Berlanas, tras el imperio africano
El espa?ol ve como un triunfo su cuarto puesto en los 3.000 obst¨¢culos, ganados por el keniano Kosgei
Frente al habitual ej¨¦rcito de los ¨¢giles kenianos y los duros marroqu¨ªes, Luis Miguel Mart¨ªn Berlanas corri¨® sin complejos la final de los 3.000 metros obst¨¢culos, con la intensidad de un atleta que lo sabe todo sobre el sufrimiento f¨ªsico y moral. No hace demasiado tiempo, fue excluido de la Residencia Blume porque su nivel en los 1.500 metros era insuficiente para ganarse una beca. Su grupo de entrenamiento se disgreg¨® tras la jubilaci¨®n del t¨¦cnico Julio Bravo. As¨ª, se sent¨ªa herido, con una deuda que saldar con el atletismo. No sab¨ªa que cuatro a?os despu¨¦s ser¨ªa uno de los especialistas m¨¢s competentes del mundo en los 3.000 obst¨¢culos, en los que es el ¨²nico europeo capaz de amenazar a los kenianos y los marroqu¨ªes.
Mart¨ªn Berlanas celebr¨® su cuarto puesto como una victoria. 'Me da igual lo que diga la gente: el cuarto puesto s¨®lo sabe al que ha quedado el quinto', declar¨® despu¨¦s de una carrera que confirm¨® la hegemon¨ªa de los muchachos del valle del Rift. Venci¨® el keniano Reuben Kosgei, el m¨¢s fiable en este tipo de competiciones. Puede perder contra su compatriota Barmasai en las reuniones de verano, pero no se le escapa la pieza en los Juegos Ol¨ªmpicos o en los Campeonatos del Mundo. Gan¨® en Sydney y ha repetido en Edmonton.
Enamorado de una especialidad que descubri¨® gracias al preparador Manuel Pascua Piquera -'lo tuyo es el 3.000 obst¨¢culos', le dijo cuando comenz¨® a entrenarle-, Mart¨ªn Berlanas, feliz ahora por su ¨¦xito personal, no duda en confesar que ha vivido dos atletismos: uno, el de comparsa, el de mediofondista que est¨¢ toda su vida en torno a los 3m 40s en los 1.500, y otro ahora, a sus casi 30 a?os. Entre estos dos mundos hubo una ¨¦poca en la que trabaj¨® de cartero en San Mart¨ªn de Valdeiglesias para pagar el alquiler de un piso en el barrio de Aluche, en el arrabal sur de Madrid. No quer¨ªa involucrar a mi familia en mis asuntos. 'Procedo de una familia de clase media baja y no pod¨ªa crearle m¨¢s problemas econ¨®micos'.
Su progresi¨®n en los 3.000 metros obst¨¢culos fue instant¨¢nea. En 1998 fue el cuarto en los Campeonatos de Europa y desde entonces no falla en una especialidad que apenas permite el acceso a la cima por parte de los atletas europeos.
Quinto en los Juegos, recibi¨® los reproches de Pascua Piquera, que le censur¨® por no haber atacado de lejos, a falta de 800 metros. Pero Berlanas no es un atleta d¨¦bil en las grandes carreras. Jam¨¢s rehuye la batalla con los africanos a pesar de las dificultades de una prueba que no ha visto la derrota de un keniano desde los Juegos de M¨¦xico 68.
A esta dificultad relacionada con una hegemon¨ªa inquebrantable, Berlanas a?ade un problema que le limita gravemente. Sus tendones son de cristal, casi inh¨¢biles para una carrera que exige superar 35 obst¨¢culos. 'Quiz¨¢ he notado en la ¨²ltima vuelta la falta de preparaci¨®n invernal', declar¨®. A finales del pasado a?o fue operado del tend¨®n derecho en Finlandia. El doctor le aconsej¨® que se operara de los dos. No lo hizo y ahora tendr¨¢ que operarse del izquierdo.
Con esa limitaci¨®n, que le impide practicar la t¨¦cnica del salto en los entrenamientos, Berlanas se ha convertido en una autoridad en su prueba. En Edmonton no cedi¨® hasta el ¨²ltimo paso por la r¨ªa, tras una carrera m¨¢s compleja desde el punto de vista t¨¢ctico que desde el de las marcas obtenidas. Los kenianos se mantuvieron bastantes conservadores, sin grandes alardes.
Es evidente que se siente seguro en todo tipo de carreras. Las lentas, las r¨¢pidas y las supers¨®nicas. ?ste fue tensa porque nadie dio el estir¨®n, aunque se vieron cambios de ritmo que dejaban descolgada a mucha gente. Eliseo Mart¨ªn perdi¨® contacto muy pronto y Antonio Jim¨¦nez, Penti, comprendi¨® enseguida que no deb¨ªa cebarse con los kenianos y los marroqu¨ªes, que tiraban de codos en el grupo de cabeza.
El primer kil¨®metro fue lento, 2,48m, pero en el segundo comenz¨® a aparecer Barmasai, el plusmarquista mundial. Aceler¨® y se llev¨® a Kosgei, al joven Yator, a los marroqu¨ªes Bulami y Ezzine y a Berlanas, que recibi¨® de lo lindo. El grupo se mantuvo compacto hasta la ¨²ltima vuelta, con Berlanas atento a moverse. Pero un amago de ataque fue cortado radicalmente por los kenianos, que aprovechaban su facilidad para superar los obst¨¢culos para poner en orden la carrera.
En la ¨²ltima curva, Berlanas perdi¨® definitivamente contacto con Ezzine y los kenianos, uno de los cuales, Yator, tropez¨® en el obst¨¢culo de la r¨ªa y se dio un trompazo de consideraci¨®n. Berlanas lo aprovech¨® para terminar cuarto y celebrarlo como una victoria. Sabe muy bien lo que significa esta posici¨®n en unos Mundiales, y lo sabe mejor por las frustraciones que ha padecido en su carrera deportiva. Detr¨¢s, Penti no perdon¨® donde sabe: en los ¨²ltimos 200 metros super¨® a tres rivales y alcanz¨® el sexto puesto.
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