Domingo en el parque

El domingo 24 de junio acud¨ª con mi familia al bonito parque del Oeste, aqu¨ª, en Madrid. Me encontr¨¦ sentadas en el c¨¦sped a infinidad de familias y parejas de novios pasando la tarde: entre estas familias hab¨ªa infinidad de hispanoamericanos.

Me fij¨¦ mucho porque a m¨ª me gusta respetar la naturaleza, y vi que, cuando unos y otros nos march¨¢bamos despu¨¦s de pasar una agradable tarde, no quedaba ning¨²n rastro (en general) de botes, botellas o papeles. La alfombra verde se ve¨ªa limpia.

Pero mi gran sorpresa fue al cruzar al otro lado del parque para ir a coger el coche. A pesar de que ya hab¨ªa o¨ªdo voces de denuncias, no pod¨ªa creer lo que all¨ª vi: cientos de personas, en su mayor¨ªa de procedencia ecuatoriana, tumbadas en el c¨¦sped, aplast¨¢ndolo literalmente, con las papeleras rebosando de basura, el suelo lleno de botes, botellas y papeles. Parec¨ªan la marabunta.

Para colmo, por la hora que era, ya estaban prepar¨¢ndose para marcharse, por lo que saqu¨¦ en conclusi¨®n que aquello se quedar¨ªa as¨ª.

Se?or alcalde de Madrid, olvide un poco sus t¨²neles, reparta su tiempo, visite a estas familias y, con las normativas en la mano, recu¨¦rdeles que respeten las zonas comunes a todos los ciudadanos. D¨ªgales -como yo se lo digo desde aqu¨ª- que igual que piden derechos, tambi¨¦n tienen sus obligaciones. Mande una patrulla de polic¨ªa todos los domingos para poner orden. No le importe lo que digan la prensa ni la oposici¨®n. Cumpla con su obligaci¨®n. El parque del Oeste (segundo pulm¨®n de Madrid) no debe ser arrasado, debemos defenderlo igual que a la Casa de Campo.