Piqu¨¦ nunca es suficiente
Me confieso arrasada por el Ansia. Durante las ¨²ltimas semanas he padecido del s¨ªndrome de ausencia del ministro Piqu¨¦, lo cual es un desquicio y me ha llevado a consultar las entra?as de la prensa del coraz¨®n por si encontraba sus Idus y Venidus. El Ansia de Piqu¨¦ es un virus peligroso que debe de ponerme cara de Frida Kahlo, porque un pobre hombre que, cuando yo le¨ªa en el bar, se me ha acercado para pedirme los diarios deportivos (pose¨ªdo ¨¦l tambi¨¦n por el Ansia, pero de Zidane, supongo) y le he rugido que no uso, ha pegado un respingo que le ha propulsado a la terraza contigua, con el consiguiente y lamentable derramamiento de horchata.
C¨®mo explicar a mis contempor¨¢neos la angustia que me produce no el hecho de que Piqu¨¦ no est¨¦, sino el de no saber d¨®nde est¨¢, lo cual resulta cosa muy distinta. Al principio pens¨¦ que el ministro de Asuntos Exteriores y Trapos Sucios ?ntimos se encontraba en: opci¨®n A, asistiendo en calidad de oyente a un curso magistral en la Universidad de Felpudos de Oropesa Ex del Caudillo (algo tienen que hacer, los pobrecillos, con los conocimientos adquiridos, tras el abandono de su Veraneante M¨¢ximus); y opci¨®n B, impartiendo un curso sobre escaqueo judicial a los implicados en Gescartera.
No hay mal que por bien no venga si, el d¨ªa de ma?ana, podemos ver a los mellizos de Cayetano de Alba recogiendo ajos en Las Pedro?eras, en lugar de magreb¨ªes o ecuatorianos, para tranquilidad de nazis aut¨®ctonos y generales
V¨ªctima de la desolaci¨®n, compruebo que en la prensa del famoseo no sale Piqu¨¦, aunque para que no decaiga mi horror se me obsequia con una sucesi¨®n de nacimientos, embarazos y bautizos que he de recontar calculadora en mano. Si la mencionada m¨¢quina no me traiciona, las revistas dan noticia de cinco partos, nueve embarazos, tres bautizos (uno de ellos, por inmersi¨®n) y, last but not least, un tratamiento de fecundidad para que una famosa en edad l¨ªmite se quede pre?ada como reci¨¦n salida del ovulatorio.
Tanta reproducci¨®n por polvo o paja posee, me digo, su parte buena, porque estos ni?os que implacablemente veremos crecer suplir¨¢n el d¨ªa de ma?ana la mano de obra inmigrante, y no hay mal que por bien no venga si, dentro de unos a?os, en vez de a magreb¨ªes o ecuatorianos, podemos ver a los mellizos de Cayetano de Alba recogiendo ajos en Las Pedro?eras, para tranquilidad del nazismo local, auton¨®mico y generalizado y con la posibilidad, nada desde?able, de que la propia duquesa, que es de natural campechano, les acompa?e en la recogida.
Es un alivio para todos que las clases altas, e incluso los dioses del espect¨¢culo, se preocupen de proporcionarnos mano de obra aut¨®ctona en un porvenir no muy lejano. Por su parte, cabe decir que tampoco el matrimonio Aznar-Botella ha querido eludir sus responsabilidades de formar al liderazgo del futuro. Antes de abatirse sobre la isla de Menorca como las gaviotas que asediaron a la madre de Melanie en Los p¨¢jaros, tuvieron la sensibilidad de mandar a su hijo Alonso a un campamento juvenil, por do ha trotado vestido de Flechas y Pelayos o similar, imagen que les mostramos en esta p¨¢gina para que no crean que me lo estoy inventando, atenazada por la fiebre del Ansia.
Y, a todo esto, Piqu¨¦ segu¨ªa sin aparecer. Me he lanzado sobre el ?Hola!, mi ¨²ltima esperanza, pues pens¨¦ que el mencionado art¨ªfice debi¨® de asistir (opci¨®n C, la m¨¢s incruenta) a la jura de Sime¨®n de Bulgaria en Bulgaria como primer ministro de Bulgaria. Chasco: la revista de la realeza por antonomasia ha cubierto el evento con una simple fotonoticia, clara se?al de que en ciertos c¨ªrculos no se le perdona al monarca en el exilio esta reencarnaci¨®n civil. Con decirles que el anuncio de la pr¨®xima boda de Paul McCartney (cada d¨ªa m¨¢s parecido a Marta Ferrusola, otro virus suelto) ocupa seis veces el espacio otorgado a Sime¨®n.
Por fortuna, reaparece Piqu¨¦ poco antes de que me ingresen en la Unidad de Olvidos Intensivos: ha estado en Gibraltar, prometiendo l¨ªneas telef¨®nicas. Qu¨¦ sutileza ministerial, la de aprovechar que en el Pe?¨®n desconocen el verdadero talante de Telef¨®nica para hacer campa?a electoral, ahora que se ha demostrado que en Catalu?a no le queremos ni en las encuestas, que es ese sitio en donde quedan bien hasta los que luego pierden.
Ana Botella
'Ha tenido la sensibilidad de mandar
a su hijo Alonso a un campamento juvenil'
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