Leaburu mira hacia otro lado
Los vecinos del pueblo no acompa?aron a los 'ertzainas' en la concentraci¨®n de condena del atentado de Mikel Uribe
La localidad de Leaburu (540 habitantes) mir¨® ayer hacia otro lado y no dio ninguna muestra de que siente el asesinato del subcomisario de la Ertzaintza Mikel Uribe. El Ayuntamiento amaneci¨® con la ikurri?a izada; el pueblo, en silencio. Nadie sinti¨® la necesidad de hacer un gesto. Ni siquiera a mediod¨ªa, cuando los compa?eros del agente asesinado se concentraron a escasos metros del lugar donde fue acribillado a balazos. Ah¨ª, en la plaza del pueblo, junto a la sociedad en la que Uribe cenaba cada s¨¢bado con sus amigos, polic¨ªas y amigos lloraron solos y se encargaron de colocar la bandera a media asta. Ning¨²n vecino se sacudi¨® sus ideas pol¨ªticas por la muerte de uno de los suyos.
La escena pod¨ªa preverse desde el mismo d¨ªa del atentado. Apenas una hora despu¨¦s de que dos terroristas mataran a Uribe, los miembros de la sociedad Zazpi-Bide (Siete-caminos) estaban a lo suyo. ETA, que ha conseguido alterar todas las agendas, no logr¨® aqu¨ª que dejaran de ver el Tour de Francia en la televisi¨®n. Ninguno quiso hablar entonces. 'La mayor¨ªa', dijo un vecino, 'porque son de los suyos; el resto, porque tienen miedo, miedo porque esto es un feudo de EH'. Y describe su realidad: 'Somos pocos y nos conocemos todos. Y ahora hay m¨¢s razones para tenerlo. Miguel Mari tampoco pens¨® nunca que lo fueran a matar. Y seguro que tampoco imagin¨® que tan pocos iban a salir en su defensa'.
Leaburu, situado a una treintena de kil¨®metros de San Sebasti¨¢n, es uno de los santuarios de EH, ahora Batasuna, en Guip¨²zcoa. En las ¨²ltimas elecciones municipales, consigui¨® un resultado poco habitual en las contiendas democr¨¢ticas. De los 236 votos registrados sobre un censo de 315 votantes, -descontados los nulos (30) y los sufragios en blanco (13)-, logr¨® el 100% de los apoyos (193 votos) y los siete asientos en la corporaci¨®n.
Sus resultados fueron peores en las pasadas elecciones auton¨®micas; perdi¨® la mitad de sus apoyos, aunque gan¨®. Obtuvo 128 votos (el 49,23% de los escrutados), y le sigui¨® muy de cerca el PNV (115 votos, 44,23%). S¨®lo un vecino vot¨® al PSE, siete a IU y nueve al PP.
Mikel Uribe los conoc¨ªa a todos. Viv¨ªa en Legorreta desde hace cinco a?os, pero dicen quienes le conocen que es como 'si nunca se hubiese marchado'. All¨ª regres¨® ayer por la tarde, en un f¨¦retro portado a hombros por agentes de la polic¨ªa vestidos de gala. Tras ellos, la familia, el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, y el consejero del Interior, Javier Balza. Uno a uno, tambi¨¦n el ministro de Administraciones P¨²blicas, Jes¨²s Posadas, el delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco, Enrique Villar, y representantes de todos los partidos pol¨ªticos, a excepci¨®n de Batasuna, fueron entrando en el templo. A las seis en punto de la tarde comenz¨® el funeral oficiado por el obispo de San Sebasti¨¢n, Juan Mar¨ªa Uriarte. 'Un cazador empedernido ha sido abatido como si fuera una pieza de caza', certific¨®. '?En nombre de qui¨¦n y para qu¨¦?'. Y denunci¨® la 'ciega oleada de violencia' de ETA.
En el exterior, le escuchaban el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, el presidente del PP en el Pa¨ªs Vasco, Carlos Iturgaiz, y varias v¨ªctimas de ETA; entre ellas, la viuda del ex gobernador civil de Guip¨²zcoa, Juan Mar¨ªa J¨¢uregui -asesinado el pasado a?o- y el periodista Gorka Landaburu, a quien la banda intent¨® matar con una carta bomba. Tambi¨¦n desped¨ªan a Mikel Uribe numerosos agentes de la Ertzaintza, miembros de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa vestidos de uniforme que se dieron la mano cuando el obispo pidi¨® que se dieran la paz. Junto a ellos, algunos vecinos del pueblo, que se sacudieron el miedo y despidieron al polic¨ªa vasco.
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