Gescartera ofreci¨® a la Mutua de la Polic¨ªa garant¨ªas con certificados falsos de La Caixa

La Mutualidad de la Polic¨ªa, seg¨²n ha explicado a este peri¨®dico su presidente, R. R. -prefiere guardar el anonimato por motivos de seguridad-, tom¨® contacto con Gescartera en el a?o 1998. 'Invertimos peque?as cantidades de 100, 200 y 300 millones, sin que hubiera ning¨²n problema. En febrero de 2000, An¨ªbal Sard¨®n [apoderado de Gescartera Gesti¨®n, imputado por la juez Teresa Palacios] nos propuso la inversi¨®n de un m¨ªnimo de 1.000 millones en un producto estructurado, con una rentabilidad del 6%, el principal del capital garantizado, m¨¢s un porcentaje de la revalorizaci¨®n que obtuviera el ¨ªndice Ibex de la Bolsa al vencimiento de la inversi¨®n, el pr¨®ximo 30 de septiembre'.

La junta directiva de la mutualidad decidi¨® invertir 1.500 millones en tan jugoso producto, que cumpl¨ªa una de las normas de la entidad: no invertir sin garant¨ªas. 'Sard¨®n', asegura el presidente de la entidad, 'nos mostr¨® certificados de La Caixa, por importe de 2.500 millones de pesetas, que respaldaban la recuperaci¨®n del capital invertido'. 'Los certificados', asegura, 'han resultado ser falsos desde el sello hasta la firma. As¨ª nos lo confirm¨® La Caixa'.

R. R., abogado, se ha personado en la causa que instruye la juez Teresa Palacios y estuvo presente en la declaraci¨®n que prest¨® Sard¨®n el pasado martes. 'Sorprendentemente, ese d¨ªa no sab¨ªa explicar qu¨¦ era un producto estructurado como el que nos ofreci¨®'. En opini¨®n de la Mutualidad de la Polic¨ªa, que con los 1.500 millones invertidos y evaporados se ha convertido en el cliente m¨¢s afectado por el esc¨¢ndalo, Sard¨®n cay¨® en contradicciones s¨®lo explicables por el intento de aliviar la situaci¨®n del principal implicado en el caso Gescartera, Antonio Rafael Camacho, primer accionista del holding Gescartera y ¨²nico encarcelado tras saltar el esc¨¢ndalo.

Cur¨¢ndose en salud, el presidente de la Mutualidad de la Polic¨ªa afirma que 'no ser¨ªa extra?o que hubieran utilizado nuestro nombre para captar clientes', y muestra su extra?eza por el hecho de que el esc¨¢ndalo de Gescartera haya saltado poco tiempo despu¨¦s de que la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hubiera autorizado la conversi¨®n de Gescartera de simple chiringuito financiero en agencia de Bolsa.

En el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de la Audiencia Nacional, la actividad ayer continu¨® siendo fren¨¦tica. A primer hora de la ma?ana se personaron cinco peritos que recibieron informaci¨®n referente a los clientes de Gescartera, as¨ª como los certificados falsos que present¨® la agencia a la CNMV para justificar el dinero.

Un a?o desviando el dinero El agujero de Gescartera se fue gestando en el ¨²ltimo a?o. Los responsables de la firma no mov¨ªan el dinero de sus clientes, sino que lo iban desviando a destinos desconocidos. Para justificar ante ellos y ante las autoridades supervisoras los movimientos, realizaban compraventas en el mismo d¨ªa de los t¨ªtulos, operaciones que no exigen poner dinero contante y sonante sino que se liquidaban por la diferencia entre el precio de compra y el de venta. De esta forma consegu¨ªan acreditar que el dinero se mov¨ªa, mediante estas operaciones ficticias.

Ayer declaron como testigos tres empleados de la agencia que dijeron desconocer la forma de operar de Antonio Camacho, as¨ª como el agujero de Gescatera, ya que estaba auditada y se cumpl¨ªan las exigencias de informaci¨®n de la CNMV. Apuntaron tambi¨¦n que el n¨²mero de impositores conocidos por ellos ascend¨ªa a 1.200. Entre estos clientes estaba la ONG Manos Unidos que hab¨ªa invertido 50 millones de pesetas. El secretario del arzobispado de Valladolid, Enrique Peralta, declar¨® a la Cadena Ser que en 1999 retiraron 1.000 millones de pesetas que ten¨ªan invertidos, ya que la CNMV les advirti¨® de la existencia de irregularidades.