Un fallo del cohete Ariane deja en una ¨®rbita incorrecta a un gran sat¨¦lite europeo
El 'Artemis', valorado en 150.000 millones, iba a probar comunicaciones avanzadas
El cohete Ariane 5 parti¨® a medianoche del jueves, hora espa?ola, desde la base de Kourou, en la Guyana francesa. Era la d¨¦cima vez que despegaba este avanzado lanzador, orgullo de la astron¨¢utica europea, que explot¨® en 1996 en su vuelo inaugural y desde entonces hab¨ªa conseguido un ritmo apreciable de lanzamientos y la confianza de los clientes. A los pocos minutos del lanzamiento, los t¨¦cnicos ya sab¨ªan que algo hab¨ªa ido mal, pero la noticia no se hizo p¨²blica hasta que la empresa propietaria del cohete, Arianespace, reconoci¨® el fallo en un comunicado. Para entonces, los t¨¦cnicos de la estaci¨®n de seguimiento del Artemis, situada en Fucino (Italia), ya hab¨ªan pasado a sus planes de emergencia y no s¨®lo ten¨ªan el sat¨¦lite localizado, sino que hab¨ªan conseguido desplegar sus paneles solares y tenerlo totalmente controlado, con el concurso de otras estaciones espaciales terrestres.
Por todo ello, cuando los responsables de Arianespace y de la ESA ofrecieron a mediod¨ªa de ayer la versi¨®n de lo ocurrido, el panorama no se present¨® tan negro como parec¨ªa s¨®lo unas horas antes. Seg¨²n el presidente de Arianespace, Jean-Marie Luton, la etapa final del cohete, la m¨¢s simple t¨¦cnicamente, fue la que fall¨®. Proporcion¨® un empuje un 20% inferior al previsto, lo que provoc¨® que los sat¨¦lites quedaran en una ¨®rbita fuertemente el¨ªptica de s¨®lo 17.500 kil¨®metros de altura m¨¢xima frente a los 36.000 kil¨®metros previstos, informa France Presse.
Investigaci¨®n abierta
Luton asegur¨® que el lunes se har¨¢n p¨²blicos los nombres de los integrantes de la comisi¨®n que investigar¨¢ el accidente, que emitir¨¢ un informe a principios de agosto. Est¨¢ previsto que el Ariane 5 reemplace totalmente al lanzador anterior y menos potente, el Ariane 4, dentro de s¨®lo dos a?os. La enorme inversi¨®n hecha en el Ariane 5 provoc¨® que la empresa Arianespace arrojara p¨¦rdidas, por primera vez en su historia, en el ¨²ltimo ejercicio, aunque mantiene su posici¨®n dominante en el arriesgado mercado mundial de los lanzadores. A ello ha contribuido tambi¨¦n el fracaso del programa de cohetes japon¨¦s. Estaba previsto que el Artemis fuera lanzado por un lanzador de Jap¨®n, pero la ESA tuvo que cambiar sus planes debido a ese fracaso. De la ¨®rbita el¨ªptica, los sat¨¦lites se pasan habitualmente a la ¨®rbita estacionaria (circular sobre el ecuador a 36.000 kil¨®metros de altura) recurriendo a sus propios motores. Los t¨¦cnicos de la ESA esperan ahora poder llevar el sat¨¦lite a su posici¨®n id¨®nea (a 21,5 grados este en el ecuador) con una serie de maniobras, pero tendr¨¢n que utilizar mucho m¨¢s combustible del previsto.
Dos motores
Un factor positivo es que el Artemis lleva dos motores en vez de uno. Dado que la posici¨®n en ¨®rbita la puede mantener con un innovador motor i¨®nico, que consume xen¨®n, la mayor parte del combustible l¨ªquido que lleva se puede utilizar para intentar alcanzar la ¨®rbita definitiva, dijo ayer en Kourou el director del proyecto en la ESA, Gotthard Oppenh?user. Ello podr¨ªa acortar su vida ¨²til prevista de 10 a?os. Si el sat¨¦lite no llegara a la ¨®rbita estacionaria su utilidad quedar¨ªa muy mermada, ya que no girar¨ªa al mismo tiempo que la Tierra y no podr¨ªa ser controlado desde una sola estaci¨®n. Adem¨¢s, su ventaja principal como repetidor de sat¨¦lites en ¨®rbita baja desaparecer¨ªa. Las noticias eran ayer mucho peores respecto al otro viajero del Ariane 5, el sat¨¦lite de televisi¨®n japon¨¦s BSAT-2b, que los especialistas daban por perdido, seg¨²n France Presse. Este veh¨ªculo es menos innovador que el Artemis y lleva un solo motor, que no permite encenderlo las veces suficientes como para intentar su rescate.
La ESA asegur¨® ayer, sin dar detalles, que el Artemis estaba parcialmente asegurado, pero est¨¢ claro que si se pierde no se lograr¨¢ recuperar la mayor parte de la inversi¨®n hecha. El mercado espacial es tan arriesgado que las cargas nunca van aseguradas por su valor real, y los lanzadores, mucho menos.
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