Ciudadanos de uniforme
Con profunda preocupaci¨®n hemos le¨ªdo en diversos medios de comunicaci¨®n nacional que el Gobierno, mediante la futura Ley Org¨¢nica de Asociaciones (de la que ya ha anunciado el proyecto), pretende cercenar los derechos fundamentales de los ciudadanos de uniforme prohibiendo a los militares el ejercicio del derecho de asociaci¨®n.
Como presidente de Ciofas, asociaci¨®n de ¨¢mbito nacional, miembro de pleno derecho de Euromil (organizaci¨®n europea de asociaciones de militares que aglutina a m¨¢s de medio mill¨®n de asociados de 19 pa¨ªses), miembro del Convenio de Asociaciones de Militares de Espa?a y Portugal y miembro de la Federaci¨®n de Asociaciones de Militares de Espa?a (FAME), y en representaci¨®n de todos nuestros asociados, he de manifestar lo siguiente:
1. El art¨ªculo 22 de nuestra Constituci¨®n garantiza el derecho a la libertad de asociaci¨®n para todos los ciudadanos, sin excepci¨®n; por lo tanto, ninguna norma legal puede prohibir lo que la Constituci¨®n permite y ampara.
2. Mientras Espa?a avanza en Europa hacia el futuro y nuestros gobernantes se permiten abanderar la defensa de las libertades y derechos de los ciudadanos comunitarios (ratificaci¨®n de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE), en nuestro pa¨ªs se retrocede y se intenta limitar unos derechos plenamente reconocidos en el Viejo Continente, donde abundante normativa avala el desarrollo del derecho de asociaci¨®n para los militares desde hace varias d¨¦cadas.
3. Desde diversos sectores sociales y medi¨¢ticos se ha intentado satanizar a las asociaciones de militares present¨¢ndolas como sindicatos encubiertos. Nada m¨¢s lejos de la realidad, ya que la madurez democr¨¢tica y el escrupuloso respeto a la Constituci¨®n, que limita o except¨²a la sindicalizaci¨®n en el seno de las FAS, impiden tal posibilidad.
4. La plena integraci¨®n social de los ciudadanos de uniforme pasa por el reconocimiento del derecho fundamental de asociaci¨®n como v¨ªa de participaci¨®n institucional en aquellas decisiones que les afectan.
Al parecer, los ciudadanos espa?oles de uniforme tendremos que esperar el tren de la historia en las puertas del Tribunal de Estrasburgo.
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