Un paseo mar¨ªtimo en pleno barrio de Lavapi¨¦s
La calle de Argumosa mantiene una intensa actividad nocturna tras las fiestas en honor a San Lorenzo
Quien afirm¨® que Madrid no tiene playa, no minti¨®. Pero nadie dijo que la capital carezca de un paseo mar¨ªtimo. La calle de Argumosa, en el barrio de Lavapi¨¦s, es en verano lo m¨¢s parecido a un lugar de encuentro de la costa espa?ola. Cada vez m¨¢s vecinos -j¨®venes, familias, inmigrantes, ni?os y hasta jubilados- se re¨²nen all¨ª en las noches de verano a comer y beber para aprovechar la fresquita de las terrazas y pasarlo bien. Aunque el olor a sardinas fritas de los puestos de las fiestas de San Lorenzo de la semana pasada la hiciera a¨²n m¨¢s parecida a un lugar de mar, la Costa Argumosa, como se conoce esta calle, continuar¨¢ la marcha todo el mes de agosto.
Los hosteleros de esta calle, que empieza en la plaza de Lavapi¨¦s y llega hasta la ronda de Atocha, han guardado fuerzas para seguir siriviendo minis a la animada clientela habitual. 'Antes descans¨¢bamos en agosto, pero ahora abrimos porque es cuando ganamos m¨¢s dinero', comenta Miguel, due?o del bar Revuelta, el m¨¢s antiguo de la calle y testigo de la evoluci¨®n de este barrio. 'Los paquistan¨ªes que se pasan el d¨ªa al otro lado de la barra son mis mejores amigos. Hace a?os ni me lo habr¨ªa imaginado', apostilla Miguel.
Aqu¨ª hay 'buen rollo': gente de todas partes, movimiento, copas. ?Para qu¨¦ quiero una playa?'
En el bar Achuri, que, seg¨²n los vecinos, est¨¢ regentado por okupas, la variedad en el men¨² -que cambia en funci¨®n de la nacionalidad del cocinero- y en la m¨²sica parece ser la norma. En este lugar del n¨²mero 23 en el que pueden probarse hasta la madrugada caipiri?as brasile?as o un cus cus ¨¢rabe, una s¨¢bana pintada cuelga de su fachada llamando a la conciencia de los paseantes de esta costa: 'Si tu Dios es jud¨ªo, tu coche es japon¨¦s, tu gas es argelino, tu pizza es italiana, tu caf¨¦ es brasile?o, tus cifras son ¨¢rabes y tus letras son latinas, ?c¨®mo te atreves a decir que tu vecino es extranjero?', pregunta el cartel.
Cerca de all¨ª, El Autom¨¢tico, que muchos conocen por sus croquetas de jam¨®n caseras, prefiere el jazz y otros sonidos modernos para amenizar las noches veraniegas. En ocasiones, su aspecto tranquilo puede verse alterado por bailes improvisados entre las mesas y las sillas.
Algunos vecinos de Argumosa se quejan del ruido de las terrazas. 'Dicen que te unas si no puedes contra alguien, y por eso bajo a tomar ca?as, para caer redonda', bromea una mujer de 55 a?os. 'Entiendo las protestas de los vecinos porque en las fiestas hay m¨²sica todo el d¨ªa, y el resto del verano hay ruido', apunta, por su parte, Manuel Osuna, presidente de la asociaci¨®n de vecinos La Corrala de Lavapi¨¦s.
Los que conocen la Costa Argumosa conocen a Mar¨ªa, una anciana que lleva a?os vendiendo collares a veinte duros -aunque ¨²ltimamente tiene objetos m¨¢s caros- por las terrazas. Antes de las fiestas, una votaci¨®n de 800 vecinos eligi¨® a esta simp¨¢tica se?ora como persona del a?o del barrio de Lavapi¨¦s. Y a las visitas de Mar¨ªa se suman, cada noche, otros vendedores ambulantes, tambi¨¦n con collares, aunque m¨¢s afro, y con mecheros y llaveros.
'Aqu¨ª hay buen rollo: gente de todas partes, movimiento, copas. ?Para qu¨¦ quiero una playa?', comenta Marta, una chica de 25 a?os asidua de la terraza de la taberna Er 77.
Aunque las terrazas de Argumosa sigan llenas de gente, los hosteleros se quejan de que los chinos, tiendas normalmente regentadas por personas de esa nacionalidad que abren hasta la madrugada, se llevan parte de la clientela. 'Mucha gente compra litronas en vez de gastar en ca?as y se va a la plaza a beber', afirma un camarero.
Muchos clientes nocturnos de las terrazas acuden tambi¨¦n a los bares y mesones de Argumosa a mediod¨ªa. Soidemersol (Los Remedios, al rev¨¦s) es una casa de comidas que, para sus j¨®venes asiduos, se convierte en la salvaci¨®n en ¨¦poca de vacas flacas. En este restaurante, situado en el n¨²mero 9 y que inspir¨® el nombre de un disco del grupo de pop La Buena Vida,los due?os nunca cambian la carta, pero tampoco han subido los precios desde que Franco era joven. Un men¨² de dos platos caseros y un postre, adem¨¢s de la bebida, por 650 pesetas es algo ya poco usual en la capital, pero posible en la esquina de Argumosa con la calle del Salitre.
Eucalipto es un bar cubano que se ha introducido con ¨ªmpetu en la movida de Argumosa y ha conquistado al sector m¨¢s tradicional del barrio con sus mojitos, daikiris de fresa y zumos de frutas tropicales. Adem¨¢s, el son, la cumbia y los ritmos caribe?os que se oyen en su terraza cada noche tientan a m¨¢s de un vecino, que pretend¨ªa dormir, a bailar en la cama.
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