Turismo en Euskadi

En esta ¨¦poca veraniega, es normal que mucha gente piense en disfrutar de su tiempo libre fuera de su lugar habitual de residencia.

Los potenciales consumidores finales, que somos la mayor¨ªa, as¨ª como los agentes o empresas intermediarias, realizan/realizamos ¨ªmprobos esfuerzos en facilitar todo tipo de servicios que nos ayuden a disfrutar de nuestras bien merecidas vacaciones. Para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n vasca, el turismo se convierte pues, en sin¨®nimo de viaje, de cortar con lo cotidiano y de entrar en contacto con nuevas gentes, culturas y espacios f¨ªsicos.

Se puede afirmar que dentro de la sociedad vasca se ha impuesto, sobre todo, esta idea de turismo vinculada al consumo y al gasto preferentemente en el exterior, lo que hace que sea escasamente percibida la otra cara del sector, en este caso como factor generador de econom¨ªas, empleo, riqueza e ingresos nada despreciables.

Dentro de este ¨²ltimo apartado, y si analizamos el sector tur¨ªstico vasco, se percibe un especial ¨¦nfasis en mostrar y ofrecer nuestro m¨¢s amplio abanico de (potenciales) recursos, todo ello como soporte fundamental sobre el que ha de descansar la competitividad y las propiedades de Euskadi como destino tur¨ªstico.

Sin embargo y con cierta reincidencia, nos olvidamos de centrarnos en los servicios de apoyo que dichos recursos requieren cuando van a ser utilizados o disfrutados por los turistas. Hemos de intentar que esas grandes virtudes existentes en Euskadi se conviertan en una oportunidad tur¨ªstica permanente. Para ello deber¨¢n ser tratadas con visi¨®n productiva, sin perder por ello las propiedades innatas de que disponen.

Euskadi no se puede permitir el lujo de que muchos de sus potenciales recursos sean mantenidos por los presupuestos p¨²blicos correspondientes. Ser¨¢ del todo aconsejable que muchos de esos grandes recursos se conviertan en escenarios o herramientas productivas de consumo y exportaci¨®n v¨ªa tur¨ªstica. Con ello, no s¨®lo no perder¨¢n sus propiedades iniciales, sino que se ver¨¢n reforzadas y catapultadas, a trav¨¦s de la nueva dimensi¨®n que vayan adquiriendo desde y por el sector tur¨ªstico exportador.

Para ello, la inercia tur¨ªstica existente, basada en la cautividad de las estancias por motivos financieros y en las ¨¦pocas vacacionales cl¨¢sicas, ha de verse enriquecida con la incorporaci¨®n de nuevos procesos, agentes, espacios e instrumentos que permitan la generaci¨®n de un mayor valor tur¨ªstico de Euskadi como destino.

Si se sigue adoptando una visi¨®n restrictiva y continuista, basada sobre todo en productos y servicios tradicionales y en su dimensi¨®n reducida, se corre el peligro de verse desplazado por destinos lim¨ªtrofes o competitivos y por la alteraci¨®n de cualquier componente sobre el que no se dispone de una alta capacidad de influencia. La incertidumbre del tiempo, del clima social, los problemas dotacionales de cada localidad, etc¨¦tera, son claros ejemplos de lo que hablamos.

Acciones meramente t¨¢cticas nos permitir¨¢n poder reaccionar frente a los imprevistos; en nuestro caso, ser¨ªa del todo aconsejable que actu¨¢ramos a partir de una idea central que se convierta en directriz general y que sea capaz de incitar el inter¨¦s de los cl¨¢sicos y nuevos interlocutores, evitando con ello la persistencia sobre objetivos menores.

Los servicios de apoyo antes mencionados se convierten por lo tanto en el esfuerzo estrat¨¦gico que el turismo vasco demanda y requiere. Estos servicios de apoyo y conjunto de nuevos valores, han de estar orientados hacia los turistas, factor exportador de nuestros (nuevos) servicios.

En definitiva, lo que perseguimos es la obtenci¨®n del mayor n¨²mero de fusiones posibles entre el total de los turistas o visitantes con el conjunto de Euskadi.