El tendero que repart¨ªa butano
Si integrarse a una ciudad es conocerla palmo a palmo, Abid Hussain ya es m¨¢s barcelon¨¦s que muchos de sus conciudadanos. Abid, de 32 a?os y residente en Barcelona desde hace cuatro, ha recorrido sus calles mil veces en un cami¨®n de bombonas de butano. Durante tres a?os fue repartidor del gas de los pobres, el que sub¨ªa dos botellas a la espalda hasta un quinto piso sin paga a fin de mes. Las propinas fueron su ¨²nica fuente de ingresos en dos a?os y medio. 'Llegu¨¦ a repartir 200 bombonas en un d¨ªa', recuerda con satisfacci¨®n. Su esfuerzo vali¨® la pena: despu¨¦s de regularizar su situaci¨®n, ha abierto una tienda en el centro de la ciudad. Su objetivo ahora es ser el tendero de toda su calle.
Pero su aventura no ha sido un camino de rosas. Abandon¨® Pakist¨¢n harto de una sociedad instalada en la corrupci¨®n, de un pa¨ªs al borde de la bancarrota y de un conflicto, el que vive Cachemira, que ha acabado con la vida de m¨¢s de 35.000 personas, entre ellas muchos vecinos suyos. Abid Hussain naci¨® y vivi¨® en Cachemira, en los confines del Himalaya y a s¨®lo 3 kil¨®metros de la frontera con India. Toda su vida ha visto las muertes y enfrentamientos en un territorio partido entre India y Pakist¨¢n y que, pese a contar con abrumadora mayor¨ªa musulmana, pertenece en un 80% a India.
Su militancia pol¨ªtica en defensa de un Cachemira independiente le vali¨® m¨¢s de un encontronazo con el ej¨¦rcito. A¨²n recuerda la persecuci¨®n que sufri¨® en la universidad por presidir el ilegalizado Sindicato Libre de Estudiantes de Cachemira. Tras estos problemas, abandon¨® sus estudios de medicina y decidi¨® buscarse la vida fuera de su pa¨ªs. Pas¨® por Egipto y Portugal. Sab¨ªa que en Barcelona hab¨ªa una nutrida colonia paquistan¨ª y all¨ª puso los ojos. Reci¨¦n llegado, su objetivo fue conseguir el estatuto de refugiado pol¨ªtico, que consigu¨ªo en tan s¨®lo tres d¨ªas.
El asilo, sin embargo, le imped¨ªa trabajar, por lo que solicit¨® el permiso de residencia. Como muchos paquistan¨ªes en Barcelona, empez¨® en una distribuidora de butano como auxiliar del conducto. 'No ten¨ªa contrato ni sueldo fijo, pero estaba bien. En aquel momento s¨®lo quer¨ªa trabajar duro'. Y lo consigui¨®: 14 horas diarias y miles de bombonas a las espaldas. A fin de mes, entre 100.000 y 200.000 pesetas gracias a las propinas.
Trabaj¨® como repartidor hasta meses despu¨¦s de conseguir el permiso de residencia y trabajo. Ya con los documentos se march¨® a Pakist¨¢n de visita. Quer¨ªa visitar a su mujer y a su hija de pocos a?os, que contin¨²an en Cachemira. Ya de vuelta en Espa?a, su prioridad fue encontrar un trabajo estable. Lo consigui¨® en una f¨¢brica que produce complementos de veh¨ªculos. Cuando comenz¨® era el ¨²nico inmigrante de la cadena de montaje. 'Pero todo el mundo me ha tratado siempre muy bien, se me acercaban y me preguntaban de d¨®nde ven¨ªa, qu¨¦ hac¨ªa...'.
Contin¨²a trabajando en esta empresa porque la flexibilidad de los horarios no le ha impedido poner en marcha una tienda de carne, frutas y verduras en el barrio del Poble Sec. 'Es como un peque?o mercado', asegura. Las obras del local las ha realizado con la ayuda de varios de sus compatriotas. 'Han trabajado aqu¨ª muchas horas sin cobrar nada, esto es solidaridad'. Una vez abierta la tienda, Abid espera captar clientela paquistan¨ª, aunque quiere convertirse en una tienda de referencia en el barrio. 'La carne 'halal' [sacrificada bajo el precepto isl¨¢mico] sabe muy bien', asegura. Si el negocio funciona se comprar¨¢ un piso en Barcelona, el primer paso para establecerse con su familia en la ciudad.
Mientras, disfruta de su vida en Barcelona, donde tiene varios amigos catalanes 'que quieren venir de visita a mi pa¨ªs' y que le han hecho descubrir los mejores parajes de Espa?a. 'He visitado los Pirineos, Valencia y parte de la costa catalana'. Su proceso de integraci¨®n tambi¨¦n ha pasado por la cocina. Aunque mantiene sus costumbres gastron¨®micas, afirma que le gusta mucho la cocina mediterr¨¢nea.
Y ?c¨®mo se ve dentro de diez a?os? 'Ya no ser¨¦ inmigrante, me sentir¨¦ de aqu¨ª y espero tener pasaporte espa?ol'. Sin embargo, no cree que quiera vivir aqu¨ª toda su vida. 'Alg¨²n d¨ªa regresar¨¦ a Cachemira'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.