Antiglobalizaci¨®n
La antiglobalizaci¨®n no puede ser definida por la acci¨®n violenta de min¨²sculos grupos, pol¨ªticamente irresponsables, que tratan de parasitar el movimiento de resistencia antiglobalizante. Debe ser juzgada en funci¨®n de aquello que trata de combatir, que no es otra cosa que el actual orden mundial, y algunos de cuyos efectos, de la peor y m¨¢s brutal violencia, son: 35 millones de personas que anualmente mueren por hambre o enfermedades curables; 900 millones de personas analfabetas; 1.200 millones que carecen de acceso al agua potable; cientos de millones que carecen de asistencia sanitaria b¨¢sica (incluso en Estados Unidos); 200 millones de ni?os sometidos a la esclavitud laboral y otros muchos millones a la explotaci¨®n sexual, por no hablar de la destrucci¨®n de la capa de ozono o del cambio clim¨¢tico, entre otras menudencias medioambientales.
No puede ser de otro modo cuando las tres personas m¨¢s ricas del mundo tienen unos activos que superan el producto nacional bruto de todos los pa¨ªses menos desarrollados, con 600 millones de habitantes. El orden mundial vigente, que gasta unos 800.000 millones de d¨®lares al a?o en armamento, es incapaz de escolarizar a todos los ni?os del mundo que no lo est¨¢n, cuando ello supondr¨ªa menos del 1% de dicha cifra. ?D¨®nde radica la aut¨¦ntica y destructiva violencia?
Antiglobalizaci¨®n es decir que otro mundo es posible y que la mundializaci¨®n debe construirse desde un control democr¨¢tico real que haga que los intereses de las personas primen sobre la obtenci¨®n de beneficios a cualquier precio, humano o medioambiental.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.