La industria ha ganado todos sus litigios en Espa?a
Ning¨²n tribunal espa?ol ha condenado de momento a las compa?¨ªas tabacaleras por el da?o causado a los fumadores. Hasta la fecha se han emitido tres fallos, que se refieren a demandas individuales. La primera denuncia fue presentada en enero de 1998 por la viuda de Emilio Carrami?ana, un hombre que muri¨® de c¨¢ncer de pulm¨®n en 1994. Los tribunales absolvieron a Altadis (la fusi¨®n entre la espa?ola Tabacalera y la francesa Seita) en marzo de 2000 y la exculparon del fallecimiento.
El 11 de abril del a?o pasado, un juez de Madrid absolvi¨® a Tabacalera y al Ministerio de Econom¨ªa de haber provocado el s¨ªndrome de Buerger a Jos¨¦ Calder¨®n Crespo. La enfermedad, que provoca el deterioro del sistema circulatorio del paciente, le hizo perder las piernas y los brazos. En la sentencia se reflejaba que no hab¨ªa una relaci¨®n demostrada entre el h¨¢bito de fumar del demandante y su dolencia.
Por ¨²ltimo, en mayo de 2000, un juzgado de Sueca (Valencia) archiv¨® la demanda contra los fabricantes de cigarrillos de Emiliano Amaya, enfermo de una bronquitis cr¨®nica que ¨¦l achacaba a su consumo continuado de tabaco.
En los tres casos, la base de las decisiones judiciales es la misma. Como explica un portavoz de Altadis, la legislaci¨®n espa?ola exige que se demuestre una relaci¨®n directa entre el consumo del tabaco y los da?os aducidos. Es lo que se conoce como principio de causalidad. Hasta ahora, ning¨²n juez espa?ol ha considerado probado que la enfermedad de los demandantes se deba al tabaco. Tambi¨¦n hay que demostrar que el fumador no sab¨ªa el da?o de su h¨¢bito, y en Espa?a las cajetillas advierten del peligro de fumar desde hace a?os.
Las demandas interpuestas contra las tabacaleras en otros pa¨ªses europeos han tenido el mismo final: la absoluci¨®n de las empresas. Tan s¨®lo en un caso, en Francia, un tribunal ha dado parte de raz¨®n a un demandante. Los jueces adujeron que el fumador hab¨ªa empezado muy pronto con su h¨¢bito (a los 15 a?os), y que deb¨ªa ser indemnizado por el periodo en que por su edad no era consciente del peligro que corr¨ªa.
La situaci¨®n es muy diferente en EE UU, donde se han dictado multas billonarias para la industria. Como se?ala un informe elaborado por la consultora Morgan Stanley Dean Witter para Altadis, en Estados Unidos no hay que demostrar una relaci¨®n directa entre la causa y el efecto, sino que basta con probar una cierta relaci¨®n, aunque sea estad¨ªstica. Adem¨¢s, las decisiones las toman jurados populares, 'poco propensos' a identificarse con los empresarios.
El informe de la consultora tambi¨¦n se?ala que Tabacalera ha estado en manos p¨²blicas hasta 1998. Esta relaci¨®n evita que puedan presentarse querellas estatales, 'por la previa vinculaci¨®n de la empresa con el Estado'.
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