Aunque parezca mentira
Dos heridos de gravedad en el emocionante encierro de Cebada, con lluvia y escasos corredores
Todav¨ªa los hay que se ponen coloraos. Aunque parezca mentira. Toca tercer encierro. Con letras de trap¨ªo se anuncia Cebada Gago. O si se prefiere: una de las ganader¨ªas que m¨¢s ha hecho por quitar de la cabeza a cientos de alegres mocetones la loca idea de zapatillear asustados con un toro de 500 (o m¨¢s) kilos resoplando en la espalda. Justo en este momento, m¨¢s de uno se pone colorao. Por el flato.
Tras los tumultuosos y muy chiripitifl¨¢uticos d¨ªas anteriores, llega la calma. Se acab¨® el fin de semana y, adem¨¢s, llueve. Los corredores forman grupos, en plural. D¨ªas antes, s¨®lo se pudo hablar de una, grande e indivisible masa corporal. Como una tortilla espa?ola. Cuando todo acabe, apenas tres minutos despu¨¦s del estallido del cohete, en la garganta de los mozos quedar¨¢ el sabor agrio de la adrenalina. 'S¨ª que ha valido la pena', dice David, que pasa las fiestas yendo y viniendo a Madrid, donde vive y trabaja. El instante vivido le compensa tanto traj¨ªn. A ¨¦l y al torero V¨ªctor Puerto, que torea hoy y ayer se estren¨® como corredor: 'He estado delante del toro, como se debe'. Dos corneados ofrecen el otro testimonio. Lo colorao es de sangre.
Estalla el cielo y la manada se precipita calle arriba por la cuesta de Santo Domingo. Un toro toma la delantera como alma que lleva el mism¨ªsimo Lucifer. En la plaza del Ayuntamiento, en la curva que dobla para dejar caer el adoquinado por Mercaderes, el astado engancha un cuerpo sobre sus astas y su testuz enfurecida derrota contra una pila de camisas y pantalones blancos (por supuesto, la ropa est¨¢ llena de gente). James Shepard Skiff, estadounidense de Virginia nacido hace 19 a?os, se lleva lo peor: una cornada grave de 15 cent¨ªmetros en el muslo que le desgarra los abductores. Adem¨¢s, Jonathan Massie, canadiense de 24 a?os, sufre un puntazo de cinco cent¨ªmetros de pron¨®stico menos grave. Todo obra de Codicioso, el toro adelantado y, c¨®mo no, colorao.
En la curva de Estafeta, ca¨ªda generalizada de los toros y Pensativo, c¨¢rdeno claro, se toma su tiempo para levantarse. La manada corre muy abierta. En sus astas los cuerpos se cosen con hilos invisibles y acerados. Las m¨¢s bellas carreras se van empapando de las chispas que sueltan las cabezas de los de Cebada. El toro m¨¢s claro, el rezagado, hace que los mozos se tengan que empe?ar en templar su cabeceo sin rumbo. Un choque de toros a la entrada de la plaza y los cabestros rezagados que se comen a los j¨®venes apelmazados a las puertas del coso acaban con el encierro.
Hubo menos patas o patosos que otros d¨ªas, pero la polic¨ªa, camuflada entre los corredores, se emple¨®. Si el domingo fueron dos los sancionados, ayer fueron seis (a 50.000 pesetas de multa cada uno). ?stos, aunque parezca mentira, tambi¨¦n se pusieron coloraos; coloraos como la sangre, los pa?uelos, el toro que embisti¨® y la emoci¨®n.
Por otra parte, todos los corneados de encierros anteriores, incluida la estadounidense Jennifer Smith, herida muy grave el primer d¨ªa, se recuperan sin complicaciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.