Las otras escuelas concertadas

Desde hace bastantes semanas vengo leyendo en EL PA?S diferentes art¨ªculos y colaboraciones relacionados con los conciertos otorgados por el Departamento de Ense?anza de la Generalitat de Catalu?a a siete escuelas de ¨¦lite: S¨²nion, Sil y Sant Pau, en Barcelona; Pere Verg¨¦s, en Badalona, y Viar¨® y La Farga, en Sant Cugat del Vall¨¨s, tres de ellas vinculadas al Opus Dei y al menos tres con hijos de diputados y diputadas de CiU entre su alumnado.

En algunos textos se cuestiona la idoneidad de los conciertos, sobre todo teniendo en cuenta que las citadas escuelas siguen cobrando cantidades en algunos casos superiores a las 100.000 pesetas mensuales. En otros art¨ªculos se justifican los conciertos otorgados aduciendo la buena salud de las arcas p¨²blicas. Al final de cada lectura, siempre me queda en el aire la misma pregunta: ?por qu¨¦ constantemente se habla de las siete escuelas de ¨¦lite de los ¨²ltimos conciertos y nunca se menciona a ninguna de las ya concertadas desde hace a?os? Cito como ejemplo las escuelas Frederic Mistral, Canig¨® y Thau, en Barcelona, e Isabel de Villena, en Esplugues de Llobregat, que a pesar de las ayudas p¨²blicas que vienen recibiendo practican el mismo juego, presentando adem¨¢s un recibo detallado sobre el destino de las aportaciones mensuales.

Ya que en la misma semana de la comparecencia en el Parlament para dar cuenta de su pol¨ªtica la consejera de Ense?anza, Carme-Laura Gil, a instancias del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a, deber¨¢ entregar los expedientes sobre las siete escuelas, ?por qu¨¦ no aprovechar ese mismo acto para sacar del ba¨²l de los olvidos el resto de los expedientes y justificarlos convenientemente, si es que esto es posible?

No es justo, ni social, ni ¨¦tica ni tributariamente, que este tipo de centros sean financiados con los impuestos pagados por una mayor¨ªa de familias que aunque quisieran no podr¨ªan acceder a sus abusivas mensualidades, y aun en el caso de que pudiesen, tampoco las ver¨ªan disminuidas a pesar del concierto recibido, ya que sus gestores los destinan a otros menesteres de ¨ªndole interna.