Punto G
Punto A. La mujer, como el hombre, tiene pleno derecho al placer sexual sin prejuicio de raza, edad, condici¨®n social, estado civil, religi¨®n o atavismos morales.
Punto B. La autoestimulaci¨®n es tan l¨ªcita como la pr¨¢ctica sexual compartida, el coito o el ejercicio rec¨ªproco del placer. Su desarrollo contribuye al equilibrio emocional, fomenta la imaginaci¨®n y facilita estados parciales de felicidad. Alivia tambi¨¦n la ansiedad y contrarresta ciertos efectos del estr¨¦s.
Punto C. Las mujeres saben perfectamente que el orgasmo es m¨¢s f¨¢cil cuando se alcanza a solas. Conocen mejor que nadie las regiones de su cuerpo y el lugar expl¨ªcito donde habita el placer de cada una, aunque la moral y la instituci¨®n sexual se hayan encargado de difundir la idea de que tal actividad era un m¨¦todo equivocado e il¨®gico.
Punto D. La estimulaci¨®n femenina es en el 90% de los casos clitoridiana, es decir, externa, y casi nunca vaginal (ah¨ª est¨¢ El informe Hite de 1976), lo que demuestra, pese al silencio guardado al respecto por Freud y Alfred Kinsey (que consideraban la masturbaci¨®n de la mujer un s¨ªntoma de inmadurez y de inadaptaci¨®n), que la participaci¨®n del hombre no es absolutamente necesaria y mucho menos exclusiva.
Punto E. Por las mismas razones, el hecho demostrado de que el orgasmo femenino se apoya esencialmente en la estimulaci¨®n externa no ha de tomarse nunca como una ofensa o desaf¨ªo contra la intervenci¨®n masculina. S¨®lo consiste en cambiar el concepto de sexo virilmente asentado y no limitarlo a la pat¨¦tica penetraci¨®n de urgencia.
Punto F. Coito (Estimulaci¨®n vaginal o previa) + estimulaci¨®n clitoridiana puede ser la f¨®rmula para solucionar muchas situaciones de frustraci¨®n que se padecen en silencio.
Punto G. B¨²squelo. Y no piense despu¨¦s de este viaje por el er¨®geno ed¨¦n femenino de la mano de Shere Hite que dicho punto se halla en el fondo arcilloso y tierno de una vagina. No se enga?e ni pierda m¨¢s el tiempo. El punto g est¨¢ algo m¨¢s arriba de ese lugar -como escrib¨ªa el poeta Claudio Rodr¨ªguez- 'donde se besa a oscuras, a ciegas', sobre 'la honda ternura de esa b¨®veda, de esa caverna abierta al resplandor...'.
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