La foto
En el homenaje a Jes¨²s Aguirre, que se celebr¨® en la Fundaci¨®n El Monte, repartieron un programa del acto con un texto de Aquilino Duque y una fotograf¨ªa de Pablo Juli¨¢ que estoy segura que nos sorprendi¨® a todos los asistentes y a la que me voy a referir. Porque de otras muchas cosas como la capacidad, erudici¨®n e ingenio de Jes¨²s Aguirre se ha dicho y se dijo aquel d¨ªa tanto y tan bien que hemos podido llegar a conocerlo a trav¨¦s de otros, del decir de sus amigos.
Por eso me fascin¨® esa espl¨¦ndida foto del pasado que establec¨ªa una comunicaci¨®n directa con cada espectador desde el fondo del escenario, reflejada todo el tiempo en una pantalla detr¨¢s de los oradores.
En primer plano asoman unos fragmentos redondeados y borrosos que se adivinan micr¨®fonos, lo que nos ayuda a imaginar que le podemos o¨ªr con claridad; detr¨¢s brillan las patillas de unas gafas extraordinariamente limpias y transparentes; y tras las gafas est¨¢ la cabeza de Jes¨²s Aguirre con la orilla izquierda iluminada de un blanco que absorbe los matices y resalta el contorno de su pelo sobre el fondo negro. La cara, en la sombra, tiene expresi¨®n cansada, dolida de poco reposo, de conocimientos y recuerdos acumulados. Por la derecha penetra el humo a borbotones contra la luz, ingr¨¢vido, rizado, agitando su velo amenazador como con deseo de envolverle.
Jes¨²s Aguirre se acaba de quitar las gafas que ha estado usando para leer y le trastorna salir de la profundidad de la lectura y desenfocar la vista hacia lo lejos. Ha llegado el momento de entablar relaci¨®n con el p¨²blico. Con gesto esforzado comienza a clavar la atenci¨®n en lo que ocurre: levanta la mirada hacia su interlocutor o hacia la concurrencia y observa desde lejos, desde la concentraci¨®n que tuvo con las gafas puestas y que ahora cambia de tumbo camino de la oratoria y el di¨¢logo.
A¨²n no piensa en lo que va a decir: escucha o reconoce o busca alguna cara amiga. Sabe sobre lo que va a hablar, pero sus palabras no le preocupan porque saldr¨¢n fluidas y su discurso se amoldar¨¢ sobre la marcha. Cuando llegue el momento no le faltar¨¢n ideas ni le fallar¨¢ el verbo.
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