El palco de los rabos

El rabo es bello. El negocio de los rabos es floreciente y el palco estaba lleno de ellos, que se amontonaban por docenas; hab¨ªa que darle salida, y el presi se dedic¨® a ello con ejemplar entereza. Concedi¨® una cantidad de trofeos inaudita, considerando excepcional lo vulgar y disparatando como si todos los rabos le estuvieran apretando sin pudor ninguno.

Finito de C¨®rdoba se enfrent¨® a un primer enemigo corniausente, con el que se sinti¨® artista en un par de ver¨®nicas por el lado izquierdo y un trincherazo por el mismo sitio, que hicieron presagiar una buena faena. Pero no, Finito se apunt¨® al D¨ªa Mundial del Derechazo y los instrument¨® de todas las marcas excepto de la buena: en l¨ªnea, con el pico, tronchando la figura y retorci¨¦ndose. Las inexplicables precauciones con la zurda completaron una prosa aburrida y mon¨®tona. El cuarto respond¨ªa con nobleza, un poco a su aire, y Finito tir¨® m¨¢s por lo compuesto que por lo profundo en un trabajo largo, que lleg¨® a desinteresar al toro. La clase del torero luci¨® en momento aislado, lejos de las cotas exigibles a este matador que ha elegido la senda de la comodidad.

El Cordob¨¦s se enfund¨® en la bata de dependiente: lo mismo despachaba cuarto y mitad de lances que kilo y medio de derechazos, todo a granel y algo apulgarado. El toro tuvo mucha m¨¢s dulzura que el matador, que termin¨® con unos mantazos que encandilaron al respetable. El quinto, al igual que el sexto, tuvo cierta entidad y fue muy castigado por ello. El Cordob¨¦s estuvo apagado, administrando muletazos de uno en uno, que lo dejaban perfectamente descolocado para el siguiente pase. ?Pod¨ªa ser la cosa tan aburrida y falta de calidad? Pod¨ªa. Los saltos de la rana certificaron el modernismo sin hablar para nada de toreo.

A V¨ªctor Puerto debieron haberle concedido un caj¨®n de rabos; pech¨® con el lote m¨¢s dif¨ªcil, a pesar de lo cual estuvo muy por encima del mansote tercero, al que mantuvo en los medios despu¨¦s de consentirlo en tablas. Nuevamente se fue el toro a resguardo hasta emboscarse totalmente, pero siempre hubo sentido de la lidia y t¨¦cnica suficiente. El sexto era m¨¢s toro, tardeaba y embest¨ªa con la cabeza alta, pero se encontr¨® a un V¨ªctor Puerto que no se amilan¨® y aguant¨®, practicando un toreo suficiente para enjugar los posibles defectos que presentaba el animal.

El C¨¦sar, lesionado

El novillero El C¨¦sar sufri¨® en el festejo celebrado en Benalm¨¢dena (M¨¢laga) una herida con scalp en regi¨®n frontoparietal y traumatismo encef¨¢lico, de pron¨®stico reservado, seg¨²n informaci¨®n de agencias. Ten¨ªa signos de confusi¨®n y como empeor¨®, se le traslad¨® a un hospital de M¨¢laga, donde qued¨® ingresado.