La 'hierba' de los jesuitas
'Mejor es casarse que abrasarse'. No lo escribe el te¨®logo Marciano Vidal, sino Pablo de Tarso en una carta a los corintios (1 Co. 7,9) como reconocimiento de la atracci¨®n -'como un fuego violento'- que existe entre los sexos. Algunos de los primeros eclesi¨¢sticos (a?o 33 despu¨¦s de Cristo) ya discut¨ªan sobre el celibato, y ¨¦sa era la posici¨®n de san Pablo, que perdur¨® hasta el Concilio de Letr¨¢n de 1123. Fue una prueba de lo mucho que mandaba aquel fogoso ap¨®stol ca¨ªdo del caballo cuando acud¨ªa a perseguir, furioso, a los cristianos de Damasco, m¨¢s tarde un aut¨¦ntico secretario de organizaci¨®n del creciente cristianismo.
El voluminoso tomo segundo de Moral de actitudes, titulado por Marciano Vidal como Moral del amor y de la sexualidad, aborda con meticulosa erudici¨®n esas cuestiones morales, y no hay afirmaci¨®n que no deje sustentada en reiteradas citas de autoridad. Pero, en materia de sexo, Roma no admite averiguaciones, s¨®lo dogmas, aunque sean poco cumplidos. El 92% del clero cat¨®lico norteamericano cree que el celibato deber¨ªa ser una opci¨®n personal, y s¨®lo el 2% de ese clero cumple totalmente ese mandato, seg¨²n el soci¨®logo jesuita Joseph Fichter, de la Universidad de Harvard.
Hasta los jesuitas parecen moverse en esta materia. 'A lo largo de sus m¨¢s de cinco siglos de existencia, la Compa?¨ªa de Jes¨²s se ha atrevido pr¨¢cticamente con todo, menos con el voto de celibato', escrib¨ªa el pasado d¨ªa 28 de junio la agencia Ivicon, de la Conferencia Espa?ola de Religiosos (Confer). Daba cuenta as¨ª de la publicaci¨®n de un libro del jesuita Thomas Hollweck, publicado por las editoriales Mensajero y Sal Terrae, que constituye el trabajo de licenciatura del autor en la Pontificia Comillas, dirigido por Marciano Vidal. Las vueltas que da la vida.
'La historia de la Compa?¨ªa est¨¢ jalonada de posicionamientos firmes sobre diferentes cuestiones, divinas y humanas. Incluso sobre los otros dos votos, el de pobreza y obediencia (tambi¨¦n al Papa), las interpretaciones no han dejado de prodigarse. Pero, en el caso de la castidad, ning¨²n documento oficial de la orden de san Ignacio de Loyola, salvo algunas referencias ocasionales y tard¨ªas, se ha pronunciado sobre el tema', escribe Ivicon. Hasta que en 1995 la Congregaci¨®n General 34? afront¨® el tema de La castidad en la Compa?¨ªa de Jes¨²s en el decreto 8?.
Ignacio de Loyola fue quien dijo en el cap¨ªtulo 6 de las Constituciones que el voto de castidad 'no pide interpretaci¨®n'. Dura prueba, debi¨® pensar, porque la tradici¨®n jesuita se encarg¨® pronto de alimentar el rumor sobre una hierba que tomaban para superar las tentaciones. En su Historia de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, Nicol¨¢s Orlandino relata la an¨¦cdota del pr¨ªncipe Felipe pidiendo al gran tesorero de Castilla Juan de Z¨²?iga que procurase enterarse del nombre de la tal hierba. Se pregunt¨® al padre Antonio Araoz, pero la hierba, les dijo, no era otra que el 'temor de Dios'. Y no hubo m¨¢s.
Sobre el fundador de la Compa?¨ªa, Hollweck escribe que 'el entorno social en que creci¨® no era el m¨¢s favorable para optar por una vida de castidad y perseverar en ella', que fue 'un hombre con experiencia de trato ¨ªntimo con mujeres' y que 'hay argumentos para suponer que tuvo una hija'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.