechar¨¢ la ocasi¨®n: es un ganador al que no le gusta perder ni en las pachangas con sus amigos por una cerveza.
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