El ¨²ltimo gesto de orgullo

El ¨²ltimo gesto de orgullo independiente, tras su salida de Il Corriere della Sera, el diario que fue toda su vida, fue la ruptura con Silvio Berlusconi, el empresario que le rescat¨® cuando Il Giornale fundado por Montanelli entr¨® en una peligrosa crisis econ¨®mica. Desgraciadamente para el maestro de periodistas, despu¨¦s de una relaci¨®n de mutuo respeto e independencia que hab¨ªa durado casi 20 a?os, la decisi¨®n de Berlusconi de entrar en pol¨ªtica, a finales de 1993, signific¨® una de las rupturas m¨¢s sonoras y pol¨¦micas de la historia profesional de Montanelli.

El hombre que vivi¨® a fondo la dictadura de Mussolini, el que fue herido en 1977 por una r¨¢faga de disparos en las piernas, un castigo reservado por las Brigadas Rojas a los amigos del capitalismo, se enzarz¨® sin problemas en la batalla con Il Cavaliere.

Incapaz de escribir al dictado, de convertir Il Giornale en una tribuna pol¨ªtica a favor del Berlusconi aspirante a primer ministro, Montanelli se fue dando un portazo y cre¨® con muchos a?os ya pero con muchas energ¨ªas La Voce. Un diario condenado al fracaso porque Montanelli, maestro de cronistas, no fue nunca un hombre capacitado para la direcci¨®n. Demasiado individualista, demasiado centrado en su propio trabajo, en su propia visi¨®n del universo.

La Voce fracasa y cierra el 12 de abril de 1995. La pretensi¨®n de hacer un peri¨®dico de derecha liberal se rebela poco feliz. Pero Il Corriere le abre nuevamente los brazos, entreg¨¢ndole una secci¨®n de contacto con los lectores, es la Stanza, de Montanelli. Una secci¨®n en la que el orgulloso, inteligente, y a veces impertinente Montanelli contesta las preguntas de sus lectores, sus grandes amigos. A todos les faltar¨¢.