Diagn¨®stico precoz para que los sordos hablen
Cada d¨ªa nace en Espa?a un ni?o con sordera que debe ser estimulado antes de los seis meses
La detecci¨®n de la sordera antes de los seis meses resulta imprescindible para que los ni?os lleguen a dominar, con un tratamiento multidisciplinario y personalizado, el lenguaje verbal. Generaciones anteriores, todav¨ªa j¨®venes pero que no han podido beneficiarse de los actuales avances, compaginan el lenguaje oral y el gestual, o se siguen valiendo de la lengua de signos, inmersas en una sociedad que no dispone de tiempo para comprenderlas.
Pero el enfoque ha cambiado, y el objetivo ahora es integrar a los sordos en la sociedad oral. 'Cuando se dan tres condiciones esenciales: diagn¨®stico precoz antes de los seis meses, implante coclear antes de los tres a?os de edad y apoyo logop¨¦dico, se puede afirmar que al cabo de cinco a?os el ni?o sordo est¨¢ totalmente integrado en la sociedad oral', afirma Manuel Manrique, otorrinolaring¨®logo de la Cl¨ªnica Universitaria de Navarra.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) indica que el grado de la hipoacusia profunda en el reci¨¦n nacido es del 1 por 1.000. En Espa?a, de acuerdo con un estudio con 12.839 pacientes nacidos en 1991, el 3,9% de estos ni?os ten¨ªa alg¨²n factor de riesgo poco despu¨¦s de nacer. Las hipoacusias bilaterales (en ambos o¨ªdos) de grado grave o profundo en la poblaci¨®n de riesgo suponen el 2,13%; es decir, el 0,77 por 1.000 nacidos en la poblaci¨®n general, y las hipoacusias entre leves y moderadas, del 7,69%, lo cual supone el 2,8 por 1.000 de los nacidos en la poblaci¨®n general.
'Todos estos datos dan una idea aproximada de la incidencia de la hipoacusia en Espa?a, de forma que, considerando el n¨²mero de nacimientos, podr¨ªa decirse que todos los d¨ªas nacen un ni?o sordo y cuatro con alg¨²n tipo de deficiencia auditiva', se?ala Manrique.
El desarrollo del lenguaje est¨¢ vinculado directamente al de la audici¨®n y lo m¨¢s importante se produce en los primeros meses de vida. La p¨¦rdida de audici¨®n o hipoacusia puede presentar varios grados (leve, media, grave y profunda). Cuando es profunda -mayor de 90 decibelios (dB)- y afecta a los dos o¨ªdos, recibe el nombre de sordera.
Las hipoacusias pueden clasificarse en gen¨¦ticas y no gen¨¦ticas. En cuanto a las primeras, que constituyen el 55% de las de los reci¨¦n nacidos, los patrones de herencia de determinadas sorderas familiares permiten conocer con bastante fiabilidad la posibilidad de tener un hijo sordo.
Las hipoacusias no gen¨¦ticas pueden ser debidas a causas ambientales prenatales, perinatales y posnatales. En cuanto a las primeras, deber¨ªan realizarse an¨¢lisis precoces que identificaran infecciones por citomegalovirus, toxoplasmosis, s¨ªfilis o rub¨¦ola. La administraci¨®n de f¨¢rmacos o la exposici¨®n a radiaciones tambi¨¦n pueden inducir hipoacusia en el reci¨¦n nacido.
'En las infecciones producidas por citomegalovirus, que presentan una incidencia del 1% de los reci¨¦n nacidos, en las embarazadas de riesgo, como enfermeras o personal de geri¨¢tricos, debe realizarse este an¨¢lisis. Si es positivo, hay que evaluar el porcentaje de riesgo de malformaci¨®n en el feto, que, dependiendo del tiempo de embarazo, puede originar afecciones cerebrales, oculares, ¨®ticas o microencef¨¢licas', explica Jos¨¦ Mar¨ªa Alberdi, ginec¨®logo del hospital de Madrid.
Entre las principales causas perinatales se encuentran la prematuridad, el bajo peso en los reci¨¦n nacidos, los traumatismos en el parto, la falta de oxigenaci¨®n en el mismo o la hiperbilirrubinemia neonatal (elevaci¨®n de la bilirrubina, un marcador hep¨¢tico), producida generalmente por incompatibilidad Rh materno-fetal.
La hipoacusia posnatal se produce principalmente por infecciones virales o bacterianas. As¨ª, en pacientes de riesgo, deben realizarse mediciones de los niveles sangu¨ªneos tras la administraci¨®n de f¨¢rmacos o qu¨ªmicos otot¨®xicos para ajustar las dosis administradas y evitar que lleguen a rangos de toxicidad en el o¨ªdo. 'Del mismo modo, debe realizarse un adecuado manejo m¨¦dico en la otitis media recurrente, y de procesos relacionadaos con los o¨ªdos (enfermedad mastoidea y f¨ªstula perilinf¨¢tica) que pueden aumentar el riesgo de hipoacusia', dice Manrique.
El tratamiento de la hipoacusia var¨ªa seg¨²n su clasificaci¨®n. As¨ª, se diferencian las hipoacusias de transmisi¨®n o conductivas (la lesi¨®n se origina en el o¨ªdo externo o medio) de las perceptivas o neurosensoriales por lesi¨®n en el o¨ªdo interno de las v¨ªas auditivas centrales. Las primeras tienen tratamiento farmacol¨®gico (con medicamentos), quir¨²rgico (dirigido a mejorar el estado de los espacios y de la mucosa que recubre el o¨ªdo medio o a reconstruir las diferentes estructuras anat¨®micas) y audioprot¨¦sico (aud¨ªfonos, vibradores e implantes osteointegrados) tanto de v¨ªa a¨¦rea como de v¨ªa ¨®sea.
Implantes cocleares
No existe en la actualidad un tratamiento curativo de las hipoacusias neurosensoriales, aunque hay medios que, de forma moderada, son capaces de promover la percepci¨®n auditiva. Entre los sistemas destinados a tratar paliativamente las hipoacusias perceptivas de origen coclear, tienen que considerarse, b¨¢sicamente, los aud¨ªfonos y los implantes cocleares. El empleo de aud¨ªfonos semiimplantables con bobinas electromagn¨¦ticas est¨¢ demostrando que es una alternativa m¨¢s, especialmente cuando existe un fracaso en el uso de los aud¨ªfonos.
Los mejores resultados del implante coclear se obtienen en los ni?os que no han desarrollado el lenguaje (ni?os prelocutivos), intervenidos antes de los tres a?os y en aquellos, ni?os o adultos (pacientes poslocutivos) que hayan perdido la audici¨®n despu¨¦s de haber hablado. As¨ª lo demuestra la experiencia cl¨ªnica del implante coclear desarrollada durante casi 30 a?os en m¨¢s de 25.000 pacientes implantados en todo el mundo.
'En contexto abierto y sin apoyo visual, el 90% de los ni?os prelocutivos alcanza un reconocimiento auditivo superior al 90%. En cuanto a los pacientes poslocutivos, alcanzan, al igual que en los ni?os sordos, una comunicaci¨®n auditivo-oral excelente', declara Manrique.
Aceptar e integrar a los diferentes
La deficiencia auditiva y la sordera son problemas org¨¢nicos, pero tambi¨¦n de salud mental: el ni?o se siente s¨®lo y aislado y no todos evolucionan de la misma forma. Por ejemplo, en la ni?a, llega un momento en la adolescencia en que necesita comunicarse mucho m¨¢s y algunas pasan por verdaderos momentos de necesidad y apoyo. En la asociaci¨®n Entender y Hablar se intenta responder a todas las facetas de la sordera, tanto desde el aspecto logop¨¦dico como psicol¨®gico o afectivo, e incluso se buscan v¨ªas de socializaci¨®n', afirma Adoraci¨®n Ju¨¢rez, directora de esta instituci¨®n, que surgi¨® en Madrid hace ya 25 a?os. La integraci¨®n de ni?os sordos en esta asociaci¨®n se realiza fundamentalmente a trav¨¦s de tres v¨ªas. Por una parte, se trabaja en la eliminaci¨®n de las barreras t¨¦cnicas que exigen una actualizaci¨®n constante de los formadores. Por otra, se buscan estrategias de comunicaci¨®n, dependiendo de la edad y del diagn¨®stico de cada ni?o, como son el uso de la lengua de signos o la palabra cumplimentada, sistema de apoyo a la lectura labiofacial en sincron¨ªa con la palabra, de manera que los sonidos similares en los labios son diferentes en las manos y los similares en las manos son diferentes en los labios. La tercera v¨ªa se realiza en la escuela. En ella se busca una serie de recursos t¨¦cnicos y humanos para que los sordos puedan entender y asimilar el contenido del curso. Ju¨¢rez destaca los adelantos t¨¦cnicos y quir¨²rgicos aparecidos en los ¨²ltimos 10 a?os: 'Los primeros ni?os llegaron con una petaca, despu¨¦s pasaron a los aud¨ªfonos retroauriculares y ahora tenemos una nueva generaci¨®n de aud¨ªfonos digitales y los implantes cocleares, pero hay que insistir en que para beneficiarse de los nuevos avances t¨¦cnicos hace falta haber sido estimulado en edades precoces'. Los ni?os que no se han beneficiado de estos adelantos tienen una audici¨®n residual: precisan de la lectura labial y de los aud¨ªfonos para funcionar de manera aut¨®noma. Los ni?os de ahora, sometidos a estimulaci¨®n precoz y a los tratamientos m¨¦dicos actuales, tienen una audici¨®n funcional, porque 'los que padecen una hipoacusia severa son aut¨®nomos con la utilizaci¨®n de los aud¨ªfonos digitales, y los que padecen sordera tienen como alternativa el implante coclear', explica Ju¨¢rez. Adem¨¢s, van apareciendo iniciativas que demuestran una mayor preocupaci¨®n de la sociedad por este colectivo: nuevos tel¨¦fonos con timbres ¨®pticos; despertadores con vibradores; telefon¨ªa m¨®vil digital; el proyecto Red Sorda, emprendido por la Confederaci¨®n Nacional de Ciegos de Espa?a para crear una red de ordenadores que permita la comunicaci¨®n tanto con personas sordas como oyentes; o un proyecto que se llevar¨¢ a cabo en el hospital La Fe de Valencia para pasar consulta a sordos.
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