Islas Caim¨¢n, el tesoro negro espa?ol
Para¨ªso favorito de la banca espa?ola
En George Town, capital de Gran Caim¨¢n, los gallos de cresta roja se pasean por las calles c¨¦ntricas con comodidad y sorprenden al visitante, que se pregunta si son los ¨²nicos habitantes de la ciudad y d¨®nde est¨¢n los clientes de los 684 bancos y trust (fundaciones) que operan en esta roca coralina, de 220 kil¨®metros cuadrados, m¨¢s peque?a que la isla del Hierro (Canarias), convertida en el para¨ªso fiscal predilecto de la banca espa?ola que ha invertido en su suelo 300.000 millones de pesetas desde 1997.
Cada a?o, este antiguo refugio de piratas, que escap¨® del dominio espa?ol tras la firma, en 1670, del tratado de Madrid, entre Espa?a e Inglaterra, repite su liderazgo en la lista de inversiones espa?olas en los 48 para¨ªsos fiscales que contempla la ley. Quince bancos y cajas de ahorro declararon inversiones de 80.000 millones en 1999 en la apacible y aburrida George Town, donde la confidencialidad es sagrada y los impuestos, tab¨². En los primeros meses de 2000, la cifra ascendi¨® a 62.000 millones, en su mayor¨ªa emisiones de participaciones preferentes. Este a?o se batir¨¢n nuevos r¨¦cords.
Antes de 2002, las autoridades locales se han comprometido a identificar los cientos de miles de cuentas abiertas en 684 bancos que guardan a buen recaudo 120 billones de pesetas
Las islas Caim¨¢n, descubiertas en 1503 por Cristobal Col¨®n y ahora territorio dependiente del Reino Unido, son el ed¨¦n m¨¢s seguro y rentable de la banca extraterritorial- 46 de los 50 bancos m¨¢s grandes del mundo operan aqu¨ª-, y atesoran a buen recaudo 600.000 millones de d¨®lares (120 billones de pesetas), casi el doble del PIB espa?ol, en dep¨®sitos de todo el planeta.
A las ocho de la ma?ana, los ejecutivos de esta banca fantasma -s¨®lo 40 bancos off-shore (fuera de territorio)- tienen presencia f¨ªsica en la isla, atraviesan las moles de cristal de las firmas internacionales y se cruzan con la poblaci¨®n ind¨ªgena de mulatos, negros y blancos que, protegidos del sol bajo sus paraguas, hacen colas interminables en las cabinas de tel¨¦fono e ignoran que all¨ª mismo Brian Gibbs, el jefe de la Unidad de Investigaci¨®n Financiera de Caim¨¢n, acaba de encontrar 32 millones de d¨®lares (6.400 millones de pesetas) de Vladimiro Montesinos, el ex jefe de los servicios secretos de Per¨², un personaje del que nunca oyeron hablar.
Pero el d¨ªa transcurre y los vest¨ªbulos de los bancos, ¨²nica y apabullante arquitectura de la ciudad, siguen desiertos, sin que en la silenciosa George Town aparezcan los cientos de miles de clientes que han hecho de esta diminuta isla, situada en el mar del Caribe y a dos horas de avi¨®n de Miami (Florida), la quinta plaza financiera mundial, detr¨¢s de Londres, Nueva York, Tokio y Hong Kong.
Ocho bancos espa?oles y varias cajas de ahorro operan en distintas ¨¢reas de negocio en Gran Caim¨¢n, la mayor de las tres islas, anta?o dedicada a la pesca de tortugas y hoy ed¨¦n de la banca privada y de la emisi¨®n de participaciones preferentes, fondos mutuos autorizados -2.800 distintos- y sociedades no residentes, de las que hay registradas 60.000, casi todas bajo la pantalla de los bufetes de abogados, que en esta tierra h¨²meda crecen como hongos. Los edificios de las firmas de letrados m¨¢s poderosas del mundo compiten en negocio y altura con los bancos.
La presencia de la banca espa?ola y su expansi¨®n en ¨¦ste y otros para¨ªsos fiscales, vigilados y denunciados por los organismos internacionales, como el Grupo de Acci¨®n Financiera (Gafi), del G-7, y la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), se observa con preocupaci¨®n desde la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n.
En su despacho, Carlos Jim¨¦nez Villarejo, fiscal jefe, acusa: 'Con sus filiales y sucursales en los para¨ªsos fiscales, los bancos espa?oles reducen artificialmente su tributaci¨®n y dan servicios a clientes con garant¨ªa de confidencialidad sobre la gesti¨®n de patrimonio de car¨¢cter opaco. Canalizan la inversi¨®n gracias a la debilidad de las normas espa?olas sobre transparencia fiscal internacional'.
Un polic¨ªa por cada 10 billones
Brian Gibbs, que se resiste a confesar su edad, pero destaca que ha servido 30 a?os en la polic¨ªa metropolitana de Londres, es un perro viejo en la persecuci¨®n del lavado del dinero. Lleva 11 a?os en la isla y el gobernador, Peter Smith, acaba de ascenderle a inspector jefe de la unidad que persigue el blanqueo de capitales. Un grupo que hasta hace meses contaba con s¨®lo seis polic¨ªas, entre ellos, el propio Gibbs, un hombre de aspecto amable, tez sonrosada y pelo blanco.
El detective-inspector luce una corbata con un globo elevado por las banderas del Reino Unido y Francia, sonr¨ªe en su reci¨¦n estrenada oficina, en el centro de George Town, y afirma orgulloso que ahora cuenta con 12 oficiales y dos abogados para controlar la limpieza de los 120 billones de pesetas depositados en la isla. A 10 billones por agente. Un aumento que coincide con la reciente presi¨®n internacional que soportan estas islas.
Gibbs expone:'Todos los centros financieros tienen dinero criminal. En Londres, Madrid o Par¨ªs tambi¨¦n lo hay. Tenemos mala fama por la prensa y el cine. He visto pel¨ªculas sobre Caim¨¢n donde el protagonista quiebra dos casinos, y aqu¨ª no hay casinos'.
El polic¨ªa asegura que el control ha aumentado desde que cambi¨® la ley local, en 1996; antes los bancos s¨®lo estaban obligados a informar acerca del dinero procedente de la droga, y destaca que en sus 11 a?os en la isla sus pesquisas han cerrado cuatro bancos, entre ellos, el First Caim¨¢n Bank. El a?o pasado recibi¨® 50 peticiones de auxilio de todo el mundo y 500 comunicaciones de operaciones sospechosas.
Pero en Gran Caim¨¢n, adem¨¢s de impuestos, hay otra expresi¨®n maldita: ir de fishing expedition (expedici¨®n de pesca). Expresi¨®n con la que los banqueros y autoridades critican algunas de las peticiones de ayuda que reciben.
El brit¨¢nico Eric J. Crutchley, 62 a?os, presidente de la Asociaci¨®n de Bancos local, desvela el significado de esa expresi¨®n en su luminosos despacho del Banco Nacional de Caim¨¢n: 'Hace unas semanas nos pidieron las cuentas de todos los irlandeses en la isla para perseguir un fraude. El juez se ha negado a darlas. Hay que probar las actividades criminales de personas concretas y con pruebas. Una petici¨®n como ¨¦sa es lo que aqu¨ª llamamos ir de fishing expedition'.
Para los polic¨ªas europeos, las autoridades caribe?as colocan esa etiqueta a 'la mayor¨ªa' de las peticiones. En Madrid, Jos¨¦ Luis Torres, jefe de la brigada de Delincuencia Econ¨®mica y Financiera, lo define asi: 'Se amparan en sus leyes restrictivas y no cooperan'.
En este clima de defensa a ultranza de la confidencialidad, directivos de los principales bancos espa?oles han desfilado por el coqueto chalet color vainilla, en la plaza de Elizabethan, de George Town, en el que se alojan las oficinas de la Autoridad Monetaria, que dirige George MacCarthy, para pagar los 20.500 d¨®lares (4.100.000 pesetas ) exigidos para una licencia B, es decir, para operar con los no residentes. Los bancos locales tienen licencia A para operar con los residentes. Directivos espa?oles en la isla sospechan que estos ¨²ltimos administran cuentas de alg¨²n banco espa?ol.
Para ser residente en este para¨ªso terrenal, donde se conduce por la izquierda y el l¨ªmite de velocidad es de 64 kil¨®metros por hora, s¨®lo se requiere la compra de una casa cuyo valor supere 180.000 d¨®lares (46 millones de pesetas). Una puerta falsa para disfrutar de los privilegios de estas islas en las que hay censados 41.000 habitantes, con una renta per c¨¢pita de seis millones de pesetas, tasa de desempleo cero y ausencia de partidos pol¨ªticos.
Un banquero espa?ol en George Town resume as¨ª el atractivo gancho de las islas: 'La palabra impuesto est¨¢ prohibida por la Constituci¨®n, y la confidencialidad es sagrada. Si comunico a mi presidente la identidad de un cliente, me caen cinco a?os de c¨¢rcel. En las auditor¨ªas del banco s¨®lo puedo informar del n¨²mero de cuenta. Estamos sujetos a la ley de aqu¨ª'.
Las ventajas de una licencia bancaria en las Caim¨¢n, para la que s¨®lo se exige la presencia de dos empleados, el llamado principio de los cuatro ojos, se basa en la ausencia de control de cambios y de impuestos. No hay impuesto de sociedades, ni de personas f¨ªsicas, ni gravamen sobre beneficios, rentas del trabajo o propiedades.
Listas negras
A estos atractivos hay que a?adir que hasta hace pocas semanas no exist¨ªan requisitos legales para la identificaci¨®n del cliente ni obligaci¨®n de elaborar listados, y se carec¨ªa de un r¨¦gimen de mandato para informar sobre transacciones sospechosas. 'Las autoridades supervisoras depositaban demasiada confianza en los evaluadores locales de los bancos, y no pod¨ªan acceder a la identidad de los clientes', denunci¨® el Gafi el a?o pasado.
La presencia hasta el pasado 26 de junio de islas Caim¨¢n en las listas negras de ese organismo, a trav¨¦s del cual se denuncia a los pa¨ªses que favorecen el lavado de dinero procedente del crimen, y las amenazas de sanciones han forzado a las autoridades -Parlamento de 15 miembros, cinco ministros, dos secretarios y el flamante gobernador- a modificar sus leyes.
La iniciativa m¨¢s dif¨ªcil es la identificaci¨®n de todas las cuentas abiertas en esta telara?a de bancos antes del 31 de diciembre de 2002 y la obligaci¨®n a las entidades a mantener presencia f¨ªsica. Eric J. Crutchley, el presidente de los banqueros, tuerce el gesto y reconoce que ignora cu¨¢ntas cuentas hay. 'El trabajo ser¨¢ enorme, porque hay centenares de miles,' advierte.
En la plaza de Elizabethan, junto a la sede de la Autoridad Monetaria, ondea una bandera espa?ola. All¨ª est¨¢n las sedes del BBVA y del Sabadell, que figuran entre los 40 bancos de licencia B que s¨ª tienen presencia f¨ªsica. En sus oficinas tampoco hay clientes, y Agust¨ªn Borr¨¢s, director del BBVA, confiesa que si se presentara uno con dos millones de pesetas no tendr¨ªan donde meterlos. Los 120 billones de pesetas depositados en Gran Caim¨¢n son apuntes contables. No hay c¨¢maras acorazadas ni dep¨®sitos donde alojar el tesoro.
Muy cerca estaba la sede del Central Hispano, que tras su fusi¨®n con el Santander ha trasladado el negocio a Bahamas, otro para¨ªso fiscal en el que esta entidad tiene su banca privada m¨¢s potente, con 55 empleados y dep¨®sitos por una cifra que declina facilitar.
El BSCH sigue en la isla a trav¨¦s del Santander R¨ªo Bank (Gran Caim¨¢n), el banco argentino del que ostenta el 80%, que ha abierto sede en el centro Gran Pavilion, junto al hotel donde se rod¨® la pel¨ªcula The Firm, en la que Tom Cruise descubr¨ªa el dinero sucio de su bufete, y a trav¨¦s del Royal Bank of Scotland y el Banco Galicia.
El BBVA es el banco espa?ol m¨¢s antiguo en Gran Caim¨¢n, desde 1985, y el m¨¢s activo, con 31 empleados y unos dep¨®sitos de 140.000 millones de pesetas. Exige a sus clientes un dep¨®sito m¨ªnimo de 100.000 d¨®lares (20 millones de pesetas). En el Sabadell la cifra se eleva a 200 millones.
Todos los bancos espa?oles cuentan en Gran Caim¨¢n con filiales o sociedades instrumentales, que sirven de veh¨ªculo de financiaci¨®n y captan recursos en los mercados de capitales mediante la emisi¨®n de notas, fondos o participaciones preferentes que no tributan y cuya rentabilidad es elevada.
Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat valenciana, desvel¨® el pasado mes de mayo que la Administraci¨®n socialista invirti¨® 1.060 millones de recursos p¨²blicos en uno de estos productos que ofertaba el Banco Urquijo a trav¨¦s de su filial Urquijo-Caim¨¢n. 'Cancelamos la cuenta porque nos pareci¨® una inmoralidad pol¨ªtica', dijo.
Los bancos espa?oles en Caim¨¢n tienen permiso del Banco de Espa?a, pero Jim¨¦nez Villarejo denuncia que las filiales 'quedan al margen de las normas espa?olas de transparencia fiscal internacional si sus operaciones se hacen frente a terceros no vinculados o que, est¨¢ndolo, no residan en territorio espa?ol, cualquiera que sea el origen de los dep¨®sitos recibidos'.
El fiscal va m¨¢s lejos: 'Resulta grave la falta de previsi¨®n legislativa sobre la supervisi¨®n del Banco de Espa?a sobre las filiales de los bancos en para¨ªsos fiscales, a las que s¨®lo se les exige verificar su solvencia. Se carece de facultad de inspecci¨®n y ¨¦sta se limita a verificar su situaci¨®n patrimonial'.
A tiro de piedra de las sedes del BBVA y el Sabadell est¨¢ el despacho de John Bourbon, 45 a?os, director de la Autoridad Monetaria de islas Caim¨¢n, otro londinense al servicio del Gobierno local. Lleva un a?o en la ciudad y cree que las reformas lavar¨¢n la imagen de este territorio, uno de los ocho para¨ªsos fiscales bajo el paraguas brit¨¢nico.
?Obligar a los bancos a tener presencia f¨ªsica no ahuyentar¨¢ el negocio? Bourbon responde: 'Se ir¨¢n s¨®lo los peque?os. Comprobamos si los bancos han identificado a todos sus clientes. Si se les ha pedido su pasaporte para saber qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de cada cuenta. Ser¨¢ una tarea gigantesca porque los grandes tienen m¨¢s de 50.000'.
Pero la decisi¨®n que m¨¢s inquieta en Gran Caim¨¢n es el compromiso con la OCDE de estudiar para 2004 el que la evasi¨®n fiscal se considere actividad criminal. Los banqueros de este para¨ªso temen esta posibilidad m¨¢s que al hurac¨¢n que en 1932 devast¨® las tres islas.
Bourbon declina pronunciarse, pero Crutchley, presidente de la Asociaci¨®n de Bancos, es rotundo: 'Hay una diferencia entre evitar los impuestos y evadirlos. Si estableces tu residencia aqu¨ª, pagas menos impuestos, no los evades. No creo que se colabore en este terreno con otros pa¨ªses. La ofensa cometida en Espa?a es una responsabilidad del individuo, no nuestra'.
El banquero destaca que la administraci¨®n norteamericana no es partidaria de homogeneizar la fiscalidad y a?ade: 'Bush est¨¢ de acuerdo en que cada comunidad tenga los impuestos que quiera. Se est¨¢ presionando a Caim¨¢n para que no se coloque el dinero aqu¨ª y vaya a otros lugares'. Jos¨¦ Mar¨ªa Rold¨¢n, presidente hasta hace un mes del Gafi, lo niega: 'No intentamos desplazar la actividad financiera de esas jurisdicciones a pa¨ªses m¨¢s desarrollados, sino que esas jurisdicciones no puedan ser utilizadas para la actividad criminal'.
Para 2006 queda la persecuci¨®n de las actividades civiles, comerciales y administrativas ilegales, pero Crutchley advierte de que 'no est¨¢ definido qu¨¦ es una ofensa civil en la OCDE'.
Estanislao Rodr¨ªguez-Ponga, director de Tributos, reconoce que la supervisi¨®n del Banco de Espa?a sobre las filiales es 'escasa', pero cree que el problema no es la implantaci¨®n de los bancos, sino los para¨ªsos fiscales, 'que nos hacen competencia fiscal perjudicial'.
'Las operaciones de banca al por mayor no suponen una p¨¦rdida de recaudaci¨®n fiscal. Otra cosa es lo que perdemos por las cuentas de los clientes que no se declaran. En eso trabaja la Oficina del Fraude', dice. Villarejo apostilla que la Agencia Tributaria 'deber¨ªa velar para controlar las operaciones de espa?oles en para¨ªsos fiscales, pidiendo informaci¨®n a los bancos'.
Torres y Eusebio Heredero, polic¨ªas expertos en blanqueo, apoyan a la Fiscal¨ªa cuando afirma que la banca espa?ola oculta en estos para¨ªsos las cuentas de algunos de sus mejores clientes, y a?aden que las afirmaciones de Villarejo 'les saben a poco'. '?Qui¨¦n cree que el BBVA no conoce los datos de su filial en Jersey?', se preguntan. En su sede del canal de la Mancha recalaron 6.500 millones de la Expo. El banco declina dar informaci¨®n a la juez Teresa Chac¨®n porque la filial se somete a otra legislaci¨®n.
Menos escr¨²pulos
La ley espa?ola sobre el blanqueo de capitales obliga a los bancos a comunicar los ingresos superiores a cinco millones cuyo origen o destino sea un para¨ªso fiscal. El comisario Torres explica las trabas: 'Cuando preguntas por ese dinero en Caim¨¢n, el banco no contesta'. Heredero a?ade: 'El Caribe es el centro de reuni¨®n de la Mafia'.
La visi¨®n de Kurt Tibbetts, ministro de Finanzas de Caim¨¢n, contrasta con el informe de la ONU sobre refugios financieros y blanqueo de dinero, encargado por Pino Arlachi, en el que se afirma que 'lo que se inici¨® como un negocio al servicio de las necesidades de unos pocos privilegiados se ha convertido en una enorme brecha en el sistema jur¨ªdico y fiscal internacional'. Los catedr¨¢ticos autores del estudio afirman que mientras la matriz de los bancos observa normas aceptables, sus filiales y sucursales 'act¨²an con menos escr¨²pulos en esos territorios refugio, manifestando cierta duplicidad en su comportamiento y operaciones'.
Un asesor de la Asociaci¨®n Espa?ola de la Banca defiende que 'hay que estar, porque est¨¢n todos. Hay negocio y gran flexibilidad regulatoria. Se est¨¢ reforzando la premisa de conocer al cliente y los bancos espa?oles se tientan la ropa'.
Bourbon insiste en su despacho en que Caim¨¢n genera 'mucha ficci¨®n', y cuando se le recuerda el bot¨ªn de Montesinos, rastreado en bancos espa?oles y descubierto en una entidad peruana, replica: 'Es desafortunado que esto pase, pero la gente viene aqu¨ª para proteger su dinero, y a veces ocurre'.
A diez minutos a pie, en el enorme edificio de la UBS, el coloso de la banca suiza, el ejecutivo Daniel Brunner, 37 a?os, revela el enigma que todav¨ªa asalta al visitante: ?D¨®nde est¨¢n los clientes de los 684 bancos? 'La mayor¨ªa no ha pisado jam¨¢s la isla', responde.En George Town, capital de Gran Caim¨¢n, los gallos de cresta roja se pasean por las calles c¨¦ntricas con comodidad y sorprenden al visitante, que se pregunta si son los ¨²nicos habitantes de la ciudad y d¨®nde est¨¢n los clientes de los 684 bancos y trust (fundaciones) que operan en esta roca coralina, de 220 kil¨®metros cuadrados, m¨¢s peque?a que la isla del Hierro (Canarias), convertida en el para¨ªso fiscal predilecto de la banca espa?ola que ha invertido en su suelo 300.000 millones de pesetas desde 1997.
Cada a?o, este antiguo refugio de piratas, que escap¨® del dominio espa?ol tras la firma, en 1670, del tratado de Madrid, entre Espa?a e Inglaterra, repite su liderazgo en la lista de inversiones espa?olas en los 48 para¨ªsos fiscales que contempla la ley. Quince bancos y cajas de ahorro declararon inversiones de 80.000 millones en 1999 en la apacible y aburrida George Town, donde la confidencialidad es sagrada y los impuestos, tab¨². En los primeros meses de 2000, la cifra ascendi¨® a 62.000 millones, en su mayor¨ªa emisiones de participaciones preferentes. Este a?o se batir¨¢n nuevos r¨¦cords.
Las islas Caim¨¢n, descubiertas en 1503 por Cristobal Col¨®n y ahora territorio dependiente del Reino Unido, son el ed¨¦n m¨¢s seguro y rentable de la banca extraterritorial- 46 de los 50 bancos m¨¢s grandes del mundo operan aqu¨ª-, y atesoran a buen recaudo 600.000 millones de d¨®lares (120 billones de pesetas), casi el doble del PIB espa?ol, en dep¨®sitos de todo el planeta.
A las ocho de la ma?ana, los ejecutivos de esta banca fantasma -s¨®lo 40 bancos off-shore (fuera de territorio)- tienen presencia f¨ªsica en la isla, atraviesan las moles de cristal de las firmas internacionales y se cruzan con la poblaci¨®n ind¨ªgena de mulatos, negros y blancos que, protegidos del sol bajo sus paraguas, hacen colas interminables en las cabinas de tel¨¦fono e ignoran que all¨ª mismo Brian Gibbs, el jefe de la Unidad de Investigaci¨®n Financiera de Caim¨¢n, acaba de encontrar 32 millones de d¨®lares (6.400 millones de pesetas) de Vladimiro Montesinos, el ex jefe de los servicios secretos de Per¨², un personaje del que nunca oyeron hablar.
Pero el d¨ªa transcurre y los vest¨ªbulos de los bancos, ¨²nica y apabullante arquitectura de la ciudad, siguen desiertos, sin que en la silenciosa George Town aparezcan los cientos de miles de clientes que han hecho de esta diminuta isla, situada en el mar del Caribe y a dos horas de avi¨®n de Miami (Florida), la quinta plaza financiera mundial, detr¨¢s de Londres, Nueva York, Tokio y Hong Kong.
Ocho bancos espa?oles y varias cajas de ahorro operan en distintas ¨¢reas de negocio en Gran Caim¨¢n, la mayor de las tres islas, anta?o dedicada a la pesca de tortugas y hoy ed¨¦n de la banca privada y de la emisi¨®n de participaciones preferentes, fondos mutuos autorizados -2.800 distintos- y sociedades no residentes, de las que hay registradas 60.000, casi todas bajo la pantalla de los bufetes de abogados, que en esta tierra h¨²meda crecen como hongos. Los edificios de las firmas de letrados m¨¢s poderosas del mundo compiten en negocio y altura con los bancos.
La presencia de la banca espa?ola y su expansi¨®n en ¨¦ste y otros para¨ªsos fiscales, vigilados y denunciados por los organismos internacionales, como el Grupo de Acci¨®n Financiera (Gafi), del G-7, y la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), se observa con preocupaci¨®n desde la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n.
En su despacho, Carlos Jim¨¦nez Villarejo, fiscal jefe, acusa: 'Con sus filiales y sucursales en los para¨ªsos fiscales, los bancos espa?oles reducen artificialmente su tributaci¨®n y dan servicios a clientes con garant¨ªa de confidencialidad sobre la gesti¨®n de patrimonio de car¨¢cter opaco. Canalizan la inversi¨®n gracias a la debilidad de las normas espa?olas sobre transparencia fiscal internacional'.
Un polic¨ªa por cada 10 billones
Brian Gibbs, que se resiste a confesar su edad, pero destaca que ha servido 30 a?os en la polic¨ªa metropolitana de Londres, es un perro viejo en la persecuci¨®n del lavado del dinero. Lleva 11 a?os en la isla y el gobernador, Peter Smith, acaba de ascenderle a inspector jefe de la unidad que persigue el blanqueo de capitales. Un grupo que hasta hace meses contaba con s¨®lo seis polic¨ªas, entre ellos, el propio Gibbs, un hombre de aspecto amable, tez sonrosada y pelo blanco.
El detective-inspector luce una corbata con un globo elevado por las banderas del Reino Unido y Francia, sonr¨ªe en su reci¨¦n estrenada oficina, en el centro de George Town, y afirma orgulloso que ahora cuenta con 12 oficiales y dos abogados para controlar la limpieza de los 120 billones de pesetas depositados en la isla. A 10 billones por agente. Un aumento que coincide con la reciente presi¨®n internacional que soportan estas islas.
Gibbs expone:'Todos los centros financieros tienen dinero criminal. En Londres, Madrid o Par¨ªs tambi¨¦n lo hay. Tenemos mala fama por la prensa y el cine. He visto pel¨ªculas sobre Caim¨¢n donde el protagonista quiebra dos casinos, y aqu¨ª no hay casinos'.
El polic¨ªa asegura que el control ha aumentado desde que cambi¨® la ley local, en 1996; antes los bancos s¨®lo estaban obligados a informar acerca del dinero procedente de la droga, y destaca que en sus 11 a?os en la isla sus pesquisas han cerrado cuatro bancos, entre ellos, el First Caim¨¢n Bank. El a?o pasado recibi¨® 50 peticiones de auxilio de todo el mundo y 500 comunicaciones de operaciones sospechosas.
Pero en Gran Caim¨¢n, adem¨¢s de impuestos, hay otra expresi¨®n maldita: ir de fishing expedition (expedici¨®n de pesca). Expresi¨®n con la que los banqueros y autoridades critican algunas de las peticiones de ayuda que reciben.
El brit¨¢nico Eric J. Crutchley, 62 a?os, presidente de la Asociaci¨®n de Bancos local, desvela el significado de esa expresi¨®n en su luminosos despacho del Banco Nacional de Caim¨¢n: 'Hace unas semanas nos pidieron las cuentas de todos los irlandeses en la isla para perseguir un fraude. El juez se ha negado a darlas. Hay que probar las actividades criminales de personas concretas y con pruebas. Una petici¨®n como ¨¦sa es lo que aqu¨ª llamamos ir de fishing expedition'.
Para los polic¨ªas europeos, las autoridades caribe?as colocan esa etiqueta a 'la mayor¨ªa' de las peticiones. En Madrid, Jos¨¦ Luis Torres, jefe de la brigada de Delincuencia Econ¨®mica y Financiera, lo define asi: 'Se amparan en sus leyes restrictivas y no cooperan'.
En este clima de defensa a ultranza de la confidencialidad, directivos de los principales bancos espa?oles han desfilado por el coqueto chalet color vainilla, en la plaza de Elizabethan, de George Town, en el que se alojan las oficinas de la Autoridad Monetaria, que dirige George MacCarthy, para pagar los 20.500 d¨®lares (4.100.000 pesetas ) exigidos para una licencia B, es decir, para operar con los no residentes. Los bancos locales tienen licencia A para operar con los residentes. Directivos espa?oles en la isla sospechan que estos ¨²ltimos administran cuentas de alg¨²n banco espa?ol.
Para ser residente en este para¨ªso terrenal, donde se conduce por la izquierda y el l¨ªmite de velocidad es de 64 kil¨®metros por hora, s¨®lo se requiere la compra de una casa cuyo valor supere 180.000 d¨®lares (46 millones de pesetas). Una puerta falsa para disfrutar de los privilegios de estas islas en las que hay censados 41.000 habitantes, con una renta per c¨¢pita de seis millones de pesetas, tasa de desempleo cero y ausencia de partidos pol¨ªticos.
Un banquero espa?ol en George Town resume as¨ª el atractivo gancho de las islas: 'La palabra impuesto est¨¢ prohibida por la Constituci¨®n, y la confidencialidad es sagrada. Si comunico a mi presidente la identidad de un cliente, me caen cinco a?os de c¨¢rcel. En las auditor¨ªas del banco s¨®lo puedo informar del n¨²mero de cuenta. Estamos sujetos a la ley de aqu¨ª'.
Las ventajas de una licencia bancaria en las Caim¨¢n, para la que s¨®lo se exige la presencia de dos empleados, el llamado principio de los cuatro ojos, se basa en la ausencia de control de cambios y de impuestos. No hay impuesto de sociedades, ni de personas f¨ªsicas, ni gravamen sobre beneficios, rentas del trabajo o propiedades.
Listas negras
A estos atractivos hay que a?adir que hasta hace pocas semanas no exist¨ªan requisitos legales para la identificaci¨®n del cliente ni obligaci¨®n de elaborar listados, y se carec¨ªa de un r¨¦gimen de mandato para informar sobre transacciones sospechosas. 'Las autoridades supervisoras depositaban demasiada confianza en los evaluadores locales de los bancos, y no pod¨ªan acceder a la identidad de los clientes', denunci¨® el Gafi el a?o pasado.
La presencia hasta el pasado 26 de junio de islas Caim¨¢n en las listas negras de ese organismo, a trav¨¦s del cual se denuncia a los pa¨ªses que favorecen el lavado de dinero procedente del crimen, y las amenazas de sanciones han forzado a las autoridades -Parlamento de 15 miembros, cinco ministros, dos secretarios y el flamante gobernador- a modificar sus leyes.
La iniciativa m¨¢s dif¨ªcil es la identificaci¨®n de todas las cuentas abiertas en esta telara?a de bancos antes del 31 de diciembre de 2002 y la obligaci¨®n a las entidades a mantener presencia f¨ªsica. Eric J. Crutchley, el presidente de los banqueros, tuerce el gesto y reconoce que ignora cu¨¢ntas cuentas hay. 'El trabajo ser¨¢ enorme, porque hay centenares de miles,' advierte.
En la plaza de Elizabethan, junto a la sede de la Autoridad Monetaria, ondea una bandera espa?ola. All¨ª est¨¢n las sedes del BBVA y del Sabadell, que figuran entre los 40 bancos de licencia B que s¨ª tienen presencia f¨ªsica. En sus oficinas tampoco hay clientes, y Agust¨ªn Borr¨¢s, director del BBVA, confiesa que si se presentara uno con dos millones de pesetas no tendr¨ªan donde meterlos. Los 120 billones de pesetas depositados en Gran Caim¨¢n son apuntes contables. No hay c¨¢maras acorazadas ni dep¨®sitos donde alojar el tesoro.
Muy cerca estaba la sede del Central Hispano, que tras su fusi¨®n con el Santander ha trasladado el negocio a Bahamas, otro para¨ªso fiscal en el que esta entidad tiene su banca privada m¨¢s potente, con 55 empleados y dep¨®sitos por una cifra que declina facilitar.
El BSCH sigue en la isla a trav¨¦s del Santander R¨ªo Bank (Gran Caim¨¢n), el banco argentino del que ostenta el 80%, que ha abierto sede en el centro Gran Pavilion, junto al hotel donde se rod¨® la pel¨ªcula The Firm, en la que Tom Cruise descubr¨ªa el dinero sucio de su bufete, y a trav¨¦s del Royal Bank of Scotland y el Banco Galicia.
El BBVA es el banco espa?ol m¨¢s antiguo en Gran Caim¨¢n, desde 1985, y el m¨¢s activo, con 31 empleados y unos dep¨®sitos de 140.000 millones de pesetas. Exige a sus clientes un dep¨®sito m¨ªnimo de 100.000 d¨®lares (20 millones de pesetas). En el Sabadell la cifra se eleva a 200 millones.
Todos los bancos espa?oles cuentan en Gran Caim¨¢n con filiales o sociedades instrumentales, que sirven de veh¨ªculo de financiaci¨®n y captan recursos en los mercados de capitales mediante la emisi¨®n de notas, fondos o participaciones preferentes que no tributan y cuya rentabilidad es elevada.
Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat valenciana, desvel¨® el pasado mes de mayo que la Administraci¨®n socialista invirti¨® 1.060 millones de recursos p¨²blicos en uno de estos productos que ofertaba el Banco Urquijo a trav¨¦s de su filial Urquijo-Caim¨¢n. 'Cancelamos la cuenta porque nos pareci¨® una inmoralidad pol¨ªtica', dijo.
Los bancos espa?oles en Caim¨¢n tienen permiso del Banco de Espa?a, pero Jim¨¦nez Villarejo denuncia que las filiales 'quedan al margen de las normas espa?olas de transparencia fiscal internacional si sus operaciones se hacen frente a terceros no vinculados o que, est¨¢ndolo, no residan en territorio espa?ol, cualquiera que sea el origen de los dep¨®sitos recibidos'.
El fiscal va m¨¢s lejos: 'Resulta grave la falta de previsi¨®n legislativa sobre la supervisi¨®n del Banco de Espa?a sobre las filiales de los bancos en para¨ªsos fiscales, a las que s¨®lo se les exige verificar su solvencia. Se carece de facultad de inspecci¨®n y ¨¦sta se limita a verificar su situaci¨®n patrimonial'.
A tiro de piedra de las sedes del BBVA y el Sabadell est¨¢ el despacho de John Bourbon, 45 a?os, director de la Autoridad Monetaria de islas Caim¨¢n, otro londinense al servicio del Gobierno local. Lleva un a?o en la ciudad y cree que las reformas lavar¨¢n la imagen de este territorio, uno de los ocho para¨ªsos fiscales bajo el paraguas brit¨¢nico.
?Obligar a los bancos a tener presencia f¨ªsica no ahuyentar¨¢ el negocio? Bourbon responde: 'Se ir¨¢n s¨®lo los peque?os. Comprobamos si los bancos han identificado a todos sus clientes. Si se les ha pedido su pasaporte para saber qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de cada cuenta. Ser¨¢ una tarea gigantesca porque los grandes tienen m¨¢s de 50.000'.
Pero la decisi¨®n que m¨¢s inquieta en Gran Caim¨¢n es el compromiso con la OCDE de estudiar para 2004 el que la evasi¨®n fiscal se considere actividad criminal. Los banqueros de este para¨ªso temen esta posibilidad m¨¢s que al hurac¨¢n que en 1932 devast¨® las tres islas.
Bourbon declina pronunciarse, pero Crutchley, presidente de la Asociaci¨®n de Bancos, es rotundo: 'Hay una diferencia entre evitar los impuestos y evadirlos. Si estableces tu residencia aqu¨ª, pagas menos impuestos, no los evades. No creo que se colabore en este terreno con otros pa¨ªses. La ofensa cometida en Espa?a es una responsabilidad del individuo, no nuestra'.
El banquero destaca que la administraci¨®n norteamericana no es partidaria de homogeneizar la fiscalidad y a?ade: 'Bush est¨¢ de acuerdo en que cada comunidad tenga los impuestos que quiera. Se est¨¢ presionando a Caim¨¢n para que no se coloque el dinero aqu¨ª y vaya a otros lugares'. Jos¨¦ Mar¨ªa Rold¨¢n, presidente hasta hace un mes del Gafi, lo niega: 'No intentamos desplazar la actividad financiera de esas jurisdicciones a pa¨ªses m¨¢s desarrollados, sino que esas jurisdicciones no puedan ser utilizadas para la actividad criminal'.
Para 2006 queda la persecuci¨®n de las actividades civiles, comerciales y administrativas ilegales, pero Crutchley advierte de que 'no est¨¢ definido qu¨¦ es una ofensa civil en la OCDE'.
Estanislao Rodr¨ªguez-Ponga, director de Tributos, reconoce que la supervisi¨®n del Banco de Espa?a sobre las filiales es 'escasa', pero cree que el problema no es la implantaci¨®n de los bancos, sino los para¨ªsos fiscales, 'que nos hacen competencia fiscal perjudicial'.
'Las operaciones de banca al por mayor no suponen una p¨¦rdida de recaudaci¨®n fiscal. Otra cosa es lo que perdemos por las cuentas de los clientes que no se declaran. En eso trabaja la Oficina del Fraude', dice. Villarejo apostilla que la Agencia Tributaria 'deber¨ªa velar para controlar las operaciones de espa?oles en para¨ªsos fiscales, pidiendo informaci¨®n a los bancos'.
Torres y Eusebio Heredero, polic¨ªas expertos en blanqueo, apoyan a la Fiscal¨ªa cuando afirma que la banca espa?ola oculta en estos para¨ªsos las cuentas de algunos de sus mejores clientes, y a?aden que las afirmaciones de Villarejo 'les saben a poco'. '?Qui¨¦n cree que el BBVA no conoce los datos de su filial en Jersey?', se preguntan. En su sede del canal de la Mancha recalaron 6.500 millones de la Expo. El banco declina dar informaci¨®n a la juez Teresa Chac¨®n porque la filial se somete a otra legislaci¨®n.
Menos escr¨²pulos
La ley espa?ola sobre el blanqueo de capitales obliga a los bancos a comunicar los ingresos superiores a cinco millones cuyo origen o destino sea un para¨ªso fiscal. El comisario Torres explica las trabas: 'Cuando preguntas por ese dinero en Caim¨¢n, el banco no contesta'. Heredero a?ade: 'El Caribe es el centro de reuni¨®n de la Mafia'.
La visi¨®n de Kurt Tibbetts, ministro de Finanzas de Caim¨¢n, contrasta con el informe de la ONU sobre refugios financieros y blanqueo de dinero, encargado por Pino Arlachi, en el que se afirma que 'lo que se inici¨® como un negocio al servicio de las necesidades de unos pocos privilegiados se ha convertido en una enorme brecha en el sistema jur¨ªdico y fiscal internacional'. Los catedr¨¢ticos autores del estudio afirman que mientras la matriz de los bancos observa normas aceptables, sus filiales y sucursales 'act¨²an con menos escr¨²pulos en esos territorios refugio, manifestando cierta duplicidad en su comportamiento y operaciones'.
Un asesor de la Asociaci¨®n Espa?ola de la Banca defiende que 'hay que estar, porque est¨¢n todos. Hay negocio y gran flexibilidad regulatoria. Se est¨¢ reforzando la premisa de conocer al cliente y los bancos espa?oles se tientan la ropa'.
Bourbon insiste en su despacho en que Caim¨¢n genera 'mucha ficci¨®n', y cuando se le recuerda el bot¨ªn de Montesinos, rastreado en bancos espa?oles y descubierto en una entidad peruana, replica: 'Es desafortunado que esto pase, pero la gente viene aqu¨ª para proteger su dinero, y a veces ocurre'.
A diez minutos a pie, en el enorme edificio de la UBS, el coloso de la banca suiza, el ejecutivo Daniel Brunner, 37 a?os, revela el enigma que todav¨ªa asalta al visitante: ?D¨®nde est¨¢n los clientes de los 684 bancos? 'La mayor¨ªa no ha pisado jam¨¢s la isla', responde.
Quinientos espa?oles estafados desde un elegante 'chiringuito' caribe?o
De la arriesgada aventura en las islas Caim¨¢n de Pedro Morcillo Chicote s¨®lo queda en pie el letrero de pl¨¢stico blanco de la pretenciosa sociedad Caim¨¢n Brokerage House, en el elegante centro de negocios Safe Haven Corporate, la zona m¨¢s lujosa y tranquila de la capital, una abultada deuda con la compa?¨ªa telef¨®nica local y el informe policial en el despacho del agente Jef Hall, de la unidad de Crimen Comercial. En Espa?a, 500 inversores todav¨ªa se preguntan c¨®mo confiaron sus ahorros, m¨¢s de 1.100 millones de pesetas, a los agresivos comerciales que desde su luminosa oficina en George Town, capital de Gran Caim¨¢n, les ofrec¨ªan invertirlo en materias primas, opciones o futuros en las bolsas de Chicago y Nueva York, con intereses de hasta el 35%. La inversora Diagonal Divisas, de Morcillo, hab¨ªa iniciado su actividad en 1996 en Barcelona, y no dud¨® en dar el salto, tres a?os despu¨¦s, a las islas Caim¨¢n, donde inaugur¨® un nuevo chiringuito, al frente del cual se pusieron Jes¨²s Borrul y Mansue Guisa. Elaboraron un elegante folleto y se presentaron a los banqueros espa?oles establecidos en la isla. 'Cuando vi que no hab¨ªa un banco detr¨¢s, me imagin¨¦ le peor', se?ala un directivo con el que uno de los representantes de Caim¨¢n Brokerage House, dos j¨®venes 'simp¨¢ticos y educados', jugaba por la tarde al golf. Cuando el confiado cliente enviaba su dinero se le asignaba un gestor de la cuenta, que le informaba sobre la marcha de la inversi¨®n y le animaba a continuar apostando por otros productos. Pero el dinero se transfer¨ªa a cuentas en Suiza y a dep¨®sitos fiduciarios en Luxemburgo. Los clientes firmaban por fax un contrato que conced¨ªa a los gestores la posibilidad de administrar su dinero, invertirlo o desinvertirlo a su gusto. Todos recib¨ªan extractos y recibos de sus cuentas con el cu?o y las referencias de islas Caim¨¢n, 'lo que les daba la confianza y seguridad de que su dinero se estaba multiplicando en este para¨ªso fiscal', se?ala uno de los investigadores. Los responsables de Diagonal Divisas y de la sociedad Caim¨¢n Brokerage House se presentaban como si fueran intermediarios autorizados para operar en los mercados internacionales sin tener el permiso correspondiente. La Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) les impuso una multa de 734 millones y, tras las primeras denuncias, los agentes de ?ngel Hoyos, responsable de la brigada de Fraude Burs¨¢til, cerraron su oficina de Barcelona y destaparon la presunta estafa. Entonces, la oficina de Gran Caim¨¢n iba a firmar una inversi¨®n con un colectivo de abogados de Nueva York. Los polic¨ªas de Gran Caim¨¢n colaboraron con la polic¨ªa espa?ola, echaron el cierre al vidrioso chiringuito financiero y encontraron la lista de los inversores espa?oles. En el camino cayeron en la trampa 500 inversores de Barcelona, Galicia, Asturias, Murcia, Castilla-La Mancha, Valencia y Navarra, entre otras comunidades, que todav¨ªa no han recuperado su dinero. Un notario de un pueblo de Castilla-La Mancha arrastr¨® a varios habitantes de la localidad. Uno de los afectados ha confesado al juez Adolfo Fern¨¢ndez Oubi?a, titular del juzgado n¨²mero 14 de Barcelona, que invirti¨® 50 millones. La polic¨ªa y el juez coinciden en que los afectados eran 'gente corriente', y no inversores que intentaran ocultar dinero negro. El juzgado ha conseguido intervenir una parte del dinero desaparecido en una cuenta del City Bank, en Suiza, e investiga a Pedro Morcillo y a otros imputados, en libertad bajo fianza, por la presunta autor¨ªa de varios delitos. El juicio se celebrar¨¢ despu¨¦s del verano. 'En Caim¨¢n hay m¨¢s facilidades que en otros sitios y est¨¢n dispuestos a dar soluciones a todo el que las pide', dice Adolfo Fern¨¢ndez, el juez instructor del caso. Los autores del fraude de AVA, otro chiringuito financiero que afect¨® a 4.192 inversores, ofrec¨ªan t¨ªtulos comprados en islas Caim¨¢n. En la sede de Caim¨¢n Brokerage House hay ahora una empresa de telefon¨ªa. Los hombres de Morcillo tienen prohibida la entrada en la isla.
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