El plan de Bush en favor de los mexicanos irrita a otros inmigrantes

Aunque no hay plazos ni decisi¨®n tomada, la propuesta del Gobierno de George W. Bush de entregar papeles de residencia a los tres millones de mexicanos indocumentados ha disparado una doble indignaci¨®n por motivos bien distintos. Los congresistas m¨¢s conservadores creen que un plan de amnist¨ªa supondr¨ªa premiar un delito, y los inmigrantes de otros pa¨ªses lo consideran un agravio comparativo. La Casa Blanca asegura que el proyecto es s¨®lo un borrador, pero el presidente mexicano, Vicente Fox, de visita en EEUU, pidi¨® que se aplique "tan pronto como sea posible". El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, asegur¨® que el Gobierno tiene varias opciones sobre la mesa para "aliviar el desorden que se produce en la frontera con M¨¦xico". Reconoci¨® que una de las propuestas de los departamentos de Estado y de Justicia consiste en "regularizar la situaci¨®n de mexicanos sin papeles", aunque evit¨® definirlas como "amnist¨ªa".

El plan tiene forma de globo sonda; si ¨¦sa era la intenci¨®n, ha logrado resultados r¨¢pidos. Trent Lott, l¨ªder de la minor¨ªa republicana en el Senado, aglutin¨® la reacci¨®n del ala m¨¢s conservadora al advertir a Bush: "Una amnist¨ªa masiva no es la manera de solucionar el problema de la inmigraci¨®n". En cambio, Bush se gan¨® el apoyo de los dem¨®cratas, que acusan a algunos republicanos de estar por principio contra la inmigraci¨®n.