Camacho 'vaci¨®' Gescartera con ventas en Bolsa en s¨®lo dos a?os sin dejar rastro
Los empleados de la agencia se dedicaron a partir de 1999 a liquidar masivamente las acciones
La huida hacia adelante de Gescartera, seg¨²n los empleados que han prestado declaraci¨®n en la Audiencia Nacional ante la juez Teresa Palacios, se aceler¨® a partir de 1998. Ese a?o, la sociedad de cartera de Antonio Camacho invent¨® los 'dep¨®sitos estructurados', un producto financiero absolutamente ilegal para una empresa de servicios de inversi¨®n. Promet¨ªa y pagaba rentabilidades fijas, y pactadas con cada cliente, superiores a las que ofrece la banca. A partir de 1999, adem¨¢s, los empleados de Gescartera se ocuparon de vender y deshacer sistem¨¢ticamente la cartera de valores de la sociedad. Y, en los ¨²ltimos dos a?os, s¨®lo han realizado operaciones ficticias intrad¨ªa para enga?ar a Hacienda.
Los empleados que, en calidad de testigos, han prestado declaraci¨®n ante la juez Teresa Palacios coinciden en tres cosas: el sistema de funcionamiento de Gescartera estaba tan parcelado que cada empleado desconoc¨ªa lo que hac¨ªa el de al lado; el dinero entraba pero despu¨¦s no se sabe a d¨®nde iba y, en los dos ¨²ltimos a?os, no se hac¨ªa nada parecido a las operaciones propias de una sociedad de servicios de inversi¨®n, es decir, comprar y vender, por orden de los clientes, renta fija o variable.
Los empleados han declarado ante la juez que la inactividad y las operaciones especiales pasaron a ser la norma a partir de 1998. Ese a?o, Gescartera inventa los dep¨®sitos estructurados. En una reuni¨®n de comerciales que relata, en calidad de testigo, Inmaculada Baltar, se les informa de que podr¨¢n vender ese 'nuevo modelo de inversi¨®n que se constituye como una mezcla de renta fija y renta variable'.
Rentabilidad pactada
Los clientes menos sofisticados, entre los que se incluyen muchas organizaciones eclesi¨¢sticas y la Seguridad Social de la Armada, compraron esos dep¨®sitos estructurados sin que nadie se percatara de que s¨®lo los bancos pueden ofrecer una rentabilidad fija y pactada a cambio de dep¨®sitos de efectivo de sus clientes. La rentabilidad depend¨ªa de cada cliente y oscilaba entre el 6% y el 16%. Ni Hacienda ni la CNMV detectaron este novedoso producto financiero, del que Gescartera evit¨® cuidadosamente informar a las autoridades econ¨®micas. As¨ª, por ejemplo, la Armada, uno de los clientes con estos dep¨®sitos, aparec¨ªa como el principal part¨ªcipe de un fondo de inversi¨®n. Y mientras los gestores de la Seguridad Social de la Armada cre¨ªan tener una inversi¨®n a plazo fijo y carente de riesgos, Gescartera utilizaba este nombre de prestigio para captar inversores para uno de sus supuestos fondos de inversi¨®n.Adem¨¢s, a partir de 1999, Gescartera deshizo su cartera de valores y s¨®lo se dedic¨®, de forma espor¨¢dica y generalmente cada tres meses, a realizar operaciones intrad¨ªa con el objetivo de enga?ar a Hacienda. Seg¨²n relat¨® a la juez el empleado Justo Mart¨ªn S¨¢nchez, del departamento de compraventa de valores en Bolsa, cuando lleg¨® a Gescartera, hace dos a?os y medio, 'se encontr¨® con una cartera de valores y donde realmente particip¨® fue en deshacer la cartera'. Esas ventas masivas se produjeron, seg¨²n este testimonio, entre 1999 y principios de 2000: 'Se aprovech¨® al ser una buena ¨¦poca de subida de los mercados para deshacer la cartera'. Seg¨²n este testigo, 'cuando terminaron de deshacer la cartera, s¨®lo dejaron una cantidad m¨ªnima y poco significativa' de valores burs¨¢tiles.
Durante todo el a?o 1999, desde diciembre de 1998 hasta julio de 2000, la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores mantuvo abierta una inspecci¨®n a Gescartera que concluy¨® con la imposici¨®n de una multa de diez millones de pesetas, que no se hizo p¨²blica, y la aprobaci¨®n, el mismo d¨ªa y en la misma reuni¨®n del Consejo de la CNMV, del ascenso de esta sociedad a agencia de valores.
Despu¨¦s, desde mediados de 2000 y en el a?o 2001, seg¨²n este empleado, 'la inactividad fue pr¨¢cticamente total' y lo ¨²nico que se hac¨ªa eran 'operaciones intrad¨ªa que no sabe a qu¨¦ se deb¨ªan'. Esas operaciones generaban unas plusval¨ªas y unas minusval¨ªas ficticias que Antonio Camacho se encargaba de 'desglosar' entre unos y otros clientes. Esas operaciones segu¨ªan el siguiente esquema:
- Gescartera se pon¨ªa en contacto con dos intermediarios financieros. A uno le ped¨ªa que abriera una posici¨®n de compra por un elevado n¨²mero de acciones, por ejemplo, '60.000 acciones de Telef¨®nica'. Al otro se le ped¨ªa que abriera una posici¨®n de venta por la misma cantidad.
- Cuando las acciones, siempre de compa?¨ªas con mucha liquidez en Bolsa, como Telef¨®nica, Repsol, BSCH, BBVA o Endesa, sub¨ªan , o bajaban, 'tanto daba', un 1%, al operador que se le encarg¨® comprar se le mandaba vender, y al que ten¨ªa la posici¨®n de venta, que comprara.
- Como eran operaciones intrad¨ªa, Gescartera s¨®lo ten¨ªa que pagar la minusval¨ªa del que perd¨ªa. Lo hac¨ªa con la plusval¨ªa del que ganaba. El coste era el del corretaje por ambas operaciones.
- Seguidamente se hac¨ªa el desglose entre los inversores. A unos se les aplicaba la plusval¨ªa y a otros la minusval¨ªa. Este empleado de Gescartera dijo a la juez que 'desconoc¨ªa' los criterios por los que se hac¨ªa ese desglose, y reconoci¨® que 'vio un poco raras' estas operaciones, pero que 'nunca pregunt¨® nada' a sus superiores por 'discreci¨®n'.
Otro de los testigos, el empleado Luis Pint¨®, declar¨® que las plusval¨ªas iban a los clientes normales y las minusval¨ªas a los 'especiales' y que las ¨®rdenes del desglose las daban Camacho y Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz de la Serna. De Pilar Gim¨¦nez-Reyna s¨®lo recuerda que 'a lo mejor a finales de a?o le daba alg¨²n cliente para hacer una minusval¨ªa'. Esos clientes especiales estaban reconocidos por 'tres ceros y otros n¨²meros m¨¢s'.
Hacienda, que no detect¨® estas operaciones en los dos a?os en las que las realiz¨® Gescartera, evit¨® responder directamente si son uno de los m¨¦todos ahora investigados como v¨ªa de lavado de dinero negro.
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