Ruleta rusa en las calles de Jerusal¨¦n
El miedo a los atentados y al clima de violencia ha dejado la ciudad desierta, y el turismo disminuye significativamente
Jerusal¨¦n se ha convertido en una ciudad fantasmag¨®rica tras los ¨²ltimos atentados palestinos. En particular despu¨¦s del que cometi¨® un suicida del grupo integrista Ham¨¢s (Movimiento de Resistencia Isl¨¢mica) en una pizzer¨ªa del coraz¨®n de la zona oeste -la parte jud¨ªa de la ciudad-, en el que murieron 15 personas.
Las calles de Jerusal¨¦n, incluso del mism¨ªsimo centro siempre lleno -sobre todo en verano, tanto de israel¨ªes como de turistas-, est¨¢n casi desiertas, vac¨ªas de coches y de gente. S¨®lo el ruido casi permanente de las sirenas llena el aire: de los coches de polic¨ªa y sus artificieros, que van a desactivar alguna carga explosiva. O un 'objeto sospechoso' de los muchos que denuncian diariamente los israel¨ªes, ya sea por la psicosis reinante o por un estado de alerta que ha permitido evitar varios atentados. 'Es que salir a la calle es como jugar a la ruleta rusa', comenta una transe¨²nte.
La tristeza, el miedo y el calor son los protagonistas este agosto en Jerusal¨¦n, ciudad del vicio y la virtud. Itsik, un israel¨ª de poco m¨¢s de 40 a?os y curtido en numerosas batallas, que tiene un restaurante de comida casera en el centro de Jerusal¨¦n, comenta: 'Estoy deseando que llegue la hora de cerrar para irme a casa, que es el ¨²nico lugar en el que me siento seguro'.
Y es que los habitantes de Jerusal¨¦n -una ciudad con 400.000 jud¨ªos y 200.000 palestinos, estos ¨²ltimos concentrados en el sector Este-, sobre todo los israel¨ªes, viven pr¨¢cticamente atrincherados en sus casas desde hace casi once meses, y en especial en las ¨²ltimas semanas. Hace 11 meses comenz¨® la actual ola de enfrentamientos armados entre soldados del Ej¨¦rcito israel¨ª y manifestantes palestinos en Cisjordania y Gaza contra la ocupaci¨®n, y se han incrementado los atentados en todo Israel. En esos meses de violencia han muerto m¨¢s de 600 palestinos y m¨¢s de 150 israel¨ªes, entre civiles y militares.
Esa situaci¨®n ha llevado a numerosos comercios, en particular cafeter¨ªas y restaurantes, a contratar guardias armados, que hasta ahora s¨®lo se ve¨ªan a la entrada de lugares especialmente concurridos como cines y supermercados y, por supuesto, en edificios p¨²blicos. La idea es que la gente se sienta m¨¢s segura y se anime a salir y consumir. 'El de los guardias es un gasto importante, 75 d¨®lares (unas 14.000 pesetas) al d¨ªa, pero no me queda otro remedio; tard¨¦ varios a?os en crear una clientela fija y tengo que protegerlos a ellos y a mi negocio', dice Cobi Sharf, el propietario de la cafeter¨ªa Hilel, en el centro de Jerusal¨¦n. En la puerta del Aroma, que est¨¢ abierto las 24 horas del d¨ªa, Alex Edelman, de 23 a?os, el guardia armado que contrat¨® el propietario, tan s¨®lo dice 'me aburro' con acento ruso cuando se le pregunta c¨®mo va el servicio. 'Pero tambi¨¦n siento que cumplo una tarea importante', a?ade para cubrir la papeleta. Alex, como los cientos de guardias armados desplegados en cafeter¨ªas y restaurantes de Jerusal¨¦n, se licenci¨® hace poco de la mili.
La demanda de guardias armados ha proporcionado empleo a muchos j¨®venes israel¨ªes que acaban de terminar el servicio militar obligatorio de tres a?os. En una vi?eta que public¨® estos d¨ªas un diario de Israel aparece el primer ministro, el halc¨®n Ariel Sharon, que dice: 'Pondremos guardias en los centros comerciales, en los restaurantes, en los quioscos, en los puestos de sand¨ªas, en los tel¨¦fonos p¨²blicos, en los pasos peatonales, en las casas de ancianos y en los cementerios'. Y a?ade: 'Reforzaremos con m¨¢s guardias la seguridad de los ministros, viceministros, ayudantes, viceayudantes y secretarias'. 'Si agregamos a esto mis guardaespaldas, habremos solucionado el problema del paro', concluye Sharon en la vi?eta.
Pero el paro va en aumento, en gran medida debido a la violencia en la zona. Este mes aument¨® en un 3,7% y alcanz¨® un r¨¦cord hist¨®rico: 186.400 desempleados sobre una poblaci¨®n general de poco m¨¢s de seis millones de habitantes y una poblaci¨®n laboral mucho menor. En Israel hay una recesi¨®n y una crisis econ¨®mica graves, debido a que a los problemas econ¨®micos mundiales se suman los propios de la situaci¨®n.
Entre ellos, destaca el enorme descenso del turismo, hasta hace poco la segunda fuente de ingresos despu¨¦s de la industria del diamante. Pese a estar en pleno verano, la crisis del turismo ha alcanzado proporciones sin precedentes, y el n¨²mero de visitantes ha bajado en un 60%. Se trata de un ramo del que viven los hoteles, las compa?¨ªas a¨¦reas, los restaurantes y los comercios en general, y que trae a Israel, y en particular a Jerusal¨¦n, a millones de personas del extranjero cada a?o.
El hecho de que en los peri¨®dicos y pantallas de televisi¨®n de todo el mundo aparezcan casi a diario las duras im¨¢genes de los atentados -que se suman a las de violentos enfrentamientos entre palestinos y soldados israel¨ªes- ha borrado a Jerusal¨¦n de los folletos tur¨ªsticos. Y ahora es, m¨¢s que nunca, una ciudad de gatos y de fantasmas.
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