El cine espa?ol se enamora de un nuevo actor argentino, Leonardo Sbaraglia

Su carta de presentaci¨®n en Espa?a ya es una garant¨ªa. El argentino Leonardo Sbaraglia fue uno de los protagonistas, junto a Eduardo Noriega y el argentino Pablo Echarri, de la magn¨ªfica pel¨ªcula Plata quemada (2000), de Marcelo Pi?eyro. Una adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima del escritor argentino Ricardo Piglia, que narra la cr¨®nica negra de un hecho real que sacudi¨® a Argentina: un espectacular y sangriento atraco ocurrido en 1965. Con esta pel¨ªcula aterriz¨® Leonardo Sbaraglia, actor porte?o de suaves maneras y hablar cadencioso, dotado de un talento y atractivo evidentes.

Uno de tantos que se preguntaron por el joven actor, de 31 a?os -desconocido hasta entonces en Espa?a, pero con una larga y s¨®lida carrera en su pa¨ªs, donde es muy famoso-, fue el cineasta espa?ol Gerardo Vera, que en esos momentos ten¨ªa varios proyectos entre manos. No sab¨ªa en cu¨¢l incluirlo, pero en cuanto le vio interpretar a uno de los mellizos (el amante maldito de Noriega) pens¨® inmediatamente que quer¨ªa trabajar con ¨¦l. Adem¨¢s, una compatriota de Sbaraglia, Cecilia Roth, ya le hab¨ªa hablado de ¨¦l al director de La Celestina (1996).

Y han acabado juntos en Deseo, el pr¨®ximo filme del realizador madrile?o, que se rodar¨¢ en septiembre. Vera, un cineasta de larga y heterog¨¦nea carrera en Espa?a -hombre tambi¨¦n de teatro y escen¨®grafo, nacido en 1947-, presume, con retranca, de ser quien 'ha tra¨ªdo a Espa?a a Sbaraglia'.

Bueno, no se le puede quitar el m¨¦rito de perseguir la presa, hasta que ¨¦sta ha decidido instalarse en Madrid y traerse a su novia pintora, pero lo cierto es que el actor acaba de rodar algunos proyectos espa?oles que pronto se estrenar¨¢n: Intacto, del director espa?ol novel, el canario Juan Carlos Fresnadillo (su primer largometraje en Espa?a) y La ciudad sin l¨ªmites, de Antonio Hern¨¢ndez, con Fernando Fern¨¢n-G¨®mez.

El actor y el director se han reunido en Madrid para seguir hablando de su pel¨ªcula Deseo, basada en el gui¨®n de la escritora ?ngeles Caso, su primera incursi¨®n en el cine. Vera llega bastante puntual a la comida; Sbaraglia, un poco m¨¢s tarde y molesto por traer los dedos manchados de tinta: viene de colocar sus huellas digitales en los documentos que le permitir¨¢n tener sus cosas legalmente ordenadas. 'La decisi¨®n de venirme a Espa?a la tom¨¦ hace tiempo', cuenta el actor, mientras juguetea con unas gafas de pasta color burdeos, 'y no est¨¢ tan vinculada a tener m¨¢s o menos posibilidades de trabajo. Tiene que ver m¨¢s con algo personal, con crecer, con no conformarme. En Argentina ya ten¨ªa mucho trabajo'. Y tiene detr¨¢s una solvente carrera que empez¨® a los 16 a?os, estudiando teatro. 'Eso de que viniera del teatro me gust¨® mucho', interviene Vera, 'yo tambi¨¦n provengo de ah¨ª, y con los actores de teatro trabajo mucho mejor, nos adaptamos mejor'.

Gerardo Vera habla del argumento de Deseo. 'Se desarrolla en Espa?a durante la II Guerra Mundial y cuenta las tramas que se organizaron para que huyeran los nazis, que se escapaban v¨ªa N¨²remberg o Estrasburgo, hacia Argentina. Es un asunto que me interesa porque se ha hablado poco de ¨¦l. Y contar c¨®mo la Espa?a de Franco organizaba ese tipo de huidas'. Sbaraglia: 'En Argentina todav¨ªa viven muchos refugiados nazis'. 'Claro, y el que t¨² fueras argentino era un valor a?adido, me encajabas muy bien en el proyecto', remata Vera.

A esta peripecia pol¨ªtica se le a?ade como trasfondo una historia de amor bastante atormentada. O al rev¨¦s, la historia de amor se superpone al suceso pol¨ªtico. 'El gran reto para un director es el equilibrio entre una historia rom¨¢ntica con ribetes de melodrama y un fondo pol¨ªtico cercano pero desconocido. El primer problema de la pel¨ªcula es no hacer un thriller pol¨ªtico, como si fuera Odessa, ni acabar en Cumbres borrascosas. Lo importante es seguir el hilo de los dos personajes centrales'.

La pareja protagonista de esta historia de amor llevada al extremo la componen Sbaraglia -en el papel de un nazi que trabaja en el servicio de inteligencia alem¨¢n- y Leonor Watling (Son de mar), que interpreta a la asistenta que le hace la casa. Un trabajo al que se ha visto empujada por las circunstancias, porque ella es hija de un m¨¦dico, culto y liberal, v¨ªctima del nazismo. A ellos se les une Jordi Moll¨¤, como marido de Leonor, y la actriz argentina Norma Aleandro (La historia oficial y Una noche con Sabrina Love, entre otras pel¨ªculas), que interpreta en Deseo el papel de madre de Sbaraglia.

Leonardo Sbaraglia: 'El amor que surge entre ellos es l¨ªmite. ?l es un personaje que por ideolog¨ªa es capaz de hacer las mayores barbaridades y ha sido educado para no sentir. Resulta que se enamora perdidamente de una mujer cuya procedencia ideol¨®gica es radicalmente distinta y, por tanto, ya hay una imposibilidad. En com¨²n tienen una cultura exquisita que ella ya perdi¨®'.

Cuando deciden escaparse juntos tiene que ser a los dos d¨ªas, ni uno m¨¢s, decide el director. 'Frente a otras opiniones, yo pens¨¦ que en esa secuencia no pod¨ªa pasar m¨¢s de dos d¨ªas, una semana hubiera sido mucho tiempo porque ese amor es como una droga'. Sbaraglia a?ade: 'Mi personaje ha perdido la humanidad y esa mujer le hace recordar que es un hombre. Es como su propia salvaci¨®n'.

Tanto para el director como para el actor, esta pel¨ªcula supone un desaf¨ªo. Son historias y personajes muy distanciados de ellos. Por ejemplo, el conflicto que contaba Gerardo Vera en su ¨²ltima pel¨ªcula, Segunda piel (1999) -la relaci¨®n entre un hombre casado que no sabe que es gay y un homosexual-, le era m¨¢s pr¨®ximo, 'era casi una autobiograf¨ªa'. Y Sbaraglia compone un personaje en las ant¨ªpodas de lo que es ¨¦l. Un hombre v¨ªctima de su ¨¦poca y a la vez verdugo de su situaci¨®n amorosa. Eso le produce al actor 'excitaci¨®n y miedo a la vez'. 'En Deseo me sigue produciendo cierto pudor entrar tan a saco en los sentimientos humanos'.

'La pel¨ªcula', acaba Vera, 'es una reflexi¨®n sobre el alma humana cuando se encuentra un amor brutal, un amor que se produce s¨²bitamente y que tiene fecha de caducidad. Porque, a veces, las pasiones son tan fuertes que no pueden durar'.Su carta de presentaci¨®n en Espa?a ya es una garant¨ªa. El argentino Leonardo Sbaraglia fue uno de los protagonistas, junto a Eduardo Noriega y el argentino Pablo Echarri, de la magn¨ªfica pel¨ªcula Plata quemada (2000), de Marcelo Pi?eyro. Una adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima del escritor argentino Ricardo Piglia, que narra la cr¨®nica negra de un hecho real que sacudi¨® a Argentina: un espectacular y sangriento atraco ocurrido en 1965. Con esta pel¨ªcula aterriz¨® Leonardo Sbaraglia, actor porte?o de suaves maneras y hablar cadencioso, dotado de un talento y atractivo evidentes.

Uno de tantos que se preguntaron por el joven actor, de 31 a?os -desconocido hasta entonces en Espa?a, pero con una larga y s¨®lida carrera en su pa¨ªs, donde es muy famoso-, fue el cineasta espa?ol Gerardo Vera, que en esos momentos ten¨ªa varios proyectos entre manos. No sab¨ªa en cu¨¢l incluirlo, pero en cuanto le vio interpretar a uno de los mellizos (el amante maldito de Noriega) pens¨® inmediatamente que quer¨ªa trabajar con ¨¦l. Adem¨¢s, una compatriota de Sbaraglia, Cecilia Roth, ya le hab¨ªa hablado de ¨¦l al director de La Celestina (1996).

Y han acabado juntos en Deseo, el pr¨®ximo filme del realizador madrile?o, que se rodar¨¢ en septiembre. Vera, un cineasta de larga y heterog¨¦nea carrera en Espa?a -hombre tambi¨¦n de teatro y escen¨®grafo, nacido en 1947-, presume, con retranca, de ser quien 'ha tra¨ªdo a Espa?a a Sbaraglia'.

Bueno, no se le puede quitar el m¨¦rito de perseguir la presa, hasta que ¨¦sta ha decidido instalarse en Madrid y traerse a su novia pintora, pero lo cierto es que el actor acaba de rodar algunos proyectos espa?oles que pronto se estrenar¨¢n: Intacto, del director espa?ol novel, el canario Juan Carlos Fresnadillo (su primer largometraje en Espa?a) y La ciudad sin l¨ªmites, de Antonio Hern¨¢ndez, con Fernando Fern¨¢n-G¨®mez.

El actor y el director se han reunido en Madrid para seguir hablando de su pel¨ªcula Deseo, basada en el gui¨®n de la escritora ?ngeles Caso, su primera incursi¨®n en el cine. Vera llega bastante puntual a la comida; Sbaraglia, un poco m¨¢s tarde y molesto por traer los dedos manchados de tinta: viene de colocar sus huellas digitales en los documentos que le permitir¨¢n tener sus cosas legalmente ordenadas. 'La decisi¨®n de venirme a Espa?a la tom¨¦ hace tiempo', cuenta el actor, mientras juguetea con unas gafas de pasta color burdeos, 'y no est¨¢ tan vinculada a tener m¨¢s o menos posibilidades de trabajo. Tiene que ver m¨¢s con algo personal, con crecer, con no conformarme. En Argentina ya ten¨ªa mucho trabajo'. Y tiene detr¨¢s una solvente carrera que empez¨® a los 16 a?os, estudiando teatro. 'Eso de que viniera del teatro me gust¨® mucho', interviene Vera, 'yo tambi¨¦n provengo de ah¨ª, y con los actores de teatro trabajo mucho mejor, nos adaptamos mejor'.

Gerardo Vera habla del argumento de Deseo. 'Se desarrolla en Espa?a durante la II Guerra Mundial y cuenta las tramas que se organizaron para que huyeran los nazis, que se escapaban v¨ªa N¨²remberg o Estrasburgo, hacia Argentina. Es un asunto que me interesa porque se ha hablado poco de ¨¦l. Y contar c¨®mo la Espa?a de Franco organizaba ese tipo de huidas'. Sbaraglia: 'En Argentina todav¨ªa viven muchos refugiados nazis'. 'Claro, y el que t¨² fueras argentino era un valor a?adido, me encajabas muy bien en el proyecto', remata Vera.

A esta peripecia pol¨ªtica se le a?ade como trasfondo una historia de amor bastante atormentada. O al rev¨¦s, la historia de amor se superpone al suceso pol¨ªtico. 'El gran reto para un director es el equilibrio entre una historia rom¨¢ntica con ribetes de melodrama y un fondo pol¨ªtico cercano pero desconocido. El primer problema de la pel¨ªcula es no hacer un thriller pol¨ªtico, como si fuera Odessa, ni acabar en Cumbres borrascosas. Lo importante es seguir el hilo de los dos personajes centrales'.

La pareja protagonista de esta historia de amor llevada al extremo la componen Sbaraglia -en el papel de un nazi que trabaja en el servicio de inteligencia alem¨¢n- y Leonor Watling (Son de mar), que interpreta a la asistenta que le hace la casa. Un trabajo al que se ha visto empujada por las circunstancias, porque ella es hija de un m¨¦dico, culto y liberal, v¨ªctima del nazismo. A ellos se les une Jordi Moll¨¤, como marido de Leonor, y la actriz argentina Norma Aleandro (La historia oficial y Una noche con Sabrina Love, entre otras pel¨ªculas), que interpreta en Deseo el papel de madre de Sbaraglia.

Leonardo Sbaraglia: 'El amor que surge entre ellos es l¨ªmite. ?l es un personaje que por ideolog¨ªa es capaz de hacer las mayores barbaridades y ha sido educado para no sentir. Resulta que se enamora perdidamente de una mujer cuya procedencia ideol¨®gica es radicalmente distinta y, por tanto, ya hay una imposibilidad. En com¨²n tienen una cultura exquisita que ella ya perdi¨®'.

Cuando deciden escaparse juntos tiene que ser a los dos d¨ªas, ni uno m¨¢s, decide el director. 'Frente a otras opiniones, yo pens¨¦ que en esa secuencia no pod¨ªa pasar m¨¢s de dos d¨ªas, una semana hubiera sido mucho tiempo porque ese amor es como una droga'. Sbaraglia a?ade: 'Mi personaje ha perdido la humanidad y esa mujer le hace recordar que es un hombre. Es como su propia salvaci¨®n'.

Tanto para el director como para el actor, esta pel¨ªcula supone un desaf¨ªo. Son historias y personajes muy distanciados de ellos. Por ejemplo, el conflicto que contaba Gerardo Vera en su ¨²ltima pel¨ªcula, Segunda piel (1999) -la relaci¨®n entre un hombre casado que no sabe que es gay y un homosexual-, le era m¨¢s pr¨®ximo, 'era casi una autobiograf¨ªa'. Y Sbaraglia compone un personaje en las ant¨ªpodas de lo que es ¨¦l. Un hombre v¨ªctima de su ¨¦poca y a la vez verdugo de su situaci¨®n amorosa. Eso le produce al actor 'excitaci¨®n y miedo a la vez'. 'En Deseo me sigue produciendo cierto pudor entrar tan a saco en los sentimientos humanos'.

'La pel¨ªcula', acaba Vera, 'es una reflexi¨®n sobre el alma humana cuando se encuentra un amor brutal, un amor que se produce s¨²bitamente y que tiene fecha de caducidad. Porque, a veces, las pasiones son tan fuertes que no pueden durar'.