Telva decoraci¨®n
Llevamos una semana que parece el Sal¨®n de las Artes Decorativas. Para empezar ah¨ª est¨¢n todos los perifollos florales de un Matas que habr¨ªa adornado algunas urnas y no precisamente cinerarias. Aunque no se sabe muy bien si las adorn¨® o las engord¨®, pero s¨ª que se trata de una complicada labor de punto de cruz que algunos le quieren tapar u ocultar o algo, vamos, que nos hallamos ante las t¨ªpicas matas que no dejan ver el bosque. Lo mismo ocurre con unos visillos de piqu¨¦, que no dejan ver nada y que m¨¢s parecen cortinas de humo que se elevan con sus volantes, sus festones y sus lazos. Porque lazos hay, si no ?c¨®mo podr¨ªa sospecharse que Piqu¨¦ trinc¨®? Quiero decir, ?c¨®mo podr¨ªa ponerse en tela de juicio a un simple pa?o de algod¨®n con su estampado de no haber roto nunca un plato, ya que no otra cosa que un tejido -no una trama- es el piqu¨¦?
Pues no vean la que hay con las mesas. Nadie duda de que si se desea un pa¨ªs bien amueblado se debe conceder su importancia a las mesas. Mesas hubo por aqu¨ª lo que se dice hist¨®ricas y hace poco se hab¨ªa encargado una que para muchos era simple y para otros intolerable, porque pese a parecer redonda tambi¨¦n ten¨ªa sus esquinas. El caso es que ahora tenemos dos mesas. Y no por aquello del si no quieres taza toma taza y media -o dos- sino porque los ebanistas y carpinteros que la est¨¢n dise?ando han debido de recapacitar. Por primera vez en la peque?a historia de este certamen de la construcci¨®n, quienes se hallan especializados en proyectar pa¨ªses y saborearlos por anticipado y por la v¨ªa de la regla y el comp¨¢s -de las reglas- acaban de darse cuenta de que no puede vincularse la paz a la soberan¨ªa. Bienvenida sea la idea, quita a discutir en qu¨¦ madera habr¨¢ que tallarlas y con cu¨¢ntas patas.
El terreno de los electrodom¨¦sticos ya es otra cosa, porque ha registrado un debate que a fuer de dom¨¦stico parece domesticado. Me refiero a los electrodom¨¦sticos de l¨ªnea blanca conocidos como estado de la naci¨®n que, lo adelanto, ya llevaba parido un rat¨®n llamado Va Bien, por lo que nada tiene de extra?o que el mayor representante del pa¨ªs desplegara su cat¨¢logo de ofertas y gangas. M¨¢s chocante ha resultado que haya habido un Zapatero ejerciendo oposici¨®n de sal¨®n. Los asistentes a la feria, o al baile, qu¨¦ s¨¦ yo, le habr¨ªamos agradecido que se hubiera tra¨ªdo un buen par de borcegu¨ªes antes que unas zapatillas de cristal que m¨¢s parec¨ªan de Cenicienta. Y hablando de cuentos, le estamos muy reconocidos por haberse preocupado por don Quijote pero, ?no tendr¨ªa que haberse ocupado de los molinos de viento?
La verdadera subasta fue cosa de transistor, quiero decir que quien m¨¢s puso cabezabajo la puja fue el rey de las ondas medias, largas y cortas. Y lo hizo sin despeinarse. Tuvo su raz¨®n cuando arremeti¨® contra la fontaner¨ªa del plan hidrol¨®gico, la ley de importaci¨®n de complementos o extranjer¨ªa y el monopolio de dise?o de algunos art¨ªculos ¨²nicos -la universidad porcelanosa o procelosa, las muelas del juicio o judicatura-, pero le sobr¨® en alg¨²n momento mala intenci¨®n -s¨ª, se?or Burukide-, aunque al final entregara un pliego de buenas voluntades. El presidente del gremio de viajantes o mayor representante del reino respondi¨® al interiorista respond¨®n lanzando algunos balones fuera y se atuvo a su prop¨®sito de firmeza, aunque en alg¨²n momento pa-reci¨® que, por primera vez, la firmeza no estaba re?ida con la cintura, lo que dej¨® entrever la posibilidad de pudieran bordar al alim¨®n alguna manteler¨ªa. L¨¢stima que ni ¨¦ste ni aqu¨¦l se acordaran de las mesas.
Un Sal¨®n de las Artes Decorativas se quedar¨ªa cojo sin la secci¨®n dedicada al menaje. Pues bien, aqu¨ª hay que decir que las cazuelas siguen muy tiznadas y que se apuesta por la olla a presi¨®n. A presi¨®n de fuego y plomo, si me entienden. Porque los m¨¢s visionarios siguen aferrados a unos desvar¨ªos ahora de pura serie B, como lo demuestra la nueva sigla que se ha dejado fuera al Herri. Pero, ?acaso no lo ha dejado fuera siempre? En fin, menudo saloncito, digo, semanita. Aunque si quiere cambiar su hogar, no deje de visitarnos. Adjuntando este boleto le descontar¨¢n la molestia.
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