El derecho a estar por encima de la media

Muchos ni?os corretean escaleras arriba en el Museo de la Ciencia de Barcelona mientras las azafatas, aturdidas, intentan poner algo de orden. Los m¨¢s peque?os est¨¢n en el toca-toca, donde pueden acariciar animales de los m¨¢s variados pelajes. V¨ªctor describe extasiado el tacto de la boa constrictor, despu¨¦s chapurrea ingl¨¦s con sus compa?eros chinos y juntos corren hacia la sala de la ¨®ptica, donde comprueban las propiedades de la luz a trav¨¦s de espejos y filtros. V¨ªctor es uno de los 70 chicos superdotados venidos de los cinco continentes que participan en el XIV Congreso Internacional de Superdotados que se celebr¨® la semana pasada en Barcelona.

M¨¢s de 700 participantes entre profesores universitarios, maestros y padres procedentes de 54 pa¨ªses atestiguan el creciente inter¨¦s por un colectivo formado por el 2,4% de la poblaci¨®n que requiere una educaci¨®n especial para poder desarrollarse como personas. De la misma forma que el 2,4% de la poblaci¨®n est¨¢ infradotada y merece especial atenci¨®n y formaci¨®n, 'los ni?os superdotados deben tener una educaci¨®n adecuada a sus capacidades, pero sus anhelos, sue?os y necesidades son los mismos que el de todos los ni?os', afirma Juan Antonio Alonso, doctor en Ciencia de la Educaci¨®n y coordinador del congreso.

Alonso habla del derecho a una educaci¨®n completa que a¨²ne el desarrollo de la vertiente afectiva, social y congnitiva, pero este tipo de ense?anza no siempre se da porque a¨²n no se conoce y entiende bien la condici¨®n de superdotado. 'Tienen una capacidad de aprendizaje muy superior a la media'. ?se es su ¨²nico rasgo diferenciador, que puede ser una bendici¨®n o una pesadilla en funci¨®n, precisamente, de la educaci¨®n recibida. 'Aunque inicialmente pueda parecer que tener un hijo as¨ª puede representar una ventaja', subraya el doctor Alonso, 'si no son atendidos como es debido puede traer problemas, adem¨¢s de alg¨²n otro tipo de trastorno asociado'.

'La poca elasticidad de la sociedad para aceptar la diversidad de las personas puede generar mucho sufrimiento', a?ade Yolanda Benito, doctora en Psicolog¨ªa. El primer paso para recibir una educaci¨®n adecuada para un ni?o superdotado es, obviamente, el reconocimiento de su condici¨®n, y no es tarea f¨¢cil, puesto que no hay ning¨²n signo externo que lo demuestre. 'Casi todos los padres se dan cuenta de que su hijo se comporta de una forma poco com¨²n, pero no saben de qu¨¦ se trata', asegura la doctora Benito. El ni?o aprende a hablar, leer y escribir m¨¢s r¨¢pido. Despu¨¦s se aburre en clase porque lo que explican los profesores ya lo ha aprendido a la primera. 'Una capacidad de asimilaci¨®n tan r¨¢pida permite que el ni?o tenga la edad mental tres a?os superior a la suya', dice la doctora Alonso.

Pero no todos los ni?os con coeficiente intelectual superior a 130 -100 es la media normal- se comportan igual. La doctora Benito asegura que 's¨®lo se descubre una de cada nueve ni?as superdotadas, porque su mayor necesidad de sociabilidad hace que imiten y se comporten como las ni?as normales, para no llamar la atenci¨®n'.

Una de las formas de vehicular las capacidades de un ni?o superdotado es acelerar el proceso educativo, esto es, saltar de curso. Es un proceso relativamente nuevo, que tropieza numerosas veces con la oposici¨®n de los profesores, los educadores o los propios padres, adem¨¢s de crear dificultades burocr¨¢ticas. 'Mientras nadie duda sobre la pertinencia de que los ni?os repitan curso, a¨²n hay prejuicios para salt¨¢rselos', asegura la doctora Benito. Con el salto a veces se da un nivel de exigencia muy alto. 'No tienen ciencia infusa, y no pueden saber cosas que nadie les ha ense?ado'.

Seg¨²n los expertos, la percepci¨®n sobre la pertinencia de una educaci¨®n especial para los ni?os superdotados ha mejorado mucho con respecto a hace apenas unos a?os, cuando no hab¨ªa siquiera legislaci¨®n. En 1995 se aprob¨® un decreto ley sobre educaci¨®n para superdotados. Pero a¨²n queda mucho camino por recorrer. Estados Unidos es uno de los pa¨ªses donde la educaci¨®n especial para superdotados est¨¢ m¨¢s implantada. All¨ª se considera que es un deber potenciar el desarrollo de estos ni?os. Pero la doctora Yolanda Benito est¨¢ en desacuerdo: 'Se les debe educar de forma especial porque es un derecho, no para que sean premios Nobel'. Y concluye: 'No se trata de hacer adultos excepcionales, sino ni?os felices'.