Nace otra generaci¨®n de violentos
Un informe de M¨¦dicos Sin Fronteras denuncia que la represi¨®n israel¨ª causa tremendas secuelas en ni?os palestinos
'Wadia, de 12 a?os, no quiere ir a la escuela. Hace unos d¨ªas tres soldados le pararon, cogieron un l¨¢piz de su cartera y apunt¨¢ndole al ojo hicieron como si fueran a sac¨¢rselo. Tuvo mucho miedo y escap¨®, pero los soldados le llamaron para que fuera a buscar su l¨¢piz. Desde entonces sue?a que los soldados le persiguen y que no puede escapar. Su madre se lamenta porque ¨¦l ya no es como antes; se ha vuelto agresivo y desobediente. Cuando sea mayor, quiere ser piloto de avi¨®n de guerra para combatir a todos los soldados'.
Los soldados son israel¨ªes y Wadia es palestino. Su caso se repite una y mil veces en Gaza y Cisjordania. Seg¨²n denuncia la ONG M¨¦dicos sin Fronteras en un informe difundido ayer, 'el aislamiento, las humillaciones y la violencia cotidiana' con que las autoridades israel¨ªes castigan a la poblaci¨®n palestina est¨¢ produciendo una generaci¨®n de j¨®venes traumatizados y violentos.
'Las detenciones, las intimidaciones y las humillaciones que tienen lugar a diario acrecientan la sensaci¨®n de injusticia y de abandono de una poblaci¨®n que, como consecuencia, sufre importantes trastornos psicol¨®gicos, sobre todo los ni?os', concluye la ONG en su informe Cr¨®nicas palestinas: ocupaci¨®n, violencia y humillaci¨®n cotidiana, que recoge numerosos testimonios de las familias a las que presta asistencia m¨¦dica y psicol¨®gica desde el pasado noviembre.
Debido a los obst¨¢culos a la libre circulaci¨®n que las autoridades israel¨ªes imponen a los palestinos y el temor de muchos de ellos a abandonar sus casas, MSF ha dado prioridad a las visitas a domicilio en Hebr¨®n y la franja de Gaza. A¨²n as¨ª, su trabajo no resulta f¨¢cil. 'Las negociaciones realizadas por MSF con las autoridades israel¨ªes no garantizan un acceso total a zonas particularmente expuestas a la violencia; en estas zonas, la poblaci¨®n civil no cuenta con posibilidad alguna de protecci¨®n', relatan en la presentaci¨®n de su informe.
Los 10 enviados de MSF se dividen en tres equipos (uno de coordinaci¨®n en Jerusal¨¦n y dos sobre el terreno en el distrito Hebr¨®n y en la franja de Gaza) y cuentan con tres m¨¦dicos y tres psic¨®logos que atienden decenas de familias en zonas especialmente dif¨ªciles por su proximidad a asentamientos de colonos o puestos de control militar. En su denuncia han adoptado la f¨®rmula de un diario para recoger sus experiencias y, sobre todo, los testimonios de las v¨ªctimas. 'Tratamos de escuchar a la gente y darles la posibilidad de que hablen', explica Lorena Bilbao, la espa?ola que act¨²a como coodinadora en Hebr¨®n.
'Una de las familias de la zona se muestra preocupada ante la actitud de uno de sus hijos', escribe el equipo de Gaza en la anotaci¨®n del cuarto d¨ªa de su diario. 'Se trata de un ni?o que construye carros de combate de arena, imit¨¢ndolos a la perfecci¨®n. (...) Los ni?os se sienten orgullosos de mostrar sus carros'. Una de las doctoras del equipo explica a los padres, que no ven esto con buenos ojos, que a trav¨¦s de los juegos los ni?os pueden apropiarse de una situaci¨®n que les supera. 'Las conductas agresivas son la t¨®nica general en los ni?os y j¨®venes', aseguran los psic¨®logos de MSF.
'La madre de Hania interpela al psic¨®logo en la calle y le pide que vaya a ver a su hija de 14 a?os que, desde los incidentes, 'no es la misma', anotan dos d¨ªas m¨¢s tarde. 'Hania explica c¨®mo la bala que todav¨ªa tiene incrustada en su espalda le molesta mucho. Siempre est¨¢ muy angustiada. Vive permanentemente con la idea de una muerte pr¨®xima'.
Otra joven cuenta al equipo de MSF que perdi¨® la voz durante dos d¨ªas, tras el ataque a su casa de un carro blindado. Junto a las heridas de bala y la muerte de amigos o compa?eros de clase, la destrucci¨®n de sus casas es uno de los sucesos que m¨¢s conmociona a los chavales.
En Hebr¨®n, una ciudad donde 500 colonos jud¨ªos mantienen como rehenes a sus m¨¢s de 100.000 habitantes palestinos, el equipo de MSF encuentra en la calle a unas ni?as de entre 8 y 10 a?os que han encontrado su escuela cerrada. El psic¨®logo habla con ellas de lo que hacen en la escuela y de lo que har¨¢n cuando sean mayores. Una de ellas contesta: 'Matarme'.
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