Malestar por la escasa subvenci¨®n de los proyectos de investigaci¨®n biom¨¦dica
La concesi¨®n de ayudas para investigaci¨®n biom¨¦dica dependientes del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS), gestionado por el Ministerio de Sanidad y Consumo, ha causado un 'profundo malestar' en muchos de los cient¨ªficos espa?oles que anualmente se presentan a este mecanismo b¨¢sico para subvenciones p¨²blicas en el ¨¢rea m¨¦dica. Un buen n¨²mero de investigadores, seg¨²n los datos recogidos por este diario, ha visto reducida la dotaci¨®n de sus proyectos a la mitad o incluso a un tercio de lo solicitado. Fuentes del FIS argumentan, por el contrario, que la media de ayudas se ha incrementado en casi medio mill¨®n de pesetas por proyecto. La convocatoria ha dejado proyectos por subvencionar por valor de m¨¢s de 16.000 millones de pesetas. Mientras tanto, no se ha plasmado todav¨ªa la acci¨®n especial de gen¨®mica y prote¨®mica anunciada para el pasado mes de junio.
Algunos de los cient¨ªficos afectados acusan al FIS de 'trato arbitrario' en la concesi¨®n de las ayudas. Asimismo lamentan el retraso acumulado en la concesi¨®n, de m¨¢s de seis meses sobre lo previsto, y amenazan con renunciar a unas subvenciones que limitan enormemente la posibilidad de alcanzar unos objetivos dignos, en su opini¨®n. 'El nivel de financiaci¨®n otorgado impide efectuar investigaci¨®n de calidad', denuncia un investigador que prefiere mantener el anonimato.
El FIS es una agencia dependiente del Instituto de Salud Carlos III (dirigido por Antonio Campos). Desde ¨¦l se gestionan unos 4.000 millones de pesetas anuales destinados a toda la investigaci¨®n biom¨¦dica en ¨¢reas b¨¢sicas y cl¨ªnicas, tradicionalmente vinculadas a proyectos de investigaci¨®n en hospitales o en centros relacionados con la sanidad p¨²blica, una cantidad muy peque?a (equivalente a la gastada en la r¨¦plica de la cueva de Altamira) si se compara con la destinada a esta ¨¢rea en otros pa¨ªses europeos.
En la convocatoria hecha p¨²blica el pasado a?o, y resuelta hace poco m¨¢s de dos semanas, se recibieron 1.912 solicitudes de ayuda, de las cuales se admitieron 1.853, pr¨¢cticamente el doble que en el a?o anterior. Seg¨²n datos facilitados por Manuel Carrasco, director del FIS, las solicitudes de financiaci¨®n alcanzaron los 21.000 millones de pesetas, un 80% m¨¢s que en la convocatoria precedente.
Tras el proceso de evaluaci¨®n se han subvencionado 656 proyectos con un montante global de casi 4.500 millones (un 10% m¨¢s que el a?o anterior). El nivel medio de ayuda se ha situado sobre el 56,58% de lo solicitado, con un incremento del coste medio por proyecto, que ha pasado de 6.449.000 pesetas de la convocatoria pasada a 6.983.000 en la actual. En Estados Unidos, los proyectos subvencionados por los Institutos Nacionales de Salud alcanzan los 70 millones de pesetas de media.
El incremento de solicitudes, admite Carrasco, se ha debido, 'muy probablemente', a que el pasado a?o no se convoc¨® el Programa Nacional de Biomedicina, dentro del Plan Nacional de Investigaci¨®n, que gestiona el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa. Como consecuencia, muchos investigadores, especialmente dedicados a ¨¢reas biom¨¦dicas b¨¢sicas, se quedaron sin opci¨®n a financiaci¨®n p¨²blica. El FIS pas¨® a ser, en palabras de Carrasco, 'la ¨²nica ventanilla' de acceso a fondos p¨²blicos. Muchos investigadores se vieron forzados a presentar su solicitud en un marco que hasta ahora les hab¨ªa sido ajeno.
El elevado n¨²mero de solicitudes, junto con la calidad de las mismas -superior de media, seg¨²n Carrasco, a la de otros a?os-, habr¨ªa provocado que un buen n¨²mero de investigadores se haya quedado literalmente a dos velas. ?ste es el caso, por ejemplo, de Xavier Mayol, del Instituto Municipal de Investigaciones M¨¦dicas (IMIM) de Barcelona, que ha visto c¨®mo su proyecto de investigaci¨®n en c¨¢ncer, evaluado positivamente, recibir¨¢ 7.700.000 pesetas, a repartir en los pr¨®ximos tres a?os, cuando hab¨ªa solicitado cerca de 20 millones; de Conxi L¨¢zaro, del Instituto de Investigaciones Oncol¨®gicas (IRO), ¨²ltima firmante de un art¨ªculo publicado este mes en la prestigiosa revista Nature Genetics sobre mecanismos de mutaci¨®n en neurofibromatosis, que ha visto reducida su petici¨®n de 19 millones a tan s¨®lo 6,5 para el mismo periodo, o de Francesc Palau, del Instituto de Biomedicina de Valencia, que ha pasado de 21 millones a seis.
La situaci¨®n es compartida por otros muchos investigadores sin que haya mediado, denuncian, un criterio uniforme en la decisi¨®n. 'Se ha roto una l¨ªnea tradicional en Espa?a', explica un investigador que acusa al FIS de 'perder criterios de excelencia para volver a la ¨¦poca del caf¨¦ para todos'.
Carrasco niega esta acusaci¨®n. 'Financiamos de acuerdo con el criterio expuesto por los evaluadores', afirma. En esta convocatoria, a?ade, se ha implementado un doble sistema de evaluaci¨®n a trav¨¦s de la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n (ANEP) y de comisiones de expertos convocados por el propio FIS. Por otra parte, insiste, 'el 88% de las evaluaciones calificadas como excelentes por la ANEP ha sido financiado'.
Los investigadores afectados por los recortes advierten de que el nivel de ayudas otorgado impide mantener los objetivos planteados en el proyecto, de dos o tres a?os de duraci¨®n. El problema se agrava porque la aceptaci¨®n de la ayuda implica la renuncia a acudir a otras fuentes de financiaci¨®n para el mismo proyecto, pese a que desde el FIS se insiste en que queda abierta la puerta a f¨®rmulas de cofinanciaci¨®n. Por este motivo, no son pocos los que se est¨¢n planteando declinar la subvenci¨®n y esperar otras convocatorias o bien acudir a otras fuentes.
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