El campe¨®n inhumano
Armstrong despierta mucha admiraci¨®n pero poca pasi¨®n entre algunos mitos del ciclismo
A Eddy Merckx no le vali¨® con una mano para responder a la pregunta. '?Que si Armstrong puede ganar cinco Tours como yo?', dijo El Can¨ªbal. Y sac¨® una mano y cont¨® con los dedos: 'Puede ganar cuatro, cinco , seis, siete... Puede ganar los que quiera. No veo a nadie detr¨¢s, alguien que le pueda discutir nada; no en un plazo de tres a?os'. Lo cuenta con frialdad, el gran Merckx; cuenta los Tours como si fueran alcachofas en un puesto de mercado. Sin emoci¨®n. 'Armstrong es el mejor, ?no? ?Qu¨¦ m¨¢s se puede decir?' ?se es el problema. No se puede decir m¨¢s.
Lance Armstrong no despierta la verborrea de sus pares; sus haza?as circulan m¨¢s por el camino de lo sobrenatural que por el humano. ?se es el problema. No baja a la tierra y nadie le comprende. Ni siquiera otros que conocen el amarillo parisino, como Stephen Roche. 'Es un gran campe¨®n; ahora es un a?o mejor. Pero un aut¨¦ntico campe¨®n debe ser tambi¨¦n una persona fascinante, y echo de menos un Armstrong m¨¢s humano'. Armstrong, tan calculador como es, ha captado el mensaje y este a?o, aunque se ha trasladado de Francia a Girona, ha entendido que para sentirse comprendido y amado deb¨ªa introducir unos gestos que antes obviaba. No sabe qu¨¦ hacer para caer m¨¢s simp¨¢tico. Ahora responde a la televisi¨®n francesa en su franc¨¦s zarrapastroso, intenta acercarse a la gente, sonr¨ªe, habla... 'S¨ª, pero lleva guardaespaldas', matiza Roche.
Armstrong s¨®lo fascina a sus predecesores por sus m¨¦todos, por su forma de zanjar en unos pocos minutos una carrera de tres semanas. Por c¨®mo liquida a sus rivales. 'Su molinillo debe ser un ejemplo para todos los ciclistas j¨®venes. Es incre¨ªble esta f¨®rmula que ha patentado', a?ade el campe¨®n irland¨¦s. Yo intento decir a los j¨®venes que no suban con tanta tranca, pero no me hacen caso'.
Y ni siquiera eso. 'Pero Armstrong no es como los antiguos, que iban con desarrollo ligero', precisa Walter Godefroot, director del Telekom. '?l combina como nadie antes la ligereza con la potencia'. 'Todo, aunque no lo parezca, es fuerza', explica Jes¨²s Losa, m¨¦dico del Euskaltel. 'Para desarrollar esa velocidad con los pedales y al mismo tiempo hacer camino, hacerlo con un desarrollo que te permita marcar diferencias, se necesita una fuerza tremenda, un gran entrenamiento de fuerza y de musculaci¨®n'. No es, pues, un gui?o a lo antiguo, sino una revoluci¨®n.
A Armstrong s¨®lo parecen comprenderle, y amarle, los campeones que menos compasi¨®n han levantado. Como Laurent Fignon. 'No s¨®lo es el m¨¢s fuerte en la monta?a, en la contrarreloj... en todos los terrenos. Adem¨¢s, piensa m¨¢s r¨¢pido que el resto', dice el franc¨¦s, ganador de los Tours del 83 y el 84 y que este a?o ha mejorado su opini¨®n del americano. Odiaba ver c¨®mo dejaba ganar a Pantani el a?o pasado y a todo aquel que cayera en gracia a Armstrong. 'Un campe¨®n debe intentar ganar siempre y coger el mayor tiempo posible. F¨ªjate en m¨ª. Perd¨ª un Tour por ocho segundos'. El dan¨¦s Bjarne Riis (Tour del 96) tambi¨¦n se quita el sombrero: 'Me asombra su motivaci¨®n. Nunca hab¨ªa visto algo igual. Cada ¨¦poca tiene su propio campe¨®n. No hay nadie capaz de ganarle. Ganar¨¢ cuantos Tours quiera'. Bernard Hinault (cinco Tours) ve en la voracidad de Armstrong el signo de un campe¨®n. 'El campe¨®n de una ¨¦poca debe demostrar siempre que es el mejor. Debe ganar siempre que pueda'. 'Es mejor que Indurain', a?ade Manolo Saiz. 'Es m¨¢s completo: marca las diferencias en las contrarreloj y en la monta?a'. Opini¨®n que no comparte el mismo Armstrong, que ayer se ubic¨® 'un nivel por debajo de Indurain'.
'Es admirable tambi¨¦n su capacidad t¨¢ctica', dice Giancarlo Ferretti, director italiano, viejo zorro del ciclismo. 'Armstrong es el que mejor ve la carrera, el mejor t¨¢ctico sobre la bicicleta, el que mejor sabe analizar instant¨¢neamente c¨®mo est¨¢n sus rivales y gestionar su esfuerzo para no dar una pedalada de m¨¢s. Sin embargo...'. Sin embargo, Armstrong deja fr¨ªo. 'La gente admira a un ciclista porque sabe que sufre, porque sabe que es capaz de sufrir m¨¢s que ¨¦l mismo. Y Armstrong no sufre. O no aparenta sufrir', contin¨²a Ferretti, rom¨¢ntico de la profesi¨®n. 'La mirada es fr¨ªa, apenas abre la boca, parece que no suda... Y tampoco ha sufrido reveses. No ha ca¨ªdo y se ha levantado. Por eso no es completo'.
Merckx es uno de los siete consejeros que rodean a Armstrong. Es, oficialmente, parte de su staff. No parece, sin embargo, formar parte de su club de fans. '?Le emociona Armstrong cuando ataca en la monta?a?', se le pregunta. 'Psss... s¨ª, ?no?'.
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