Dar la teta
Esta columna est¨¢ dedicada al director general de personal del Servicio Andaluz de Salud (SAS), cuyo desvelo en la salvaguardia de nuestros intereses econ¨®micos merece un elogio. A juzgar por el celo con que ha peleado los cinco millones de pesetas que una tal Mar¨ªa Pilar Mart¨ªnez pretend¨ªa cobrar del SAS, ¨¦ste hubiera sido el hombre adecuado para gestionar los 35.000 de p¨¦rdidas que arroja el balance de la Expo 92. Y como muestra de su eficacia, un bot¨®n.
En 1996 Mar¨ªa Pilar Mart¨ªnez, una psic¨®loga interina del Hospital Comarcal de Baza, se qued¨® pre?ada. Pari¨®, y como hacen todas, pidi¨® una excedencia que el SAS deneg¨® alegando la injusticia que se cometer¨ªa si reconociera en una interina los mismos derechos laborales que en una fija. Mart¨ªnez prefiri¨® dar la teta aunque se quedara sin trabajo, pero recurri¨® la resoluci¨®n. El juzgado de lo Social le dio la raz¨®n, el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa se la quit¨®, y el Tribunal Constitucional volvi¨® d¨¢rsela en el a?o 2000. Un funcionario poco celoso de su trabajo la habr¨ªa readmitido sin m¨¢s, pero el director general de personal del SAS aprovech¨® un resquicio legal para impedir que se cumpliera el esp¨ªritu de una sentencia manifiestamente injusta. Ver¨¢n qu¨¦ truqui: el SAS reconoce el derecho de Mart¨ªnez a la excedencia pedida en 1996, pero no admite su petici¨®n de reingreso, cursada en 2000, porque han transcurrido m¨¢s de tres a?os desde el parto hasta su solicitud de readmisi¨®n. Mart¨ªnez no hab¨ªa podido pedirla antes porque hasta el fallo del Constitucional no ten¨ªa reconocida la excedencia y por consiguiente no pod¨ªa solicitar su vuelta a trabajo. No importa: con la ley en la mano, pasados tres a?os sin solicitud de regreso los v¨ªnculos laborales se disuelven y la excedente se queda en la calle. Hala, por lista.
Ahora este eficaz funcionario tendr¨¢ que escuchar todo tipo de reproches. Si usted hubiera sido jefe de personal de una empresa privada, le dir¨¢n algunas feministas, su actitud habr¨ªa sido igualmente reprobable; pero si¨¦ndolo de un servicio p¨²blico gestionado por un gobierno que se dice de izquierdas, su comportamiento es adem¨¢s tal y cual. Por su parte, las mujeres del PSOE, siempre beligerantes en la defensa de las cuotas femeninas, alzar¨¢n la voz, ya lo ver¨¢n, contra esta actitud machista y poco solidaria. Etc¨¦tera.
Nosotros le recomendamos fortaleza, don director general; que usted no es el responsable de la baja natalidad del pa¨ªs. Adem¨¢s, est¨¢ por ver que estas cosillas disuadan de tener hijos. Seg¨²n las estad¨ªsticas, las inmigrantes se reproducen por todos nosotros, y ¨¦stas s¨ª que son interinas. No nos enga?emos, a las t¨ªas les gusta quedarse pre?adas y pedir excedencias. Si no, que nos expliquen c¨®mo es posible que algunas lo sigan haciendo pese a la inseguridad laboral, el precio de las guarder¨ªas y la ausencia de ayudas institucionales. Si el gobierno diera 60.000 pesetas por mes e hijo durante los tres primeros a?os del ni?o, como sucede en Alemania, aqu¨ª todas se podr¨ªan a parir como conejas, y no trabajar¨ªa ni Dios. No hay nada m¨¢s que ver a esta Mart¨ªnez, que entre dar la teta y recibir trabajo, ha preferido dar la teta. Bueno, pues que se quede sin trabajo.
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