Cient¨ªficos espa?oles descubren el factor gen¨¦tico que predispone a la ansiedad
Los investigadores afirman que el hallazgo obligar¨¢ a revisar terapias psiqui¨¢tricas
En estas condiciones, determinados factores ambientales, as¨ª como caracter¨ªsticas propias de la personalidad, acent¨²an la posibilidad de padecer trastornos de p¨¢nico, agorafobia, fobia social u otras formas de ansiedad.
La investigaci¨®n que se publica en Cell, iniciada hace m¨¢s de seis a?os, ha sido dirigida por Xavier Estivill, del Centro de Gen¨¦tica M¨¦dica y Molecular del Institito de Investigaci¨®n Oncol¨®gica (IRO), y por Antoni Bulbena, del Departamento de Psiquiatr¨ªa del Hospital del Mar, ambos de Barcelona. El origen de la misma se remonta a una curiosa asociaci¨®n descrita por Bulbena hace una d¨¦cada entre el fen¨®meno de laxitud articular, relativamente frecuente entre la poblaci¨®n y que se caracteriza por una mayor flexibilidad de las articulaciones, y trastornos de ansiedad. La asociaci¨®n impuls¨® a Bulbena a buscar mecanismos gen¨¦ticos que explicaran este fen¨®meno.
En colaboraci¨®n con Estivill, Bulbena reclut¨® voluntarios de una poblaci¨®n de Barcelona de apenas 2.000 habitantes. El estudio de sus caracter¨ªsticas gen¨¦ticas, junto con la identificaci¨®n de personas con trastornos de ansiedad, ha dado como resultado la primera evidencia gen¨¦tica que explica la susceptibilidad a padecer una enfermedad psiqui¨¢trica que afecta entre el 10 y el 15% de la poblaci¨®n mundial.
Predisposici¨®n
La causa de estos trastornos, explic¨® ayer Estivill, arranca de la duplicaci¨®n de una extensa zona del cromosoma 15 en la que, muy probablemente, se encuentran de 20 a 60 genes. Entre ellos, debido a un fen¨®meno de contig¨¹idad, los que confieren las caracter¨ªsticas de laxitud articular y algunos de los que predisponen a padecer ansiedad, raz¨®n que explica la coincidencia de cuadros cl¨ªnicos. La regi¨®n, denominada DUP25, se encuentra asimismo flanqueada por largas secuencias repetitivas de ADN, cuya longitud se sit¨²a entre 13.000 y 60.000 nucle¨®tidos, las letras del genoma. La presencia de estas secuencias a ambos lados de la regi¨®n DUP25, indic¨® Estivill, explica, 'muy probablemente', el origen de la duplicaci¨®n y refuerza el papel del hasta fechas muy recientes considerado ADN basura, constituido por extensas regiones del genoma en las que no existe ning¨²n gen. El fen¨®meno de duplicaci¨®n, 'presente en un 7% de la poblaci¨®n general', se?al¨®, motiva la sobreexpresi¨®n de los genes responsables de laxitud articular y de ansiedad, des¨®rdenes que ser¨ªan debidos, por tanto, a algo as¨ª como un exceso de genes. Ello provocar¨ªa que hubiera un mayor n¨²mero de conexiones neuronales implicadas en los mecanismos de alerta o bien que ¨¦stas fueran m¨¢s sensibles. As¨ª, determinadas situaciones ambientales, sumadas a rasgos propios de la personalidad y el car¨¢cter, acentuar¨ªan las probabilidades de desarrollar cuadros cl¨ªnicos de agorafobia, fobia social, p¨¢nico, fobias simples respecto a animales, a objetos o a situaciones muy espec¨ªficas y, en general, a diversas formas de ansiedad.
P¨¢nico y fobia social
Los an¨¢lisis gen¨¦ticos practicados al grupo de voluntarios, aclar¨® el investigador, dejan poco lugar a las dudas. La regi¨®n DUP25 coincide en el 60% de los casos de laxitud articular y de diversas formas de ansiedad. Por otra parte, todos los pacientes con trastornos de p¨¢nico y fobia social incorporan esta misma regi¨®n duplicada, que se encuentra presente en el 87% de los casos de laxitud articular. Tan s¨®lo el 20% de las personas que cuentan con la duplicaci¨®n no presentan ning¨²n tipo de ansiedad. Las implicaciones futuras de esta investigaci¨®n, seg¨²n Estivill, son de gran trascendencia. En primer lugar, indic¨®, por la relaci¨®n existente entre ansiedad y depresi¨®n, respecto de la cual ahora se podr¨¢n iniciar trabajos para comprobar si existe una base gen¨¦tica com¨²n o al menos relacionada. Por otra parte, porque el trabajo constituye la 'primera evidencia gen¨¦tica' que explica una patolog¨ªa compleja de tipo psiqui¨¢trico para la que se podr¨¢n empezar a estudiar 'genes candidatos'. La investigaci¨®n, concluy¨® Estivill, refuerza la importancia de la 'revoluci¨®n biol¨®gica de la psiquiatr¨ªa', condicionada por la existencia de fen¨®menos bioqu¨ªmicos que inciden en el comportamiento. Resultados como estos, abund¨®, obligar¨¢n a revisar buena parte de las terapias psiqui¨¢tricas, al tiempo que ayudar¨¢n a definir los mecanismos de acci¨®n de f¨¢rmacos espec¨ªficos.
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