'La actitud de parte del personal nos hace sentir igual que nuestros maridos'

Las mujeres denunciantes explican que toda esta situaci¨®n ha acabado de hundir su ya quebrantada autoestima. 'La actitud de una parte del personal de la casa nos hace sentir lo mismo que nuestros maridos: que tenemos lo que nos merecemos porque somos escoria', afirman en su denuncia. 'Me dan ganas de ir donde mi ex marido y decirle: Venga, p¨¦game, que ten¨ªas raz¨®n, no valgo para nada', asegura angustiada una de ellas.

El personal de este centro, donde viven 20 mujeres y 34 ni?os, est¨¢ formado por una coordinadora, una abogada, una pedagoga, una trabajadora social, dos psic¨®logas (una de ellas infantil), cinco educadoras y una cocinera. En enero se incorporaron las dos psic¨®logas, la coordinadora y la trabajadora social.

Aunque el recinto tiene 70 plazas, nunca est¨¢n llenas porque, seg¨²n admite la propia CAVE, 'hay cierta escasez de espacio'. La trabajadora social del centro de salud de la zona, en una visita realizada a la casa este a?o, tambi¨¦n observ¨® ese problema. 'Hacemos lo que podemos, y m¨¢s con el presupuesto que nos da la Comunidad, que es exiguo, aunque existe el compromiso de incrementarlo el a?o que viene. El local lo heredamos y tiene sus limitaciones', asegura Fernando Martos. Este dirigente de la CAVE explica que la Direcci¨®n General de la Mujer les paga 1.883 pesetas diarias por plaza ocupada y 1.413 por las vac¨ªas. En total, 46 millones de pesetas en este a?o.

La CAVE se hizo cargo de esta casa refugio en 1995 tras el cierre, por mala gesti¨®n, de la Fundaci¨®n Solidaridad Democr¨¢tica, una entidad ligada al PSOE y la UGT que la regentaba hasta entonces. La Comunidad, adem¨¢s de esta casa refugio concertada, tiene una propia con 54 plazas.