KAMEN DATA EN EL SIGLO XIX LA 'LEYENDA NEGRA' DE FELIPE II
El autor de la biograf¨ªa del monarca critica en El Escorial el maltrato hist¨®rico que ha sufrido el hijo de Carlos I
Parece que hay personajes hist¨®ricos que no se pueden salvar de la venganza de los intelectuales de su propio pa¨ªs. Y el caso de la reputaci¨®n hist¨®rica de Felipe II es un ejemplo sobresaliente', asegur¨® ayer en los cursos de verano de la Universidad Complutense, en El Escorial, el hispanista Henry Kamen, autor de una biograf¨ªa de Felipe II, que aprovech¨® su participaci¨®n para criticar el maltrato que los historiadores han deparado tradicionalmente al hijo de Carlos I.
Resalt¨® Kamen en su conferencia sobre Felipe II y los espa?oles la distancia que separa al p¨²blico nacional, curioso e interesado por la figura del monarca, del trato injusto que le suelen dar los estudiosos. 'He visto en la prensa y en art¨ªculos eruditos cr¨ªticas hechas a Felipe II por ser antiaragon¨¦s, anticatal¨¢n, cruel, vengativo, asesino, imperialista, fascista y un mill¨®n de cosas m¨¢s. Pero nadie ha podido demostrar estas acusaciones con fuentes documentales', lament¨® ayer el profesor, que se confiesa 'amigo de Felipe II'. El hispanista brit¨¢nico (nacido en Birmania en 1936 y residente en Espa?a) explic¨® que 'la leyenda negra' sobre Felipe II se remonta a principios del siglo XIX, cuando el rey fue mitificado por los conservadores y defenestrado, como reacci¨®n, por los liberales. Kamen atribuy¨® la vigencia de uno y otro mito a la escasez de estudios fiables sobre el rey, as¨ª como a 'la voluntad perenne espa?ola de politizar todos los temas'.
Entre otros lugares comunes, el historiador trat¨® de desmontar la imagen del regente como un rey 'l¨²gubre, enclaustrado y prisionero de El Escorial'. Asegur¨® que ¨²nicamente en su ¨²ltimo decenio de vida, y debido a la enfermedad, se recluy¨® Felipe II a orar apartado en el monasterio. A?adi¨® que el monarca era amigo de las mascaradas, de la vida nocturna, de las fiestas y la m¨²sica. 'El hecho es que si un historiador desea creer que todo lo del rey es l¨²gubre, entonces incluso su risa puede ser calificada as¨ª', critic¨®.
La disertaci¨®n se complet¨® por la tarde con una visita al monasterio, a la que Kamen asisti¨® como un turista m¨¢s, para desilusi¨®n de los alumnos del curso, que aguardaban sus comentarios sobre el terreno. Aunque alguna vez se anim¨® el profesor a apostillar a Donato, el paciente gu¨ªa oficial de la visita. As¨ª, explic¨® por qu¨¦ el martirio de San Mauricio que pint¨® El Greco no le gust¨® a Felipe II, lo que redujo la obra del artista como pintor real a esa ¨²nica obra; y record¨® que todos los reyes que yacen en el pante¨®n principal del monasterio fueron extranjeros. Al salir de la bas¨ªlica, Kamen confes¨® que sus cinco visitas al monasterio siempre han concluido con la misma impresi¨®n: 'Impresionante, pero demasiado impersonal, no permite hacerse una idea de c¨®mo era el rey'.
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